EL BARDO ETERNO: SUPERAR BARRERAS, CAMINO DE ÉXITO
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EL BARDO ETERNO: SUPERAR BARRERAS, CAMINO DE ÉXITO

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February 3, 2022
Conferencia en la sesión especial de la Asamblea Nacional de Nicaragua en conmemoración del 155 aniversario del natalicio del poeta universal Rubén Darío, Ciudad Darío, martes 18 de enero de 2022. (Sesión en canal parlamentario; conferencia a partir del minuto 44: https:/ /youtu.be/bzBANV0UMHE )

Dedico esta conferencia en honor a dos heroicas mujeres ejemplares,

vencedoras, como Rubén, de todas las adversidades.

A la diputada, miembro de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional:

Gladys de los Ángeles Báez ,

ya la diputada Amada Pineda Montenegro .

 

El filósofo, político y escritor latino Lucio Séneca dice: “La mayor muestra de valentía es ver a un gran hombre luchar contra la adversidad”. Está suficientemente demostrado que la medida de la grandeza de las personas no es la altura a la que llegaron sino el fondo de donde surgieron y el camino recorrido, desde la adversidad y las dificultades hasta la fama que los hace inmortales y mitológicos. Darío escribió en uno de sus versos: “Las dignidades de vuestros actos, /eternizadas en lo infinito, / hacen que sean ritmos exactos, /voces de ensueño, luces de mito”.

El mexicano Jaime Torres Bodet tituló con pertinencia “Abismo y cima” a la biografía que escribió el autor de Prosas profanas en el primer centenario de su nacimiento. No es suficiente citar “La dramática vida” que contó Edelberto Torres Espinosa.

Rubén Darío nació bajo el riesgo de sus circunstancias, es consecuencia de su entorno y de su época, está marcado por las exclusiones de origen y pudo percibir de frente las necesidades y oportunidades de su tiempo. El nicaragüense tuvo un piso muy bajo y alcanzó con un esfuerzo persistente, incluso ante sus propias fragilidades humanas, la mayor cumbre de la literatura universal.

 

Referiré dos temas: superar las barreras y el camino de éxito

I.- BARRERAS SUPERIORES

Ante él y el rumbo que emprendió hubo enormes barreras y diversas limitaciones que tuvo que superar. Enumeraré siete (7).

  1. Dificultades y caracteristicas personales

 

            1.1 Su nacimiento accidental en Metapa.

Según el texto escrito por José Floripe Valdivia, Estelí, enero 1948 recoge:

“Un mediodía, a principios de enero de 1867, llegó doña Rosa Sarmiento a la parte baja del pueblo de Metapa, barrio del Laborío, estacionando bajo un árbol de tamarindo, que todavía existe a la orilla de la entonces Calle del Pájaro, hoy calle de Darío, que de oriente a occidente llega al río, precisamente en la Poza del Pájaro. Encontrábase doña Rosa sesteando allí cuando pasó, casualmente, al regresar del río, doña Cornelia Mendoza, que era la partera del pueblo, resolvió abordarla y de la conversación que sostuvo resultó que simpatizaran. Doña Rosa iba, según le informó, con dirección a un lugar que dista a 40 kilómetros de Metapa, denominado Olominapa, donde vivían familiares cercanos a ella. Doña Cornelia le aconsejó que esperara que llegaran al pueblo algunos de sus parientes, quienes solían hacerlo con alguna frecuencia, para que tuviera noticias de ellos, pues el estado de embarazo en que se hallaba no le permitía caminar una jornada más hasta Olominapa, porque era muy mal camino. Por lo que le ofrecemos hospedaje en su rancho, en el que, aunque pequeño, le cedería una pieza. …/…

También doña Cornelia estaba en estado interesante y transcurrieron varios días del arribo de doña Rosa a Metapa, el 18 de enero de ese año, se le llegó el día del parto y empezó doña Cornelia a atenderla, pero aconteció que, horas después, sintió ella también los dolores del parto y por ese motivo se tuvo que recurrir a los servicios de doña Agatona Ruiz de Gutiérrez, que era de las principales familias del lugar y práctica en esos achaques por ser madre de varios hijos, quien atendió solícita a las dos parturientas y quienes dieron a luz el mismo día: doña Rosa, un varón al que dieron el nombre de Rubén y doña Cornelia otro varón al que llamaron Dolores. Rubén tuvo en sus primeros días alterada la salud y por eso fue llamado don Francisco Artola, joven leonés que tenía una hacienda llamada “Albizú”, en las cercanías de Metapa,

…/… Pasados ​​los cuarenta días, su tío político, el coronel Félix Ramírez, los llevados de regreso a León.

            1.2 Familia disfuncional

Su padre y su madre se separaron de aquella unión inestable.

¿Dónde está su padre y dónde su madre? Manuel García y Rosa Sarmiento, primos distantes, él, dicen inquieto, le duplicaba la edad a la joven… Hay, alrededor de aquella relación, muchas novelescas especulaciones.

            1.3 Orfandad

Félix Rubén se sintió con frecuencia como un eterno huérfano…

Torres Bodet dijo: “Entre Nicaragua y Darío faltó un vínculo indispensable… el de la madre de carne y hueso… porque nada nacionaliza al ciudadano futuro como la cotidiana visión de una madre amada… peor que no tener padres: es saber que existen y que , no obstante, jamás lo serán de veras”.

En su Autobiografía Darío reconoce: “mi horror a las tinieblas nocturnas y el tormento de ciertas pesadillas inenarrables”, y dice que “en noches en que yo sufría tormentosas nerviosidades e invencibles insomnios”.

Por otro lado, cuenta: “Yo me apartaba frecuentemente de los regocijos, y me iba solitario, con mi carácter ya triste y meditabundo desde entonces, a mirar cosas, en el cielo, en el mar”.

¿Cuál fue el origen de sus miedos y de ese carácter triste y meditabundo? Quizás faltó seguridad, afecto y estabilidad en su infancia a pesar de que su tía abuela, doña Bernarda, trató de suplir todas las carencias. Fue ella la que le influyó para que, a pesar de sus inseguridades e intermitencias, tuviera alguna fe en sí mismo, confianza en el propósito que percibió temprano.

En unos de sus poemas, Nocturno V , escribe: “Yo era tímido como un niño.” En Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas, dice: “Si hay un alma sincera, esa es la mía”.

            1.4 Carencias economicas

No comenzó viviendo ni experimentó en la abundancia.

La muerte de su tío abuelo Félix Ramírez afectó las condiciones económicas de la casa que lo acogió y afectó al niño que lo convenció de su padre, tanto es así, que durante sus primeros años pensó que se llamaba Félix Rubén Ramírez.

La dificultad económica fue una constante en el transcurso de su vida.

Cuando Froilán Turcios era Subsecretario de Gobernación en Honduras (1900), recibió una carta del nicaragüense recordándole la remisión que años antes le hizo de Los raros, confiándole seguidamente sus apremiantes apuros económicos: “Usted a pesar de su talento logra algo. Y es preciso que vea cómo puede aligerarme de estas inquietudes pecuniarias que soportan la vida. Me conformaría con recibir al fin de cada mes, por algún servicio de pluma a favor de ese gobierno, la mísera cantidad de ciento cincuenta pesos nacionales. Hoy que la primera dama hondureña es una de mis compatriotas, quizás sea más fácil obtener lo que deseo”. Era presidente el Gral. Terencio Sierra (Comayagua, 1839 – Granada, 1907), y la primera dama Carmen Alemán Saravia, nicaragüense, bella mujer, analfabeta pero hábil y de inteligencia natural. Turcios, conociendo el poco interés del gobernante sobre estos asuntos y su actitud tacaña que no le daría respuesta positiva, no gestionó la solicitud del poeta.

Carlos Cuadra Pasos refiere: “Cuando el Partido Conservador llegó al poder en 1910, desatadas las pasiones contra el zelayismo, envolvieron a Rubén, la alegría sagrada de la patria, y le destituyeron, quedándole debiendo los últimos meses de su servicio diplomático. Examinadas las cuentas, don Pedro Rafael Cuadra le reconoció la deuda de cuatro mil dólares”.

Sin embargo, siempre navegó con fe a pesar de las dudas, con esperanza a pesar de la tormentosa desesperanza, con propósito a pesar de las múltiples carencias y debilidades personales… Era un hombre contradictorio y común, ya la vez polémico y extraordinario, su vida y sosiego, sus certezas y seguridades, fueron intermitentes, aunque su propósito de obsesiva persistencia:

Darío vivió en la dualidad espiritual “entre la catedral y las ruinas paganas”. En su melancolía, fue la esperanza parte de su condición humana. Miedo, soledad y tristeza, con actitud esperanzadora que asumió, “como hábito de voluntad”, para él, su misión de poeta es “cultivar la esperanza” (Kraudy).

De la novela El oro de Mallorca, dice Benjamín Itaspes, el personaje que es él mismo: “Su gran amor a la vida estaba en contraposición con un enorme pavor de la muerte. Era ésta para él como una fobia, como una idea fija. Cuando ese clavo de hielo metido en el cerebro le hacía pensar en el inevitable fin, si estaba en soledad, sentía que se le erizaba el pelo como a Job al roce de lo nocturno invisible”.

Cuando visitó un monasterio cartujo a inicios del siglo reconoce: “Aumenté mi religiosidad en el convento, y admiré la fe y el amor al silencio de aquellos solitarios” (Autobiografía).

En Un soneto a Cervantes (Cantos de vida y esperanza):

“Horas de pesadumbre y de tristeza

Paso en mi soledad. Pero Cervantes

es buen amigo. Endulza mis instantes

ásperos, y reposa mi cabeza”.

“Si hay, he dicho, señora, alma clara, es la mía”.

Epístola VII (El canto errante).

 

En Río de Janeiro, julio de 1906, unos de sus versos dicen:

Yo debo seguir mi camino,

de mi destino voy en pos,

entre sombra y luz, peregrino

por secreto impulso de Dios.

A pesar de esas dificultades y fragilidades personales de origen con las que tuvo que lidiar, siguió y llegó…

 

  1. Condiciones de su tiempo

Vive su niñez y adolescencia en León, antigua capital, ciudad colonial, clerical, en un entorno liberal con sus rasgos anticlericales y unionistas, en una activa dinámica académica y cultural. El gobierno y el poder central son conservadores, aún no había sido superado el viejo conflicto entre León y Granada, los estragos y las heridas de la Guerra Nacional y la intervención filibustera todavía estaban frescos en la sensibilidad política y social de su época.

En León tuvo su primera escuela: la tertulia.

Cuenta en su Autobiografía: “Es claro que en mis poesías y versos ardía el más violento desenfado y crudo liberalismo”. El presidente conservador Pedro Joaquín Chamorro le dijo: “Hijo mío, si así escribes ahora contra la religión de tus padres y de tu patria, ¿qué será si te vas a Europa a aprender cosas peores?”. El gobernando dispuso “que me enviasen al colegio de Granada, pero yo era de León. Existía una antigua rivalidad entre ambas ciudades… Se me aconsejó que no aceptara tal cosa…”.

Algo tenía León de su tiempo para provocarlo, algo tuvo él para percibirlo y dejarse provocar…

 

  1. Impulso de adolescente y fragilidad humana

En un poema de Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas, confiesa:

Yo supe de dolor desde mi infancia,

Mi Juventud… ¿fue juventud la mía?

Sus rosas aún me dejan su fragancia,

una fragancia de melancolía…

 

Potro sin freno se lanzó mi instinto.

Mi juventud montó potro sin freno;

iba embriagada y con puñal al cinto,

si no cayo, fue porque Dios es bueno.

Reconoce en la Autobiografía: “comencé a usar larga cabellera, a divagar más de lo preciso, a descuidar mis estudios de colegial y en mi desastroso examen de matemáticas fui reprobado con innegable justicia” … “Y la alarma familiar entró en la casa . Entonces, la excelente anciana protectora quería que aprendiese a sastre, oa cualquier otro oficio práctico y útil, pero mis románticos éxitos con las mozas eran indiscutibles, lo cual me valía, por mi contextura endeble y mis escasas condiciones de agresividad, ser la víctima de fuertes zopencos rivales míos, que tenían brazos robustos y estaban exentos de iniciación apolínea”.

Enrique Gómez Carrillo, quien pronto se destruirá en su amigo de siempre, esboza en junio de 1891 en su obra primigenia Esquisses, un retrato del poeta: Lo que menos parece, a primera vista, es poeta. Su cuerpo débil y flexible; su rostro fresco de campesino; su cabellera peinada a la burguesa; su nariz pequeña y recogida; su boca sensual de labios rojos; su bigote blondo y rizado; su manera elegante de vestir, para contribuir a darle cierto aire indefinible de agente de negocios ó de sportman rico. Es necesario mirarle con atención, en una de esas noches que el almanaque de su neurosis señala como días de trabajo, –con la cabellera en desorden; con las rosas de las mejillas convertidas en pálidas flores de cera blanca; con las manos inquietas; con la frente contraída por el esfuerzo y con los ojos dilatados, para sorprender, en sus pupilas, un rayo ardiente del genio raro y complicado que supo crear el libro Azul…,

Melancolía (Cantos de Vida y Esperanza XXV):

“Hermano, tu que tienes la luz, dime la mía.

Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.

Voy bajo tempestades y tormentas

ciego de ensueño y loco de armonía.”.

A pesar de los ímpetus de adolescente que cargan en su vida adulta y de seguir siendo el niño que siempre fue… ¡lo prevenir!

 

  1. Discriminación y exclusión eurocéntrica

En Palabras liminares de Prosas profanas escribe: “¿Hay en mi sangre alguna gota de sangre de África o de indio chorotega o nagrandano?”, y en El viaje a Nicaragua e intermezzo tropical : “a la levadura primitiva se agregaron elementos coloniales”. Él dice: “yo, sin ser español de nacimiento, pero ciudadano de la lengua”.

Neruda y García Lorca en su Discurso Al Alimón en Homenaje a Darío, en ocasión de la conferencia en el Río de la Plata para el estreno de Bodas de Sangre, el 1º de octubre de 1933, refirieron su carácter híbrido, “cabeza de Minotauro” . Octavio Paz (1965), también se refiere al hibridismo o mestizaje del autor de Azul…

Don Miguel de Unamuno (1864–1936), escritor y filósofo, rector de la Universidad de Salamanca una vez dijo que a Darío (abril, 1907): “se le vieron las plumas de indio debajo del sombrero”. Darío le respondió (5 de septiembre de 1907): “Mi querido amigo: ante todo para una alusión, es con una pluma que me quito debajo del sombrero, con la que le escribo… Mas yo quisiera también por su parte alguna palabra de benevolencia para mis esfuerzos de cultura… yo soy uno de los pocos que han visto en usted al poeta. Que le ofrecerán a usted del sabio y del profesor, no me extraña… Y en cuanto a lo que a mí respeta, una consagración de vida como la mía merece alguna estimación”. El español respondió el 26 de septiembre del mismo año: “…Su carta la tomo como una lección y la acepto; y le añado que tiene usted razón…”.

Después de la muerte de Darío, Unamuno escribió un bello elogio: “Tenía una amplia universalidad, una profunda liberalidad de criterio. Era justo; capaz, muy capaz de comprender y de buscar las obras que más se apartaban del sentido y el tono de las suyas… Era benévolo por grandeza de alma, como lo fue antaño Cervantes”. En La vida de Rubén Darío escrita por él mismo– cuenta: “Me apareció una tarde, como a un ser raro –es genial y no usa corbata, me decían–, a don Miguel de Unamuno, a quien no le agradaba, ya en aquel tiempo, que le llamaran el sabio profesor de la Universidad de Salamanca… Cultivaba un sostenido tema de antifrancesismo. Y era indudablemente un notable vasco original…”. Al académico español, según Torres Bodet, le “importunaban las aficiones afrancesadas de Rubén Darío,

En Dilucidaciones, de El canto errante escribió: “El movimiento que en buena parte de las flamantes letras españolas me tocó iniciar, a pesar de mi condición de metecato (mentecato), echado en cara en cuando en cuando por escritores poco avisados,” . ..

A pesar de la discriminación eurocéntrica y racista, de la xenofobia por venir de la periferia y no de la metrópolis, por ser considerado como él mismo dice “mentecato”, venció la adversidad y siguió adelante…

 

  1. Menosprecio de la élite académica y descalificación envidiosa

La crítica contra Darío en su tiempo y aun después, fue mordaz. Frente a Darío no es posible la indiferencia, o lo admiras y veneras, o lo rechazas e insultas…

El escritor, periodista y crítico literario de origen cubano Emilio Bobadilla (1862-1921), escribió artículos con el seudónimo de Fray Candil. Se refirió con desprecio al poeta nicaragüense…: “De Darío, ese pelafustán jactancioso que imagina realmente ser un gran poeta (¡tanto se lo han dicho por ahí!) … no porque lo merezca, sino porque a fuerza de repetir que es un gran poeta, va teniendo ya algún mentecato que lo cree… Yo odio literalmente a Darío (digo mal, lo desprecio), y con todo tengo el hígado en regla… Si quieres ser modernista al modo de Rubén Darío, versifica los mayores absurdos, adornar con plumas y cintajos y cascabeles, y enciéndete, de paso, un racimo de cohetes en el trasero. Así si no logras fama, haces ruido, por lo menos”. Al respecto, Rubén se limitó a exclamar: “Que diga de mí lo que quiera, yo nunca escribiré su nombre”.

En octubre de 1905, en San Salvador y otros lugares, con el seudónimo El Moro Muza, se publicó un artículo que decía, entre otras cosas: Entre nosotros –inútil sería negarlo–, el maestro y sumo pontífice del “hablar nublado” ha sido Rubén Darío; a cada uno lo suyo. Años hace que un discreto escritor, don Ricardo Contreras, hizo notar que hasta los títulos de las obras del Poeta-Niño son adivinanzas. Tratando de imitar al autor de Azul… muchos grafómanos que no le llegan al tobillo, la oscuridad se ha vuelto más densa; y lo peor es que ya no podemos repetir exactamente las palabras de Agamenón: “Eso es grato al oído y no quiero decir nada”, pues la verdad es que ni siquiera resulta grato al oído lo que en jerigonza endiablada escriben los arrendajos de Rubén Darío . Era el autor de este ofensivo artículo, su compatriota,

Darío escribió después en El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical : “Singular figura entre las gentes que escriben ha sido la de don Enrique Guzmán, miembro correspondiente de la Real Academia Española… El señor Guzmán se dedicó a la política ya la gramática. En lo segundo ha tenido por allá, en años ya lejanos, bastante éxito. Es un hombre con cierta lectura, con dotes socarronamente satíricas… el señor Guzmán es menos gustado en el resto de Centroamérica que en Nicaragua; y en Nicaragua, para saborearlo por completo, se necesita ser de su ciudad de Granada, y posiblemente de su barrio”.

JP. de la Rocha, publicado en Diario Nicaragüense, en febrero de 1916: ¿Fue acaso una galantería de compadres el haberle llamado con todas las trompetas de la Fama, Príncipe de la poesía de la América Hispana? Así lo creen algunos grafómanos que vierten el arsénico de su encono sobre la gloria de todo genio innovador. Entre aquellos los debemos citar a un Emilio Bobadilla: “sin haber salido de la patria y en los linderos de la pubertad, publica su obra primigenia, AZUL…”. Bobadilla (Fray Candil), que intentó vanamente menguar el valer diamantino de Darío, con saña despreciable, que el ilustre muerto llamó hermosa; ya quien nosotros conceptuamos incapaz de comprender las delicias del arte supremo y de sentir las bellezas de pensamiento y erudición guardadas, como piedras preciosas, en el estuche incomparable de los versos afiligranados y vestidos delsens des nuances (sentido de matiz), con que Rubén dio vida a su refinada obra mental.

José Ignacio Vargas Vila (hermano de José María Vargas Vila), escribió en abril de 1915: “Y Darío tiene críticos crueles, agresivos, que abusan de la virtud inofensiva del maestro. Los insectos se ufanan en la melena del león”.

Sin embargo, hay un americano nativo de Cuba, residente en París, que lo acusa de grafómano inaceptable, y de que tiene satélites con quienes se hacen peligrosos, autobombo; es Fray Candil, crítico pesimista que arremete incansable contra el bardo; lo mismo que contra el veneno que se ampara en la testa de ese gran ateo colombiano que responde al nombre de Vargas Vila. Y esos insulsos ataques de Bobadilla, dan a entender que él quiere ser el más alto de los intelectuales americanos que “abrevan sus fauces en las claras linfas del Sena” y el que le iguala o le supera, trata de empequeñecerlo.

¿Quién recuerda a esos feroces críticos ahora?

¿Quién puede olvidar a Darío?

A pesar de esos terribles dardos que de diversos lugares le lanzaron inmisericorde, Darío siguió de pie, navegando y avanzando, abatido a veces, cayendo y levantándose…

 

  1. Dificultad oratoria y habilidad de la palabra escrita

Froilán Turcios en sus Memorias cuenta: “Daba lástima ver a un excelso artífice como Rubén Darío trabarse de lengua, repetirse lamentablemente, incurrir en increíbles caídas de elocución. Fríos sudores y amargos sobresaltos sentidos, en momentos culminantes de su vida gloriosa, por su perfecta ineptitud para decir lo que deseaba”.

Y José María Vargas Vila (1917): “Darío, que tenía el poder de la imagen escrita, no tenía el poder de la imagen hablada; era un imaginativo interior, cuyas emociones mentales, muy profundas, se cristalizaban luminosas en su cerebro…”

Para el crítico y escritor dominicano Osvaldo Bazil, Darío era “un hacedor de sueños y pesadillas frecuentes, agudo observador y gran escuchador, que podía, en la brevedad de sus explosiones verbales, conducir una conversación y hacerla interesante”. En otra ocasión afirmó: “Nunca he visto a un hombre que, como Rubén, sin pronunciar una palabra, tomara parte activa en una conversación”.

A pesar de que no era la palabra oral su virtud, su habilidad para observar y escuchar en esos espacios cotidianos de aprendizaje a los que nunca faltó en todos los lados: la tertulia, se impuso la extraordinaria calidad de su palabra escrita…

 

  1. Pagar el costo

El camino emprendido por Darío y el éxito logrado tuvo altos costos personales. Nada es gratis.

Consciente o no, los asumió y pagó con creces.

Menciono cuatro:

            7.1 No formó un hogar.

No tuvo uno, no supo formar el propio.

No podemos dar lo que no tenemos…

 

            7.2 Careció de riqueza económica: siempre estuvo escaso de dinero, el dinero que llegaba se fugaba de sus manos. No tuvo inteligencia financiera.

Epístola III (El canto errante).

…/… “no conozco el valor del dinero ¡Lo sé!

Que ando, nefelibata, por las nubes… Entiendo.

Que no soy hombre práctico en la vida… Estupendo.

…/…

Yo no ahorro ni en seda, ni en champaña, ni en flores.

No combino sutiles pequeñeces, ni quiero

quitarle la boca a su pan al compañero.

Me complace en los cuellos blancos ver los diamantes.

Gusto de gentes de maneras elegantes

y de finas palabras y de nobles ideas.”

 

            7.3 Sacrificó la salud

ARTURO AMBROGI, San Salvador, comenta en noviembre de 1915, cuando el barco que llevaba a Darío a su viaje sin retorno a Nicaragua hizo escala en Acajutla: “…Los años le han abrumado. La enfermedad le ha herido mortalmente. Va triste. Va solo. Va desilusionado. Quien pudo verle, tendido en una ancha silla de lona, ​​sobre cubierta, frente al mar, volviendo la espalda a la tierra, como en un gesto de altivo desdén, me dice que es solamente un cadáver el que algunos devotos llevan allí. ¡Pobre Rubén! Tiembla ante la idea de la muerte, como un niño ante la puerta de una estancia oscura. Y cuando sonríe, forzadamente, por no dejar, hay en su sonrisa tal condensación de honda amargura, que más que sonrisa aquello parece una mueca”.

A pesar de su endeble salud, de sus malestares y padecimientos físicos y del alma, esos que comenzaron desde que vio la luz en Metapa, siguió…

 

            7.4 Lejos de la tierra natal y de sus afectos

En Guatemala escribió a Enrique Gómez Carrillo: voy “al cementerio de mi pueblo natal”. También manifestó con frecuencia, a pesar de sus afectos de origen y de la “nostalgia del trópico”: sentirse como extranjero en su tierra natal, sentimiento que, en el apoteósico retorno de 1907, se pudo modificar porque, como reconoció: “se mató el mejor cordero en el retorno del poeta pródigo” (El viaje a Nicaragua…, p. 3).

Retorno (El viaje a Nicaragua…)

…/…

El retorno a la tierra natal ha sido tan
sentimental, tan mental, y tan divino.

…/…

Si pequeña es la Patria, uno grande la sueña.
Mis ilusiones, y mis deseos, y mis
esperanzas, me dicen que no hay patria pequeña.
Y León es hoy a mí como Roma o París.

A pesar de todo: de su accidenteado origen, de sus particulares circunstancias y de él mismo, de las carencias y la perenne orfandad, de sus conflictos y dificultades, de la exclusión y el rechazo, de la crítica mordaz y las descalificaciones, siga adelante y lo necesario.

 

 

II.-EL CAMINO DE ÉXITO

Qué hizo Darío y cómo lo hizo son dos aspectos que no podemos obviar:

            I. ¿Qué modificación?:

 

            una. Revolucionario de la lengua española: impuso una nueva forma, una nueva estética. Fundador y líder del Modernismo literario.

Dijo en Dilucidaciones (El canto errante, 1907): “No gusto de moldes, nuevos ni viejos”.

Afirma: “Los que en estos asuntos se interesan no ignoran que Valera, en estas mismas columnas, fue quien dio a conocer con un gentil entusiasmo muy superior a su ironía, la pequeña obra primigenia que comenzó allá en América la manera de pensar y de escribir que hoy suscita, aquí y allá, ya inefables, ya truculentas controversias”.

El miércoles 28 de abril el Diario de Centro-América en Guatemala publica lo que denomina el más reciente artículo de Rubén Darío. Escribe sobre Azul… Dice, entre otros recuerdos: “Esta mañana de primavera me he puesto a hojear mi amado viejo libro, un libro primigenio, el que iniciara un movimiento mental que había de tener después tantas triunfantes consecuencias; y lo hojeo como quien relee antiguas cartas de amor, como un cariño melancólico, con una saudade conmovida en el recuerdo de mi lejana juventud”.

            B. Un clásico: venció el siglo, traspasó las fronteras y superó las barreras del idioma.

“El cantor va por todo el mundo / sonriente o meditabundo”. (El canto errante).

 

En la canción de los pinos (El canto errante):

“¡Yo soy el amante de ensueños y formas

que viene de lejos y va al porvenir!

 

El escritor y diplomático hondureño, Eliseo Pérez Cadalso afirmó en el centenario de su nacimiento: “Así a los cien años de su nacimiento, tenemos que Darío, más que un ser humano, es una leyenda; más que un poeta, es un dios latino…” “Su propio origen, envuelto en cierta niebla de misterio fue una ventaja para el feliz efecto de su obra”. (1969).

“Es tan grande la gloria de Rubén, que parece que ya se hubiera muerto”. Gabry Rivas, (Sagitario, Costa Rica, diciembre de 1915).

Y ahora ¿Quién dice que Darío ha muerto? Si parece que está más vivo que nunca, más actual que siempre…

            C. Prócer de la Independencia Cultural: conquistó Europa desde América Latina preservando su identidad.

El primer miembro de la Real Academia de la Lengua en 1853, el venezolano Rafael María Baralt, autor del diccionario de Galicismos que Darío memorizó en la Biblioteca de Managua, tuvo que renunciar a su nacionalidad de origen para ser incorporado en la excluyente y elitista casa española. El rebelde de la lengua, Rubén, dijo: “de las academias líbrame Señor”. Nunca renunció a su origen.

En Tierras solares (1904) y en el Prefacio de Cantos de Vida y Esperanza. Los cisnes y otros poemas (1905), reconoció: “El movimiento de libertad que me tocó iniciar en América, se propagó hasta España y tanto aquí como allí, el triunfo está logrado”.

En el Diario del Salvador, Eduardo Avilés, publicó en mayo de 1915: “Entre los poetas del siglo XX, raros como este raro Rubén, son los que han recogido un aplauso dos veces continental, y cuyas obras se modificaron en breviarios exquisitos que leen , desde los viejos maestros que hace varios lustros nos hablan desde el sagrado púlpito de los libros, hasta la revolucionaria juventud de hoy, que da su sentir acrático en los diarios y revistas”. Torres Bodet enfatiza: “El mundo hispánico atravesaba, en 1867, una de sus etapas menos poéticas… todo se hacía en verso, menos la poesía… Rubén, iba a ser un Bolívar inesperado… Oscura la época en que nació”.

Según Eliseo Pérez Cadalso, “tres factores condicionaron su mesiánica personalidad: talento, ambiente y estrella”, en otras palabras: inteligencia y memoria aprovechada por su pedagogía rubendariana, el contexto histórico, social y cultural en el que experimentó, y un norte claro con un poco de suerte y mucha persistencia y sacrificio. Hubo personas que le abrieron puertas, y estuvieron de manera oportuna en el momento oportuno.

“La juventud vibrante me siguió, y hoy muchos de aquellos jóvenes lleva los primeros nombres de la España literaria” (Autobiografía).

Todos los de su tiempo y los que le precedieron, todo el que hace literatura, todo el que lee, escribe y habla el idioma de Cervantes y Darío, es imposible obviarlo, aunque no lo sepamos, tenemos su herencia… Gavidia, Gómez Carrillo, Miró, Juan Ramón Jiménez, Camilo Cela, Turcios, Molina, Asturias, Octavio Paz, García Márquez, Mistral, Neruda, Borges, … y sigue la interminable lista de antes, de ahora y después.

            D. Es un emprendedor de exito

Tenía una visión que en su momento parecía absurda e imposible: “A mi primo lo aplauden en León, se lo merece. A mí me aplaudirá el mundo”.

Modesto Barrios, jurisconsulto, director de la Biblioteca Nacional en Managua, tenía fe en el talento del muchacho, le ofreció su casa, continuó protegiendo y enseñando al joven poeta. El 20 de junio de 1884, escribió, refiriéndose a Rubén, en el Ferro-Carril –semanario, 1882-1884–: “No le tengáis a menos, no lo despreciéis: la chispa del genio ilumina su pupila; ha venido a alumbrar y encantar. Ponedle una pluma en la mano y el ángel de la inspiración alzará su vuelo y su huella será de luz y armonías”.

Emprender es aprender para ponerse en marcha. Darío aprendió a aprender y emprendió con éxito hasta lograrlo.

            mi. Es un cisne negro.

Suceso improbable, impronosticable, que ocurre repentinamente y provoca gran impacto…

Y con la voz de quien aspira y ama,

clamé: “¿Dónde está el dios que hace del lodo

con el hendido pie brotar el trigo,

que a la tribu ideal salva de su éxodo?”

Yo dentro de mí: “Yo estoy contigo,

y estoy en ti y por ti: yo soy el todo”.

Revelación (El canto errante).

“Él celebró las conquistas humanas y él, cada día, afianzado más mi seguridad de Dios. De Dios y de los dioses. Como hombre, he vivido en lo cotidiano; como poeta, no he claudicado nunca, pues siempre he tendido a la eternidad”. En Dilucidaciones (El canto errante, 1907).

“…Y un Cisne negro dijo: – “La noche anuncia el día”.

Y uno blanco: “¡La aurora es inmortal, la aurora

es inmortal!” ¡Oh tierras de sol y de armonía,

aún guarda la esperanza la caja de Pandora!”

Cantos de Vida y Esperanza. Los cisnes y otros poemas (1905).

 

            ii. ¿Cómo lo hizo?

No se bachilleró, no cursó la universidad, ¿cuál es su currículo?

  • Aprendió a escuchar y siguió escuchando siempre

¡Aprendamos a escuchar como Rubén Darío!

 

  • observador acucioso

¡Seamos conscientes de Rubén Darío!

 

  • lector diverso y constante

 

  • Curioso insistente: por eso leía y viajaba, por eso asistía a las tertulias (quizás también por la necesidad de compañía en su soledad interior y orfandad profunda)

 

  • Autodidacta : organizó su propio aprendizaje

¡Seamos lectores, curiosos y autodidactas como Rubén Darío!

 

  • Identificado un propósito temprano

 

  • Fue persistente

¡Seamos persistentes como Rubén Darío!

 

  • Esa es su PEDAGOGIA RUBENDARIANA

 

  • Sumado a cualidades personales: agradecido, humilde, generoso, sensible

Que la adversidad, la descalificación, la amenaza, la desesperanza o el desánimo, no nos amedrenten ni detengan, depende de nosotros avanzar y lograrlo, en nuestro este nuestro destino de victorioso y de gloria…

Finalmente:

San Rubén Darío (febrero 1916), del hondureño Rafael Heliodoro Valle:

Traed las griegas ramas del acanto

para mezclarlas con laurel sombrío,

donde se desgrane su cristal el llanto;

y venid a adorar a nuestro santo

que está en el cielo: San Rubén Darío.

 

Y le diremos, como él dijo de Nuestro Señor don Quijote:

Ora por nosotros, señor de los tristes,

que de fuerzas alientas y de ensueños vistes,

coronado de áureo yelmo de ilusión;

que nadie ha podido vencer todavía,

por la adarga al brazo, toda fantasia,

y la lanza en ristre, ¡todo corazón!

 

MUCHAS GRACIAS.

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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