Seguridad ciudadana para la convivencia y la paz (reflexiones y datos de Nicaragua y Centroamérica 2018).
Reflexiones Seguridad Ciudadana

Situación de Seguridad en Nicaragua: hechos y percepciones

on
March 5, 2019

Managua, viernes 8 de febrero de 2019

ENTREVISTA: Puntos de vista, Canal 14, VOSTV.  Elizabeth Reyes entrevista a Francisco J. Bautista L.

Parte I: https://www.youtube.com/watch?v=AIqrN0ThiHA

Parte II: https://www.youtube.com/watch?v=SVzWe5Et85w

Transcripción:

Entrevistadora: Hoy hablaremos acerca de la situación de la seguridad de nuestro país, pues, les comento que recientemente la encuestadora Cid Gallup afirma que en Nicaragua en este 2019, el 22% de los hogares del país registran al menos una víctima de robo, lo que es muy importante para la nación.

Francisco: bueno, muchas gracias por invitarme, por darme la oportunidad de compartir con la teleaudiencia de este canal algunos puntos de vista sobre este ámbito de interés común.

Entrevistadora: Éste tema es muy importante, y es que, en los últimos 11 años, Nicaragua se ha mantenido como uno de los países más seguros de Centroamérica, lo que es un buen dato o buen registro para nuestra nación, sin embargo, según afirma la encuestadora Cid Gallup, los niveles de seguridad han aumentado, ¿qué opinión le merece usted a este informe?

 

Francisco: bueno, hay que entender que una encuesta como Cid Gallup, es una encuesta de opinión o percepción. La seguridad ciudadana debe ser entendida como dos caras de una moneda, por un lado, tenés los hechos objetivos, la magnitud de los hechos, la cantidad de los hechos, los indicadores objetivos que permiten leer el riesgo real de ser víctima de un delito cualquiera, y por otro lado, tenés la percepción, que es la suma de miedos o inseguridades que las personas pueden sentir y no necesariamente corresponden a la cantidad de hechos reales.

Normalmente, en un país, hay una brecha entre los hechos ocurridos y la percepción sobre los hechos. Te menciono los datos concretos, en Nicaragua, hasta el año 2017, la brecha entre hechos ocurridos en relación a los percibidos, era 1.8 veces, es decir por cada 100 hechos la gente percibía 180. En El Salvador y Guatemala, los vecinos del norte, esa percepción era de 3 × 1, es decir tres veces más alta era la percepción de la realidad del riesgo objetivo.

Indudablemente, en el año 2018, podríamos identificar que hay un punto de escisión, es decir,  parece se modifica la tendencia, hay que observarla en el período inmediato, para ver si esta tendencias se confirman o simplemente es una variación circunstancial por los hechos ocurridos en el 2018, y en esto, hay que ver en perspectiva el problema, hay que comparar los últimos 20 años, hay que observar las tendencias de los últimos 20 años en el ámbito de la seguridad objetiva, lo que influye en la percepción o en el ámbito subjetivo de la seguridad.

Nicaragua ha tenido, hasta el día de hoy, en los últimos 20 años, cuatro momentos históricos donde se ha presentado un punto de escisión o variación en la tendencia anterior: en los años 90, la tendencia de inseguridad crecía, después, al concluir  la guerra en el 90, hay una tendencia de incremento de la violencia, medida principalmente por la tasa de homicidio, que es el indicador más objetivo aceptado a nivel global, se considera el más válido para medir el grado de seguridad o inseguridad porque afecta la vida de las personas.

Sin embargo, en los años 2000 – 2003, se da una tendencia a la baja de la tasa de homicidio, pero, en 2004 – 2010, hay tendencia al alza de la tasa de homicidios llegando a nivel más alto, de 13 o 14 × 100,000 habitantes aproximadamente. Después del 2010, del 2011 al 2017, en ese rango de tiempo se da una tendencia a la baja de la tasa de homicidio llegando al nivel histórico más bajo de los últimos 20 años: tasa de 7 x 100,000, es un resultado privilegiado en términos regionales, ningún país en Centroamérica ni la mayoría de Latinoamérica, tenían tasa de 7 homicidios por 100,000 habitantes, ello significó 430 homicidios en 2017, ese resultado es excelente.

Sin embargo, en 2018, se da un cambio, hay que observar si en el 2019 se va a plantear el cambio de manera sostenida; en el 18, la cantidad de homicidios de 430 subió aproximadamente a 680, es decir, pasamos de 430 a 680 homicidios, estamos pendientes que el dato oficial sea público; mis estimaciones dicen que vamos a llegar más o menos allí, eso significa que, la tasa de homicidios va a haber pasado de 7 × 100,000 habitantes a 11 × 100,000 habitantes. Pero, observemos el panorama regional, primero: 11 × 100,000 habitante significa llegar a una tasa similar a la que Nicaragua tenía en 2012 en términos cuantitativos, regresamos cinco años, es decir, nos montamos en esa tendencia donde la tasa iba bajando hasta llegar al nivel favorable del 2017. ¿Qué pasó con Centroamérica?, figurate que, a pesar de lo que ocurrió en Nicaragua, tuvo la segunda tasa más baja de Centroamérica en 2018, la más baja la tuvo Panamá, con 10 × 100,000 habitantes, después Nicaragua con 11 × 100,000 habitantes, seguido de Costa Rica con 12 × 100,000 habitantes, no me referiré al norte de Centroamérica, porque las tasas son tres o cuatro veces más altas de las que mencioné aquí que son tasas extremas. Entonces, el ámbito objetivo de la inseguridad o el ámbito objetivo de la seguridad, qué es el riesgo real de ser víctima de un delito cualquiera, en Nicaragua, en el 2018, subió con respecto a la tendencia favorable en el 2017, sin embargo, esta alza desde mi opinión no tiene indicadores extremos.

Entrevistadora: señor Lara, ¿qué parámetros se pueden definir para medir los niveles de seguridad de un país?

Francisco: El principal indicador universalmente aceptado es la tasa de homicidios porque es el que más impacto causa en la vida de las personas y la sociedad, hay otro indicador que podría considerar, es el robo con intimidación, es el delito contra la propiedad que implica violencia o agresión contra las personas. Aquí nosotros observamos una tendencia global: cuando el delito más grave sube, una tendencia común es que, el delito menos grave baja, pero baja, no en la ocurrencia, si no en la denuncia, entonces ¿cuál podría ser el pronóstico de 2018? Que en Nicaragua se redujo la tasa de denuncia, es decir, hubo menos denuncias porque la situación del país, las condiciones en general, el ambiente que se generó en 2018, llevó a una reducción de la denuncia, pero subió la tasa de homicidios, pero ¿qué pudo haber pasado con el robo con intimidación que es el delito contra la propiedad de mayor impacto, de mayor violencia, también subió, en términos reales.

Sin embargo, esa alza con la tasa de homicidios, aún con el robo con intimidación del año 2018, continúa planteando que en Nicaragua tuvimos los segundos datos más bajos de Centroamérica. Eso es favorable y quisiera insistir en lo siguiente en este programa que están escuchando, seguramente moros y cristianos, hay que abonar al fortalecimiento de la seguridad que nos beneficia a todos, no tenemos que ser “aves de mal agüero”, tampoco tenemos que congraciarnos con los pronósticos adversos. Tenemos que construir un país positivamente y espero que, este canal, realmente contribuya a eso, a construir confianza entre los nicaragüenses, a construir convivencia, porque nos podemos entender, podemos recuperar con éxito los niveles de seguridad que teníamos y que, afortunadamente, a pesar de la crisis ocurrida, no se ha desmontado, sino que han mantenido niveles proporcionalmente razonables, entonces creo que, hay que apostar a las soluciones, hay que apostar a la convivencia, a la confianza, a la justicia, a la no impunidad, a la construcción de una nación que sea capaz de entenderse y que podamos convivir juntos todos y creo que la seguridad es un patrimonio histórico de Nicaragua que como dije, en estos 20 años, el mejor resultado que tuvimos fue en 2017 y creo que podemos volver a tenerlo.

Entrevistadora: Una pregunta muy importante que me gustaría hacerle es: ¿mo cree usted que ha cambiado la seguridad en el país desde el pasado abril que obviamente Nicaragua sufrió un contexto sociopolítico adverso que todos sabemos, y la misma firma encuestadora afirma que en el contexto del 18 de abril para acá, ha cambiado mucho el país, pero me gustaría saber desde su punto de vista, ¿de qué manera, en qué ha cambiado?

Francisco: Me refería al principio que, un ámbito fundamental de la seguridad, es el ámbito objetivo, el riesgo real de ser víctima de un delito cualquiera que se basa en datos de riesgo real pero hay un segundo ámbito de la seguridad que es la percepción, es la sensación de seguridad o inseguridad, y aquí, en este punto, que es un punto que requiere una ampliación mucho mayor, las encuestas de opinión se centran en el segundo ámbito, es decir, en el ámbito de la percepción, de la sensación, que es una suma de miedos, temores, desconfianzas, etc. y si algo hay que reconocer es que, el año 2018 en Nicaragua, lo que más se exacerbó fue el miedo, la desconfianza, el odio.

La violencia en Nicaragua se desencadena en odio, discordia, inconformidades, se comienza a rechazar al otro porque piensa diferente o comienza a rechazar al otro porque lo tengo estigmatizado con una opinión política determinada, es decir, el odio se transforma en violencia, la violencia es delictiva pero ese odio genera miedo, los miedos son sensaciones de inseguridad, una encuesta mide las percepciones, efectivamente. Entonces, me parece que ahí, aunque no tenga una medición última, pero la percepción que había antes de 17 de abril, que más o menos en Nicaragua equivalía a 1.8, según la estimación que hice a fines del año antepasado, en Nicaragua se triplicó, es decir que de 100 hechos, la gente está percibiendo 300, es decir, 3 veces más de lo que realmente ocurre, hay un exagerado incremento en la percepción por la suma de miedo, desinformación o manipulación, de temores o desconfianza que se genera en la sociedad.

La pregunta que haría es: ¿Qué factores influyen en incrementar las percepciones de miedo o inseguridad en la sociedad? Hay una suma de factores, indudablemente, los hechos contribuyen, pero quizás participan en un tercio o menos de la percepción que se genera, pero los otros factores son la comunicación social, y, en el caso de Nicaragua, creo que fundamentalmente las redes sociales, la abundancia de fake news por ejemplo, a la cual se prestaron muchos medios de comunicación formales e informales, convencionales y no convencionales. La información, cuando se genera y es falsa, manipulada o incompleta inmediatamente genera temor y desconfianza, o duda. Si te digo a vos aquí: Mirá, afuera están asaltando y, aunque sea falso, vos inmediatamente pensás que es cierto y salís con miedo, y esa actitud de miedo te genera desconfianza e inseguridad, y lleva a una respuesta subjetiva y también a una valoración subjetiva de la seguridad, entonces, a mí me parece que, un esfuerzo fundamental que hay que hacer en este año 2019 en Nicaragua, es tratar de aproximar las percepciones a la realidad, es decir, bajar o desinflar esa extrema sensación de desconfianza, miedo, que se construye a través de la percepciones humanas.

Las personas reaccionan más que al dato objetivo, más que a la valoración cuantitativa de los hechos reales, a la percepción, o a la imagen que tienen de ese hecho, de repente dicen: mirá, Elizabeth es una mujer malcriada, entonces la gente viene asustada porque es malcriada pero cuando te conocen se dan cuenta que sos una mujer encantadora y entonces ¿qué sucede? no te habías aproximado a la realidad, pero cuando te aproximás, te das cuenta de la dimensión objetiva, real de la realidad, y no de la percepción por lo te dijeron otros de lo que ocurre.

Si estás en el extranjero, y alguien ve una noticia de Nicaragua, dice que aquí, en cada calle, no se puede caminar, etc., eso es falso, pero la gente construye su decisión, su percepción, sobre una información que se transforma en una acción personal, emocional, subjetiva, entonces creo que, las encuestas valoran eso. No digo que la encuesta sea correcta o no, simplemente la encuesta valora un nivel de percepción. Pienso que ahorita las brechas entre hechos y percepciones en Nicaragua se ha ensanchado por los sucesos del 2018, confío que en 2019 logremos acercar esa brecha, reducirla, que, aunque siempre va a haber, esta pueda ser mucho menor.

Te voy a dar un ejemplo: Japón, en este país la percepción es la mitad de los hechos ¿Cómo te explicas eso? pueden ocurrir 100 hechos, pero la gente percibe la mitad de los hechos porque el nivel de confianza social, el nivel de cultura que en la sociedad se desarrolla, el nivel de respeto en la relación con otras personas permite, precisamente, reducir a la mitad la percepción, pero, en El Salvador, es 4 veces, en Nicaragua es 3 veces; eso plantea un escenario distinto, creo que se puede trabajar.

¿Qué se necesita para reducir esa percepción, esa brecha de temor, inseguridad y desconfianza? Hay que construir confianza en el país, los medios de comunicación tienen un rol muy importante, las redes sociales tienen un rol muy importante, hay que evitar ese disparo de fake news irresponsable que motiva miedo. Creo que nosotros tenemos que ser actores y agente de conciliación, reconciliación, de paz y de convivencia, somos nicaragüenses, soy tan nicaragüense como vos, como todos los que me están escuchando y estamos obligados a construir un país mejor, con respeto.

Entrevistadora: don Francisco, algo muy importante también, retomando lo que usted dice, si bien es cierto, se trata mucho de percepción, pero Nicaragua a nivel internacional también ha decaído en el ranking de seguridad, antes éramos el país más seguro de Centroamérica, lo que yo decía al inicio, es muy buen dato para Nicaragua, sin embargo ¿Por qué, entonces, si es cuestión de percepción, el país ha decaído en los rankings internacionales en cuestiones de seguridad?

Francisco: Por el mismo factor, porque cuando medís un ranking, ¿qué hay que ver? ¿Cuál es el ranking que consideraste?, para comenzar; es cierto, pasamos de una tasa de 7 por 100,000 habitantes a 11 por 100,000 habitantes. Eso es real, imagínate el incremento: son 4 puntos en un año, eso no ha ocurrido en la historia en los últimos 20 años en Nicaragua, normalmente hemos pasado de un año a otro; uno mas, uno mas, dos mas o uno menos, uno menos, aquí pasaste de 7 a 11, eso es real. Si lo ves en términos porcentuales, significa un crecimiento importante, es el dato objetivo, pero, la percepción de inseguridad se triplicó como percepción de riesgo, porque también es cierto, si aquí no ocurría nada y un día ocurrió un robo, todo el barrio se escandaliza porque nunca ocurre nada.

Si en un lugar, en una comunidad, no ocurría nada y un día hay un muerto, eso provoca un escándalo que dura meses porque la percepción del barrio era que tenía una profunda seguridad, pero con que ocurra un hecho, éste genera desconfianza, incertidumbre, temor incrementado. También creo que, muchos actores internacionales desafortunadamente, y encuestas internacionales, construyen sus datos a partir de inconsistencias, y eso me parece que no abona a la solución de los problemas. Creo que aproximarse a la verdad, a la objetividad de los datos, a las mediciones sensatas, sin ánimos destructivos ni descalificadores, creo que es el camino correcto.

Hace poco salió publicado el informe de la Comisión de la Verdad de Nicaragua, también  leí el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la agencia respectiva, y leyendo los informes, lo digo con mucha franqueza, me parece que el informe de la Comisión de la Verdad tiene solidez, y el otro tiene fragilidad porque mucho se basa en supuestos, en imprecisiones,  necesita aproximarse, creo que con estos informes disponibles,  debería de existir la capacidad, de los actores nacionales e internacionales, de sentarse y conciliar los datos, porque es importante saber la magnitud de cara al futuro, pero no para destruir sino para construir, no para descalificar sino para fortalecer al país que teníamos hasta antes de los conflictos de 2018. Entonces me parece que, Nicaragua, hoy por hoy, a pesar de lo ocurrido, continúa teniendo los niveles de seguridad ciudadana, de actividad delictiva, uno de los más favorables a nivel de Centroamérica, a pesar de lo ocurrido, si no hubiera ocurrido nada en el 18, Nicaragua sería un paraíso en términos de seguridad, porque estaría en niveles europeos en sus tasas delictivas, seguramente hubiera llegado a 6 por 100,000 habitantes.

Entrevistadora: ¿Cree usted que podamos retomar esos niveles de seguridad? ¿Cree que la seguridad también depende del gobierno o de las administraciones?

Francisco: Creo que sí, la seguridad depende de todos los nicaragüenses, del poder político, poder económico; los dueños de éste canal, que son parte del poder económico del país, pueden contribuir precisamente a la seguridad; los que son propietarios de los medios de comunicación tiene que contribuir con un mensaje constructivo, reconciliador; deben reducir los niveles de confrontación, ayudar en la comunicación; hay que reconocer espacios legítimos; hay que establecer los tiempos de los procesos institucionales, constitucionales, etc.; es decir, creo que podemos y no solamente podemos, estamos obligados a hacerlo por el presente y el futuro del país.

Nicaragua merece una oportunidad para seguir siendo buena y para ser mejor. Tenemos una riqueza natural extraordinaria, tenemos una capacidad humana de solidaridad, hospitalidad extraordinaria, somos competitivos; es decir, la gente del extranjero viene y nos vé y sale enamorado de los nicaragüenses porque tenemos cualidades, tenemos gran capacidad cultural, digamos histórica, desde Rubén Darío y más, extraordinaria. Así es que creo que tenemos todo para ser grandes, y podemos ser grandes y mejores.

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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