URGENTE PREVENCIÓN DE ROBOS Y VIOLENCIA

Los delitos contra la propiedad representan en Nicaragua entre el 45 – 47% del total de denuncias. En la legislación penal y los registros policiales, se enumeran varios tipos en dependencia de la forma en que se perpetra el hecho. El hurto, es el menos peligroso, está asociado en la confianza o al descuido, no atenta contra la integridad física de la víctima. La categoría de robo puede hacer uso de fuerza contra las cosas al romper una verja, puerta, ventana, para llevarse el artículo/dinero de una casa, vehículo o negocio; produce daños físicos en el bien mueble o inmueble, destruye la cerradura, el interior o los accesos, pero no enfrenta directamente a la persona. El más peligroso es cuando se usa la fuerza física, el golpe o la intimidación contra las personas, ya sea mediante un arma blanca, cuchillo u objeto cortopunzante que se blande frente a la víctima o se presiona, amenazando con hundirlo en su cuerpo, o con un arma de fuego que encañona.  Esta forma de robar, “robo con intimidación”, ha presentado en Nicaragua una alarmante tendencia creciente, +40% por cada 100 mil habitantes entre 2003 y 2007.  El problema no es sólo que roben el vehículo y arrebaten la cartera, el maletín, el reloj, la pulsera, los aretes, el teléfono celular, la licencia de conducir, la cédula de identidad y el dinero que lleves contigo, sino que, en ese estado amenazante de tensión, temor y excitación tanto del agresor como de la víctima, en un descuido, con un movimiento espontáneo, puede provocar lesiones físicas y hasta la muerte. Cuando fue perpetrada la acción, la víctima, será otra persona, independientemente que no quede en su cuerpo ninguna herida, la afectación sicológica y su estado anímico quedará alterado. El temor y riesgo a la amenaza directa, marcará su comportamiento, restringirá por algún tiempo los lugares de movilización, será precavido, la afectación sicológica es inevitable, no todas las personas la superan con la misma rapidez, tendrá desconfianza en los otros(as) con quienes se cruce en la calle, suban al bus o taxi, quienes se sienten a su lado.

Aparte del delito mas graves, el homicidio, que atenta contra la vida, el bien valioso, desde mi punto de vista son tres tipos los que marcan mayor énfasis a una persona:

1. a) violación.
2. b) secuestro o plagio
3. c) robo con intimidación.

Los otros, pueden dejar daños materiales y físicos, indudablemente afectan la tranquilidad, pero estos, dejan huellas, algunas difíciles de sanar en la víctima sobreviviente. Al referirnos al tercero, lo común es que el hechor sea un desconocido, ande enmascarado, no muestre el rostro o te de la cara sin escrúpulos. El primero (la violación), tiene la gravedad de afectar la intimidad, en muchos casos, el autor es conocido, persona de confianza y cercano, ello genera frustración por la traición viniendo de quien se pensaba era amigo, protector, compañero o pariente. El segundo (secuestro/plagio), afecta porque suele prolongarse por horas, días o meses, condiciona un estilo de vida y la persona, para recuperarse, requiere refugiarse en alguna rutina o idea que le permita encontrar un motivo de subsistencia en medio del aislamiento, silencio, tortura física o sicológica e incertidumbre, a la cual es sometida. Afortunadamente en nuestro país, las tasas de estos delitos son bajas, en promedio durante el último quinquenio, los casos conocidos anualmente son 37, que, dada su gravedad, no es una cifra despreciable.

Tasas x 100 mil habitantes (fuente Policía/INIDE)

La tasa general de robos entre 2003-2007 se incrementó en 18% por cada 100 mil hab.; en el mismo periodo la población nicaragüense aumentó 6%. La tasa de robos con violencia (arrebatos de cartera, pulsera, reloj, etc., el ladrón sale corriendo o se esconde), ha aumentado en similar proporción al de la población. El robo con fuerza en casas, carros y negocios, es mayor en 24%. De las tres categorías de robos, el incremento alarmante fue el que utiliza la intimidación. Aunque se cataloga como delitos “contra la propiedad”, realmente son “contra las personas” porque afectan directamente al individuo; sus efectos, además de los riesgos físicos, dejan traumas en la conducta y vida cotidiana. Durante 2007, la cantidad de robos con intimidación fue de casi 6 mil, con una cifra oscura del 40%; 2008 concluirá con 12% más.

En esta temporada de diciembre, de gritería, aguinaldos, compras navideñas y celebraciones de fin de año, aumenta el efectivo en la calle, las instituciones y empresas pagan el treceavo mes, los negocios mueven sus inventarios y proliferan las ofertas; también, lamentablemente, a pesar de los planes policiales, se incrementan los riesgos por robos principalmente usando violencia e intimidación. La desigualdad de las familias en el acceso a las promociones publicitarias, la comida y variedad de regalos son marcadas e injustamente desiguales. Según tendencias de estudios criminológicos, cuando aumenta el desempleo, la pobreza y la desigualdad, se incrementan los delitos contra la propiedad. Una obvia recomendación a todos(as) es la prudencia, no ostentar de las cosas materiales de valor ni el dinero que llevamos, no viajar solos ni en áreas desconocidos, buscar lugares iluminados que cuenten con seguridad, ser responsables en el traslado de valores y dinero, evitar la acumulación de efectivo en caja. La solución de fondo está en la solidaridad y la equidad, se requiere tiempo y unidad de nación para superar las profundas carencias y diferencias socioeconómicas, sin desgastarnos en las inútiles actitudes y discusiones que nos aturden.