Evolución histórica de la Policía, la seguridad ciudadana y convivencia. Entrevista a Francisco J. Bautista L. por Eliezer Mora, Temas y Debates, CDNN

Policía Reflexiones Seguridad Ciudadana
CONVIVENCIA CON TOLERANCIA, EQUIDAD Y SEGURIDAD
on
August 23, 2018

Entrevista a Francisco Bautista L., por Eliezer Mora, en “TEMAS Y DEBATES” Canal 23 CDNN, Managua, lunes 20 de agosto, 8 p.m.

Transcripción de: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=638906269861629&id=146351295390789

Muy buenas noches amigos y amigas, bienvenidos sean ustedes a Temas y Debates. Hoy es lunes 20 de agosto del 2018, esta noche vamos a conversar con el comisionado general en retiro Francisco Bautista. Estamos hablando un poquito de lo que es la seguridad nacional actualmente en Nicaragua, ¿cómo estamos en temas de seguridad?, ¿cómo estuvimos? Y ¿cómo estaremos en un futuro? El comisionado Bautista fue miembro fundador de la Policía Nacional hace treinta y nueve años, aparte de eso es conferencista en temas de seguridad, vamos a estar hablando con nuestro invitado en breves momentos aquí en Temas y Debates.

Gracias amigos por continuar en su programa Temas y Debates. Ya está con nosotros y con ustedes en su casa, nuestro invitado Francisco Bautista, a quien doy la más cordial bienvenida. Buenas noches, bienvenido.

Responde: Muchas gracias. Te agradezco mucho que me hayas invitado. Honestamente nunca había venido a tu programa, con tu papá una vez, estoy hablando hace diez años, creo. Pero a tu programa nunca había venido. Así es que agradezco tu invitación.

El honor es para mí, se lo digo sinceramente, estuvo con mi padre en años pasados, diez años atrás, que ahorita, este próximo treinta y uno de octubre, lamentablemente cumple nueve años de fallecido, usted estuvo un año antes que él falleciera. Comisionado, usted fue fundador de la Policía Nacional en 1979, septiembre del setenta y nueve me decía. Sin embargo, la situación que se está viviendo actualmente en el país, luego de ser nosotros considerados el país más seguro, considerado a nivel centroamericano, ahora estamos en un estado de crisis, si se le puede llamar así. Pero antes que vayamos directamente al tema, me gustaría que hablemos un poquito, cómo estaba en aquellos momentos la seguridad del país.

Responde: Voy a referirme con brevedad a la historia de treinta y nueve años de la Policía de Nicaragua, el próximo mes cumple aniversario. En 1979 en Nicaragua no existía policía, en tiempos de Somoza, lo que existía era la Guardia Nacional. La policía se crea inmediatamente después de la revolución, como un órgano separado del ejército, para cumplir las funciones de orden público y seguridad ciudadana, de seguridad pública se decía en aquel entonces. La cantidad inicial de policías a fines del 79 era cerca de doce mil, pero se inició un proceso de depuración, porque había mucha gente vinculada a las milicias, muchos combatientes populares que poco a poco fueron siendo retirados, y la policía mas o menos en la década del ochenta funcionó con una fuerza entre siete y ocho mil agentes de policía, complementado en aquel entonces, -estoy hablando de la década de los ochenta-, por una fuerza auxiliar de policía, Policía Voluntaria, tal vez de cuatro mil 0 cinco mil policías, de tal forma que ese cuerpo policial, montado sobre un modelo de policía comunitaria, de servicio a la comunidad, tenía una fuerza profesional importante, pero también una fuerza auxiliar importante, y ellos cumplían la función de la seguridad del país, en aquel contexto complicado, porque había una guerra, y el ejército enfrentaba principalmente la guerra, pero la policía tenía también una situación que resolver en las ciudades afectadas también por el conflicto bélico, esa fue la década del ochenta.

En 1990 se da el Acuerdo de Transición, y la Policía tenía en ese entonces, más o menos siete mil policías, sin embargo se dio un proceso de reducción de la fuerza policial, en la década del noventa, hasta el año 1996 que se formuló la primera Ley Orgánica de la Policía, y el gobierno de Nicaragua de aquel entonces, inició un Plan de Modernización y Desarrollo de la Policía, entonces la fuerza policial comenzó a crecer a partir de la ley 228,  fue la primera ley orgánica de la policía. Más o menos hoy creo que la policía debe andar por el orden de catorce mil o quince mil policías profesionales, más las fuerzas auxiliares, más el personal administrativo de apoyo, no policial, esa es la policía actual.

Lógicamente hoy también tiene una nueva ley orgánica que fue promulgada en  2014, superando la Ley orgánica de 1996, también hubo una reforma constitucional en 1995, esa incorporó la función de la policía en la norma constitucional, lo que le dio mayor solidez al funcionamiento de esta institución del Estado de Nicaragua. Desde 1990 hasta 1996, la policía vive una situación crítica, porque es el proceso de transición política, económica e institucional del país, y en ese proceso sin embargo, la policía obtuvo beneficios importantes, porque la reforma constitucional la incorpora en una definición constitucional, y crea una Ley Orgánica, la primera ley orgánica de la policía, en 1996, que le permitió continuidad profesional, y un desarrollo importante que fue reconocido a nivel nacional y regional.

¿Cómo era la seguridad ciudadana que enfrentaba esta institución en ese escenario nacional? En 1990, entre 1990 y 2010, en Nicaragua se dan procesos de violencia delictiva creciente. Recordemos, en 1990 termina la guerra, sin embargo, se inicia un conflicto entre grupos armados, rearmados, contras, recontras, recompas, etc. Eso es conocido en la historia de Nicaragua, hay un importante territorio del país, se estiman treinta mil kilómetros cuadrados, que prácticamente era asediado de manera sistemática por fuerzas irregulares, los remanentes de la guerra del ochenta, ex contra alzados en armas, realzados en armas, desmovilizados que se habían alzado en armas, etc. Es decir, hay grupos armados en el interior, en la zona norte, en el centro del país, etc., que provocan emboscadas, acciones criminales, secuestros, etc. Es la década del noventa, de la cual algunos a veces olvidamos la referencia histórica. Aunque terminó la guerra en el noventa, hay que reconocer que, en el período de diez años, las consecuencias de la guerra se manifestaron en circunstancias violentas en el territorio nacional, principalmente en el campo. La tasa de homicidio en Nicaragua en ese período subió significativamente, llegamos a 19 homicidios por cada 100 mil habitantes, en ese período. Sin embargo, en el año 2000, 1999, cuando termina el último grupo alzados en armas, cuando la acción policial y militar logra neutralizar a los últimos grupos delincuenciales, se presenta por primera vez en la historia reciente de Nicaragua, una situación de paz en el país. Es decir, no hay grupos armados, no hay grupos provocando crisis en el interior, y las fuerzas armadas, el ejército, la policía, por primera vez tienen control total del territorio nacional, fue por eso que sale la consigna, o el lema: “Nicaragua, el país más seguro de Centroamérica.” Estoy hablando en el año 2000, 2001, porque, además, en ese año, la tasa de homicidios bajó a 10 por 100 mil habitantes, es decir la más baja de la década. En ese momento, en esos dos o tres años, hay una situación muy favorable de la seguridad ciudadana de Nicaragua.

Después comienzan a darse otros fenómenos, como la violencia juvenil, la violencia de las pandillas, el crimen organizado, etc. Y eso también comienza a incrementar el conflicto urbano y rural, conflicto de la convivencia, y a generar problemas de delincuencia. De tal forma que la tasa de homicidios comienza a subir en 2003, 2004, 2005, y llega a 2010, aproximadamente, 2009, a una tasa de homicidios de casi 14 por 100 mil habitantes, es decir, no tan alta como  en la década del noventa, como consecuencia de los remanentes del conflicto armado de la guerra, pero es alta, producto de la delincuencia juvenil, de la delincuencia organizada, etc., de los conflictos de convivencia comunitaria: 14 por cien 100 habitantes, más o menos por esos años.

Sin embargo, después se da otro fenómeno interesante, después de 2010, 2011, 2012, 2013, etc., la tasa de homicidios comienza a reducirse sistemáticamente, llega al 2017 a una tasa de 7 por 100 mil habitantes, es decir la más baja de los últimos treinta años, superó la tasa de homicidios que registraba Costa Rica, por ejemplo, registró 11 homicidios por 100 mil habitantes; Nicaragua registró el año pasado 7 por 100 mil habitantes. Centroamérica en general tuvo tasas muy altas, en el norte. Así ocurrió en Nicaragua a partir de aquella consigna, aquel lema del 2000: “El país más seguro de Centroamérica”, donde recobra el control del territorio nacional, y la presencia de las fuerzas armadas y de la policía es efectiva en el territorio nacional, porque no existe ningún otro grupo armado provocando conflicto ni secuestros, se vuelve a dar una situación muy favorable en los últimos años, donde esa tasa de homicidios llega a niveles realmente muy buenos, diría tasas de homicidios similares a las europeas, que se mantienen cerca de 4 – 6 por 100 mil habitantes, Nicaragua tenía 7 por 100 mil habitantes, era uno de los cuatro países de América Latina con la menor tasa de homicidios de América Latina, con la menor de Centroamérica. Ese es el panorama de Nicaragua más o menos del escenario inmediato.

Ahora, ¿Por qué ese cambio tan radical, tan drástico diría yo, que eran diecinueve en el noventa, por cada cien mil habitantes, en el dos mil diez, catorce, y luego en el dos mil diecisiete a siete? ¿Por qué ese cambio tan drástico?

Responde: Mira, la delincuencia es multi causal, entonces aquí intervinieron, desde mi opinión, un conjunto de factores para el resultado de los últimos años, indudablemente el mejoramiento de las condiciones sociales y económicas del país contribuye a mejores condiciones de seguridad, la fortaleza institucional, digamos de la policía para enfrentar la delincuencia, los programas de prevención son importantes, la sociedad en general, que adquiere hábitos y comportamientos más saludables contribuye, de tal forma que esta multi causalidad permitió bajar en los últimos años a una tasa de homicidios bastante favorable; es el principal indicador del nivel de violencia de un país, porque es el indicador más objetivo, entonces podríamos decir que, al tener una tasa de homicidios muy baja, podríamos decir que en general el ámbito de la seguridad ciudadana en Nicaragua tenia condiciones favorables, ejemplares en cuanto a la seguridad ciudadana, producto de una serie de factores sociales, económicos, de convivencia, institucionales.

¿De dónde nace: “Honor, Seguridad y Servicio.”, de dónde nace ese lema?

Responde: En los años noventa, surgió, incluso, el uniforme azul celeste que conocemos todos, por ejemplo, el lema se define precisamente en los primeros años del noventa. Antes había otro lema, que tal vez algunos recuerdan, decía: “Por el bien de todos”, era un lema que se utilizó mucho en la década del ochenta, pero “Honor, Seguridad y Servicio” se asume en la década del noventa, y continúa aun utilizándose.

Hablemos un poquito de la vida de un policía, un policía en su interior, porque aquí mucho se ha cuestionado, y se sigue cuestionando el trabajo de la Policía Nacional, a pesar de que el trabajo es poco reconocido, pero en algunas ocasiones, en la mayoría de las ocasiones, muy admirable. Sin embargo, la vida del policía, el sacrificio que tiene que hacer a diario, un policía de línea por ejemplo, el que anda en las calles, el que anda patrullando.

Responde: Un policía es un ciudadano nicaragüense común y corriente, diría que es de los ciudadanos que viene de los estatus sociales más populares del país. Y algunas veces, los nicaragüenses somos exigentes, quisiéramos un policía con ciertas características, con características que la sociedad no produce, es decir, el policía tiene las características físicas, culturales, genéticas iguales a las de todos los nicaragüenses, tiene los vicios y las virtudes de los nicaragüenses: Es morenito, chaparrito, gordito, digamos pelo chirizo, le gusta comer tortilla con queso, ¿Verdad? se saca los mocos, es decir, tiene las mañas de los nicaragüenses, de tal forma que no se da a hacer en La Paz Centro, no se importan de Suecia. El policía que anda en la calle, es un ciudadano que vive en los barrios, que vive en los municipios, en las comunidades populares, en las zonas rurales, y que de ahí, de una familia pobre sale, entra a la academia, estudia y se hace policía, y comienza a tratar de hacer las cosas bien, con sus características, usa las palabras, las malas palabras de los nicaragüenses, y tiene, como decía al principio, los defectos y las virtudes de los nicaragüenses, es decir es un producto nicaragüense, y por eso tiene las características de todos nosotros. A veces quisiéramos tener perfección, o quisiéramos tener cheles de seis pies, pero no, esos cheles de seis pies no se producen en Nicaragua, esos son de la policía de Suecia. Pero, esa Policía, esos policías con esas características físicas y culturales, son los que han hecho posible ciertos resultados en la seguridad del país, y son también seres humanos imperfectos, y cometen errores. Hay policías que abusan del uso de la fuerza, por ejemplo, hay policías que cometen arbitrariedades, eso es cierto, pero no creo que sea la generalidad de los miembros de la institución policial. La Policía, o los policías individualmente, tienen responsabilidades, el liderazgo de la policía puede tener responsabilidades por acciones concretas, pero no creo que sea el comportamiento general. En general creo que los policías son seres humanos bien intencionados, que quisieran hacer las cosas bien, no siempre las pueden hacer bien, y en esos casos indudablemente tendrán que responder por los actos, correctos e incorrectos que hagan. No somos perfectos, afortunadamente no somos perfectos pues, y tenemos la oportunidad de ser mejores y mejorar.

La labor del policía voluntario, muchos han cuestionado también la labor, el trabajo de la policía voluntaria, pero ¿hasta dónde llega?, o ¿hasta dónde le permiten las leyes nicaragüenses?, ¿Adónde corta el trabajo de un policía común y corriente, ordinario, de línea?, y ¿adónde comienza el trabajo de la Policía Voluntaria aquí en Nicaragua?

Responde: El tema de Policía Voluntaria ahora se ha hecho visible, se ha objetivizado mucho por la situación del país. Pero en la tradición de la Policía, la Policía Voluntaria era un instrumento de apoyo muy importante en la cotidianidad del servicio policía. En los ochenta, era indispensable en el servicio policial, y era indispensable porque la policía era una fuerza muy pequeña, de siete mil policías, y además el país estaba en guerra, la guerra de los ochenta. Entonces, la fuerza policial era insuficiente para enfrentar la complejidad del territorio nacional, la demanda de seguridad de la población, entonces se apoyaba bastante en la Policía Voluntaria. En los noventa eso continuó siendo así, pero poco a poco esa fuerza fue disminuyendo, y la fuerza policial profesional fue aumentando. Alguna vez fui del criterio, -lo dije públicamente-, que pensaba que la Policía Voluntaria había que reducirla a su mínima expresión, y la fuerza policial, a medida que el país tuviera reales, recursos básicos para financiar profesionalmente a los policías, podría desempeñarse de manera más amplia, pero eso no ha sido posible, en la práctica, el Estado, la Policía, ha recurrido a fuerzas auxiliares para que apoyen el cumplimiento de su función. Esa Policía Voluntaria ha funcionado así, con mucha voluntariedad.

Creo que en general, en Nicaragua, en mucho, el país, la sociedad, ha desarrollado los voluntariados en distintos ámbitos, en el ámbito religioso, en el ámbito social, incluso en el ámbito militar, por ejemplo las milicias y los batallones de reserva de la década del ochenta, eran voluntariados, el Servicio Militar Patriótico no, pero las milicias si, las milicias eran voluntarias, y la Policía Voluntaria eran voluntarios, los bomberos se sostienen con el voluntariado, en la Cruz Roja hay voluntarios, incluso alguien decía alguna vez que Nicaragua es el único país, no sé si será el único, pero eso es lo que dijeron, es el único país donde los donantes de sangre son todos voluntarios, no se compra la sangre a nadie, y se suministran las necesidades de sangre a través de la Cruz Roja, con donantes voluntarios. Es decir, en Nicaragua, y eso es muy bueno, creo que los nicaragüenses somos muy dados a ejercer labores voluntarias de servicio, comunitarias, y también humanitarias. Y entonces aquí, diría que la Policía Voluntaria se montó en esa cultura del país, pero también se montó en un modelo de policía, porque es un modelo de Policía Comunitaria, y ese modelo, que surge en los ochenta, que continua en los noventa, y continua hoy con sus variaciones, por el cambio de los tiempos, de la época y de las circunstancias históricas, pero sigue ahí como modelo de Policía Comunitaria, donde es indispensable la participación de la comunidad en las labores de la seguridad pública. La Ley Orgánica de la Policía de 1996, ley 228, y la Ley de Organización, Funciones, Carrera y Régimen Especial de Seguridad Social de la Policía Nacional, de junio del 2014, que es la que renueva, o sustituye la vieja ley, ambas leyes consideraban a la Policía Voluntaria como un cuerpo auxiliar y de apoyo de la Policía Nacional, para cumplir labores de apoyo en la seguridad pública, en desastres naturales, en regulación del tránsito, en prevención y otras labores de apoyo al servicio de la seguridad pública.

Ahora, ¿Pero qué tipo de apoyo le da la policía voluntaria a la policía de línea? ¿Cualquier tipo?

Responde: El apoyo es de acuerdo a la función de la policía. La policía requiere esos esfuerzos para desempeñarse. ¿Qué es lo que en la práctica he observado en los treinta y nueve años que pasaron, y particularmente en los últimos quince años? Que este voluntariado, esta Policía Voluntaria que ha funcionado con mucha dedicación, es muy cambiante, es decir, no es que tenés policías voluntarios durante diez años, eso no es tan cierto, a veces son policías voluntarios un año, seis meses, porque son voluntarios, porque ellos son empleados públicos, empleados de empresas privadas, trabajadores por su cuenta, trabajadores agrícolas, campesinos, pequeños pulperos, etc. Es decir, trabajan en su barrio y hacen labores según las necesidades, son colaboradores frecuentes de los servicios de la policía, en el territorio, en el barrio, en la comunidad. Ha sido muy visible el servicio de la Policía Voluntaria en las zonas rurales, por ejemplo, con el plan de seguridad en el campo, también con las fiestas patronales, y en los desastres naturales, aunque a veces uno ni sabe quiénes son los que está ahí, pero cuando hay desastres naturales, inundaciones, temblores, o lo que sea, una buena cantidad de los policías que andan cumpliendo labores de auxilio, están apoyados o complementados por estos policías voluntarios, que participan con ellos en esas tareas. Así es que creo que hay tres cosas que es importante resaltar: Uno, que en Nicaragua predomina y prevalece un servicio voluntariado en distintos ámbitos. Dos, que la Policía Voluntaria ha tenido una participación histórica con la Policía Nacional para complementar su capacidad operativa. Y tercero, esa Policía Voluntaria, además de apoyar, es también complementaria y perfectamente pertinente a la naturaleza del modelo policial, policía comunitaria, que se ha promovido en el país, y que esperamos se continúe fortaleciendo.

Son los famosos PV que se le dice. Voy a hacer una breve pausa, pero quiero que, al volver me gustaría que hablemos un poquito y para cambiar con la seguridad nacional, ¿cómo estamos actualmente en temas de seguridad desde el dieciocho de abril, noventa días para adelante?, ¿Cómo estamos? Le digo porque hay personas que tienen recelito a salir de noche a las calles. ¿Cómo estamos en el aspecto de seguridad, por la noche aquí en Nicaragua? Ya regresamos.

Gracias amigos por continuar en su programa Temas y Debates. Estamos hablando con el comisionado en retiro Francisco Bautista. Antes de irme del corte, le decía y preguntaba, usted es experto en lo que es seguridad, policía, fue subdirector de la Policía Nacional, y miembro fundador de la misma hace treinta y nueve años, “Honor, Seguridad y Servicio”, dice el lema, pero ¿cómo estamos actualmente en seguridad en Managua, en Nicaragua? Le digo esto porque, después de las seis de la tarde, hay personas que tienen su poquito de recelito para salir a las calles, yo soy uno de ellos por supuesto, ¿cuál es su comentario respecto a esto? 

Responde: Hay que reconocer que en Nicaragua se dio, a partir de abril, una dramática ruptura del escenario político, social, económico y de seguridad del país, no hay que tapar el sol con un dedo. Es decir, habría que separar lo que había antes de abril y lo hay después de abril, entonces en estos cuatro meses que han pasado, se impactó de manera significativa la seguridad del país, la confianza, de tal forma que se exacerbaron los miedos, los odios, los resentimientos, la violencia. La policía quedó limitada en su actuación en general, la delincuencia de desbordó, la actividad delictiva seguramente se ha incrementado, se provocaron muertos, algunas ciudades fueron cerradas por tranques, es decir se generó un escenario realmente crítico que generó en la percepción social miedo, temor, inseguridad.

Habría que entender que la seguridad ciudadana es un concepto que tiene cuatro categorías, una categoría son los hechos delictivos, y me refiero a la seguridad ciudadana como riesgos ser víctimas de un delito cualquiera, hechos delictivos: homicidios, robos, hurtos etc. Hechos, ¿qué ha pasado en estos últimos meses? Subieron los hechos, hay más delitos, para comenzar hubo una cantidad de muertos provocados por la violencia, que son hechos de carácter delictivo, esos muertos te suben inmediatamente la tasa de homicidios del país, estaba en siete el año pasado, este año, comentaba el otro día en un programa aquí, que si esa tendencia se mantenía, a partir de lo ocurrido, se podrá aproximar a una tasa de homicidio de 14 por 100 mil habitantes, como la que había casi una década atrás, hechos, hay más hechos.

Pero lo segundo se vincula con la percepción de los hechos, porque la seguridad ciudadana no es solamente  de carácter objetivo, también subjetivo, es decir no es lo que ocurre, es cómo percibís los que ocurre, de tal forma que incluso, podría haber menos hechos, pero la gente percibe más, la seguridad tiene una naturaleza subjetiva, lo que creo, lo que siento, lo que imagino y actúo con miedo y reacciono, no tanto a la cifra, al dato real, si no que reacciono a lo que creo, a lo que imagino, y entonces la percepción aquí se ha sobre dimensionado. Entonces vos tenés: hay más hechos, es cierto. Hay más hechos delictivos ocurridos durante estos meses, pero también hay una percepción más alta de inseguridad, de riesgo, de miedo. Para comenzar en Managua, Managua está más oscura que como estaba hace cinco meses, hay menos iluminación pública, muchas luminarias fueron quebradas, incluso algunos semáforos dañados, entonces muchos negocios están cerrando temprano, hay menos iluminación en la vía pública, la gente se mueve con prudencia, había más negocios que cerraban más temprano, hoy han comenzado a extender sus horarios. Hay un proceso paulatino de actividad económica y social que se reactiva, pero hay que reconocer que la percepción hoy por hoy de inseguridad es mayor, de tal forma que tenemos que hay más hechos delictivos, es la inseguridad objetiva, pero también hay una percepción de mayor inseguridad, que es la percepción, el ámbito subjetivo de la seguridad.

Hay que agregar dos elementos más, la respuesta sobre los hechos. ¿Quién da la respuesta frente a los hechos? La policía, el sistema penal, pero la respuesta se vio afectada durante estos meses, de tal forma que ocurría un robo, ocurría un delito cualquiera, un homicidio, incluso en los tranques, y la policía simplemente no tenía posibilidad de actuar porque eso estaba asediado por irregularidades, por grupos delictivos o grupos vinculados a la protesta política, y la policía estaba limitada en la actuación, la respuesta al hecho ocurrido, incluso al accidente de tránsito, al robo, al homicidio, a cualquier otro delito, la respuesta policial y penal se vio limitada, cuando baja la respuesta, la consecuencia es que sube la inseguridad.

Y el cuarto elemento es la confianza social, la seguridad está directamente vinculada con la confianza interpersonal, es decir, la confianza que siento hacia vos, la confianza que tengo cuando me subo al bus, al vecino que va en el bus, la confianza que tengo en el taxi cuando hay un pasajero contigo que viaja en el taxi, o la confianza en la parada de bus con otras personas, en el mercado, en el vecindario, en la escuela, es decir la confianza interpersonal es fundamental para el ámbito subjetivo de la seguridad, y también la confianza interinstitucional, o sea social hacia las instituciones públicas, particularmente a las instituciones vinculadas a la seguridad del país, eso se ha deteriorado.

Veamos los cuatro componentes que dije: aumentaron los hechos delictivos en estos meses, se redujo la respuesta a los hechos, por lo tanto, se generó impunidad, aumentó la percepción de inseguridad, disminuyó la confianza social interpersonal y hacia las instituciones. Entonces, el escenario de esos componentes, lo que te plantea es que hubo un deterioro de la seguridad ciudadana, y en ese estado, en esa situación es que estamos hoy en agosto del año 2018, el panorama que había en febrero de 2018 era totalmente distinto, era sumamente favorable, el panorama hoy ha sido deteriorado, ha sido desgastado, sin embargo, es posible reconstruirlo.

Nicaragua tiene una sociedad, pienso, sana; en estos meses fueron exacerbados los odios y desbocó en actitudes violentas. Entonces lo que inició, o lo que se planteó como una protesta cívica legitima, se combinó con una protesta violenta e ilegítima, de tal forma que ambos grupos, o factores, se juntaron en una acción que desbordó en acciones delictivas, y nos ha provocado graves daños en la vida social, económica y en la moral social de los nicaragüenses. Estamos en ese escenario, afortunadamente confiamos que la gente de buena voluntad y las instituciones sean capaces de retomar sus ritmos, y la actividad económica sea capaz de reactivarse, así como tenés este programa a las ocho de la noche, bueno ya tenés tu programa funcionando, espero que mucha gente también comience a hacer lo que cotidianamente ha hecho.

¿Existió el terrorismo en estos noventa días que prácticamente fue secuestrada toda Nicaragua?

Responde: Lo primero que hay que ver es qué vas a entender por terrorismo; quiero comenzar diciendo que uno de los problemas de esta definición de terrorismo es que no existe, no existía una definición unificada del concepto. Incluso Kofi Annan, cuando fue secretario de Naciones Unidas, en 2005, hace trece años, presentó en una cumbre de Naciones Unidas en Madrid, una propuesta de definición de terrorismo y la quiero leer tal y como la presentó en esa ocasión, dice: “Terrorismo es cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones a un civil o a un combatiente, cuando el propósito de dicho acto sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo.” Esa es la definición que propone Naciones Unidas. Casi todos los países han asumido después una definición. El Salvador asumió una en 2006, pero en 2016, en El Salvador, recuerdo estaba allá en esa época, introdujo algo nuevo en su normativa, incluyó a la M18, a la MS, a las maras como organizaciones terroristas, es decir las clasificó como organizaciones terroristas, ustedes saben que es Estados Unidos, por ejemplo, clasifica terrorista Al Qaeda, según Estados Unidos es una organización terrorista, ISIS es una organización terrorista a nivel mundial los países la clasifican así. El Salvador incorporó como organizaciones terroristas la M18, la MS, a las maras salvadoreñas, de tal forma que la pertenencia a ellas se considera delictivas, porque genera acciones terroristas. Nicaragua también en su legislación, en el Código Penal introdujo la definición, y hace poco promulgó una ley que fue introducida como iniciativa por el gobierno el 4 abril del dieciocho, es decir antes de los sucesos; le había estado dando seguimiento, hubo un proceso de consulta pública sobre esta ley, y la definición que asumió el Estado de Nicaragua a través de la Asamblea Legislativa, dice: “Quien individualmente o actuando en conjunto con organizaciones terroristas, realice cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones graves a cualquier persona o a destruir o dañar bienes o servicios públicos o privados, cuando el propósito de dichos actos por su naturaleza sea intimidar a una población, alterar el orden constitucional u obligar a un gobierno u organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo.” Prácticamente retomó la definición que propuso Kofi Annan en Naciones Unidas y le agregó dos o tres cosas adicionales. ¿Cuál es la esencia del concepto? La esencia es cuando provoca terror, y el propósito de dañar y destruir, está encaminado a provocar terror en una población, para obligar, dice, a una organización internacional o a un gobierno a hacer, o abstenerse de hacer algo; es para sembrar el terror. Antes se consideraba la acción terrorista vinculada a propósitos políticos, pero ahora, con los nuevos conceptos que mencioné, eso va más allá que propósitos políticos, es decir, el caso de las maras salvadoreñas, no hay propósito político, en algunos casos, incluso podrían haber propósitos de naturaleza religioso, como ISIS, y otros, o propósitos nacionalistas, es decir, hay propósitos nacionalistas, políticos, religiosos, o estrictamente criminales, entonces la legislación nicaragüense,  incluye eso. Ahora, vos me preguntas, si durante estos meses se manifestaron acciones terroristas, creo que aquí hubo combinación de delincuencia común, y también de delincuencia de naturaleza terrorista, porque cuando vos sembrás terror, y ostentas visiblemente de la acción delictiva que estás cometiendo, estas sembrando pánico en una comunidad, o en un grupo de personas, ese pánico y terror precisamente llega a configurar el fenómeno de terrorismo, según  definiciones que planteé, de Naciones Unidas, incluso de otras experiencias legislativas en otros países.

El tiempo se me está yendo desgraciadamente, la última pregunta que quiero agregar, ¿cumple con los requisitos, si se les puede llamar requisitos o condiciones, los hechos sucedidos desde el dieciocho de abril, noventa días después, al golpe de estado blando, planteado por muchísimas personas?

Responde: Esa definición tendría una connotación política. Lo que puedo decir es que aquí hubo una protesta, una protesta legitima de naturaleza cívica, que se combinó con una propuesta violenta, de naturaleza delictiva, ambas estaban combinadas en una acción que inició planteando una demanda legítima sobre la reforma a la Seguridad Social, sin embargo, rápidamente ese planteamiento se desvaneció, y en corto plazo, los promotores de la protesta plantearon la salida del gobierno, la renuncia ya del gobierno. Entonces, cuando vas a las definiciones jurídicas, incluso de cualquier diccionario sobre golpe de estado, lo que te vas a dar cuenta, es que esa definición dice: “Promover la salida violenta de un gobierno legítimamente constituido”. Entonces cuando planteas la salida inmediata, estás configurando de alguna forma el intento de un golpe de estado, afortunadamente eso no ha prosperado, el país tendrá que buscar cauce cívico, vía diálogo, vía negociación política, para la solución a sus problemas por la vía constitucional. Así como unas personas están en todo su derecho de decir que un gobierno no les gusta, pero tienen que recurrir a los mecanismos legítimos para provocar los cambios que quieran alcanzar. Creo que hay que reconocer que en Nicaragua hay una realidad, y es que existe una oposición política real que tiene puntos de vista distintos, pero que tiene que reconocer que esos puntos de vista tienen que expresarse de manera legítima, y por cauce legítimo, pero también hay que reconocer que existe un gobierno, un apoyo político y una movilización popular real a favor del gobierno, un sandinismo que tiene fuerza y que no podés desconocer. Es decir, no podemos desconocer que ambos somos nicaragüenses, y que tenemos que aprender a convivir en nuestro espacio común que se llama Nicaragua. Hay sandinismo, pero también hay oposición política, pero nadie puede pensar que debe anular al otro, extinguir al otro, hay que aprender a convivir. Lo que no se puede aceptar, es que utilicen métodos delictivos y violentos para imponer su opinión, o para imponer su proyecto político, eso genera consecuencias, alguien decía: “En la vida no hay premio ni castigo, lo que hay es consecuencia.”, Si cometo un delito, y ese delito está tipificado en el Código Penal de Nicaragua, estoy sujeto a la persecución penal, es decir, el Estado de Nicaragua está obligado a actuar de oficio ante un hecho de orden público, o  por denuncia, e incidir en la persecución del delito, la persona, para que cumpla la pena que corresponde, eso es una obligación. Incluso, si el Estado de Nicaragua no actúa en correspondencia a lo que manda la legislación, el Estado cae en responsabilidad, sin embargo el Estado tiene que hacer eso en el marco de la ley, en respeto de los derechos humanos, de tal forma que las detenciones deben ser en el marco de la ley, la policía no puede abusar de la fuerza, la policía no puede abusar de su autoridad legítima, tiene que recurrir a los mecanismos que la ley establece, pero tiene el derecho legítimo, la policía, el Estado de Nicaragua tienen derecho legítimo a hacer uso de la fuerza en los términos que la ley prevé. Creo que eso es parte de las reglas del juego, eso es parte del pacto social que los nicaragüenses tenemos que respetar.

“Por un bien común”, comisionado en retiro Francisco Bautista, gracias por haber estado con nosotros. Espero que no sea la última. Amigos televidentes, gracias por su fiel sintonía, el tiempo se nos fue, volvemos, si Dios así lo permite, con un programa similar el día de mañana… Buenas noches.

TAGS
RELATED POSTS
FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

Buscar