DESARROLLO, GOBERNABILIDAD Y SEGURIDAD
El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional publicó el “Plan Nacional de Desarrollo Humano 2008 – 2012” – Documento Borrador 0 – para la discusión (abril 2008). Han transcurrido seis meses de consulta, no sabemos qué tan amplia y profunda, pero es probable que una nueva versión final sea oficializada próximamente, ajustada y enriquecida desde la heterogeneidad política, económica, cultural y social, ojala sobre la base del consenso, tal y como lo indica en su propia introducción al pretender ser “un Plan Nacional de Desarrollo Humano, que nos una en medio de la diversidad para hacer nuestra Nueva Nicaragua que supere la pobreza, dentro del marco del nuevo modelo de desarrollo alternativo del Poder Ciudadano”.
El 12/9/03 el gobierno anterior presentó en un publicitario acto su “Propuesta de Plan Nacional de Desarrollo” cuyo enfoque macroeconómico, de infraestructura y limitadamente social, no logró arrancar ni ser percibido, pese a sus intenciones de largo plazo (20 años), como suele ser común en nuestra historia gubernamental, a pesar de sus virtudes y defectos, no pasó mas allá del período de turno. Utilizó el término del inglés “CLUSTER” (racimo, agrupar; aglomeración de grandes empresas, instituciones y mano de obra), tratando de copiar un modelo de países desarrollados, no adaptable a la realidad nacional; en sus términos fue excluyente, privilegiaba al gran capital, particularmente al financiero. No recogió “gobernabilidad” ni “seguridad ciudadana”. No ofreció modificar la estructura económica, social y estatal que garantizase equidad y desarrollo sostenible, no alcanzó consenso político ni logró institucionalizarse.
El nuevo PNDH, que continúa siendo un borrador, presenta una visión amplia: cambio de modelo, democracia directa, propone un Estado proactivo, descentralizado, el desarrollo de la cooperación externa con liderazgo nacional y soberanía, la protección medioambiental, el abordaje de la pobreza y la desigualdad, formula políticas planteando el carácter inseparable de lo social y económico para el desarrollo humano, incluye programas especiales de atención a los grupos vulnerables y cambios en la matriz energética del país. Desde lo escrito puede ser un instrumento eficaz que, si se construye sobre el diálogo desde la base popular y no sólo en la cúspide del poder en sus variadas formas, trace el rumbo de un largo camino que podría modificar la estructura económico social e institucional centralizada, dependiente, excluyente y tradicional. ¿Qué será posible en el contexto de crisis económica mundial y nuestra aguda pobreza? El tiempo es corto. Si los nicaragüenses no nos unimos, “en medio de la diversidad”, no hacemos efectiva la unidad y reconciliación nacional, menos cosas serán viables, mayores los obstáculos, menos las oportunidades. En el Capítulo VIII: Gobernabilidad, incluye: “seguridad ciudadana”. A ello nos referiremos. Define gobernabilidad como “la capacidad de interacción entre el Estado y la Sociedad, con el fin de fijar y lograr resultados a mediano y largo plazo que conduzcan a superar los niveles de insatisfacción social, económica, cultural y política”. La seguridad ciudadana es enunciada como “el derecho de las personas a desarrollar su vida cotidiana con el menor nivel posible de amenazas a su integridad personal, a sus bienes y a sus derechos cívicos”, es un concepto amplio que debe desagregarse en las principales amenazas, riesgos, estrategias y políticas, en donde una de ellas es indudablemente la relativa a la delincuencia. Requiere enfatizar que es la “desigualdad” y no la “pobreza” la raíz principal de la violencia en cualquiera manifestación. La propuesta no identifica cuantitativa ni cualitativamente la magnitud de la inseguridad y el delito. Se aproxima a la causalidad del problema global, pero requiere precisión para derivar efectivas políticas públicas centrales y locales. Reconoce que “no es un fenómeno meramente policial ni sectorial”. Propone pasar de una “estrategia reactiva y represiva” a una “preventiva y preactiva” desde las prioridades definidas por la comunidad a través de los Consejos y Gabinetes del Poder Ciudadano. Señala a la seguridad ciudadana como uno de “los tres principales problemas de la vida cotidiana”. Indica a la familia como su eje fundamental, insiste en prevención social, comunicación familiar, efectividad de las instituciones, relaciones entre el Estado y la Comunidad.
Lo escuetamente planteado es pertinente, pero insuficiente, falta profundizar sobre las características del fenómeno, su delimitación, las competencias locales, centrales e interinstitucionales ¿Cuáles son las estrategias sobre seguridad ciudadana que deberán promoverse desde los municipios a partir de las nuevas administraciones edilicias que asumen en enero 2009? ¿Cómo debe ser enfocada la Comisión Nacional de Convivencia y seguridad Ciudadana (creada: 2004, reformada: nov. 2007) “como órgano coordinador y consultivo de la Presidencia de la República para el diseño, formulación, evaluación y ejecución de programas, estrategias y políticas gubernamentales que coadyuven a la promoción de la convivencia y seguridad ciudadana”? El abordaje de la seguridad ciudadana requiere prevención mecánica desde el diseño de las ciudades y prestación de servicios básico, prevención social desde la salud, educación, información y comunicación social; prevención comunitaria desde la participación directa de las personas organizadas; prevención situacional desde las condiciones especificas que facilitan el delito; eficacia coercitiva en la aplicación del sistema de justicia penal con criterios de proporcionalidad y derecho; fortalecimiento institucional y profesionalización de policía, fiscalía, órganos de justicia, penitenciaría y otros órganos vinculados. Debe incluir atención diferenciada a sectores vulnerables: mujeres, niños(as), jóvenes, grupos étnicos y en extrema pobreza.
El país presenta ventajas en la seguridad afectada por la violencia criminal con respecto al norte de Centroamérica, pero tiene tendencia de incremento del riesgo general y particular en algunos barrios y municipios. Nos encontramos en el centro del Istmo, entre el mercado de oferta y demanda del narcotráfico, ello arrastra complejas manifestaciones de delincuencia organizada que vulnera las instituciones y corrompe el andamiaje social. La gente percibe su realidad local y la compara, no con los países vecinos, sino con años anteriores. Suma en sus percepciones temores, desconfianzas, carencia de información y problemas económico sociales. A la inseguridad contribuyen la delincuencia común y organizada, la violencia social, los problemas de la convivencia cotidiana, la manera de abordar los conflictos, la intolerancia política, económica e institucional; puede ser socioeconómica, laboral, jurídica, medioambiental, es inseparable a la dimensión humana individual y colectiva.
Un PLAN propuesto con este alcance, es una oferta de cambios de fondo, merece ser conocido, discutido, consensuado y asumido desde el gobierno y la sociedad, demanda institucionalizarse para que no se extinga sin terminar de haber nacido como su antecesor inmediato.