ANSIOSO ESCRITOR Y LECTOR EN BUSCA DE SU ORIGEN
Jorge Eduardo Arguello vive en la distancia, entre el idioma inglés y la rutina absorbente norteamericana, añorando, ansiando con irrenunciable entusiasmo, volver, calculando el tiempo, recordando el pasado, que no lo deja, porque viaja con él, escapando cuando puede al bosque, entre los arboles, a la orilla del mar profundo embravecido y azul. Escribe en español y lee, incansablemente, durante las noches después de la jornada laboral que las obligaciones imponen, en su soledad se acompaña, haciendo de ferretero, juntando después, entre los libros, las novelas, los poemas y su diccionario de cabecera, las piezas y herramientas de una nueva creación. Escribe en su libreta con la misma pluma de siempre, inseparable e inagotable. Siente que su tiempo vuela en esta edad de la vida tan agitada de imaginación y creatividad que fluye persistente en los manuscritos del cuaderno que le acompaña; cree que tiene mucho que decir, por lo vivido tan intenso y disgregado, por aquí y por allá, lo visto, leído, escuchado, pensado y sentido, los tropiezos y fracasos, los entusiasmos e inesperados tropezones placenteros, que en un paso de caminos nos esperan a la orilla de la carretera como una flor del campo, fresca y agradable de cortar y llevar. Corrige y transcribe y vuelve a corregir, tacha, tira y rehace, en el eterno ciclo de la creación literaria, siempre inconclusa, como lo reitero en mi último libro de narraciones breves de ficción: Inconclusos…
Este hombre, de muchas andanzas y confusiones, de caminos universales que regresan siempre a lo simple, vivió intermitentemente entre los algodonales extinguidos de su padre y las prolongadas y variadas discusiones literarias de su madre, la poeta leonesa Mariana Sansón. Allí escuchó hablar de poemas y poetas, mientras la señora de la casa, cocinaba y atendía a los invitados e inesperados asistentes, se vio obligado a prestar atención y hacer lo que ahora hace en sus tiempos de relajación y quisiera, con prontitud, en la búsqueda de su origen, hacer con dedicación absoluta, contar y escuchar, leer y escribir, desde un acogedor refugio “bajo el nicaragüense sol de encendidos aros”.
- E. Arguello Sansón nació en León en junio de 1940, ha sido incorporado, en este año del 80 aniversario de la instalación de la Academia Nicaragüense de la Lengua (31 de mayo de 1928), como MIEMBRO CORRESPONDIENTE. Hace unos meses, igual fue, con su amigo de frecuente comunicación Guillermo Menocal, su vecino granadino, quien ahora habita como él, por los gajes del destino o las inexplicables decisiones de las circunstancias, en la California de Jonh Steinbeck.