SINTOMA SOCIAL: MÁS HECHOS Y MENOS EFICACIA EN 2008
La inseguridad ciudadana no es sólo un asunto de cifras y hechos, también es de percepciones y confianza en las instituciones, es integral e inseparable de la dimensión humana. Indudablemente los hechos criminales y la respuesta que a esos hechos den las instituciones, es decir el ámbito objetivo del fenómeno, constituyen el factor detonante que puede desencadenar y/o sumarse a los temores, miedos y desconfianzas, que llevan a los(as) ciudadanos(as) a reaccionar de una manera u otra. La comunicación, la educación y la información sobre la seguridad, la delincuencia y las medidas de prevención son fundamentales para generar confianza, los medios de comunicación juegan un rol mucho más importante que hace tres décadas en la percepción e imagen que sobre la problemática las personas tengan, la manera en cómo las instituciones se comunican e informan los hechos, cómo presentan la estadística y enfocan los problemas, abona a una mejor y mayor seguridad. La Policía Nacional, es indudablemente una de las instituciones más profesionales de Centroamérica y goza, a pesar de sus errores, defectos organizativos y limitaciones humanas y técnicas, de un buen nivel de confianza entre la población, sin embargo, el fenómeno criminal es creciente, tiene una dinámica propia. La Policía, el Estado nicaragüense y la sociedad deben analizar el comportamiento delictivo, sus modus operandis, características de las víctimas y victimarios y circunstancias facilitadoras de los hechos, para promover acciones operativas y políticas institucionales integrales y duraderas.
Al cerrar el 2008, según cifras preliminares no oficiales que seguramente pueden ser ajustadas en el Anuario Estadístico a publicarse a mediados del 2009, la cantidad de denuncias con respecto a 2007 subió en 11%, sobrepasó 154 mil casos: 25% son faltas y 75% presuntos delitos de acuerdo a la apreciación policial. Aunque la Policía tiene el mérito de ser una de las pocas instituciones en América Latina que genera estadísticas delictivas sistemáticas, no siempre sus cifras son certeras y carecen de conciliación interinstitucional con otras entidades del sistema penal.
Seis tipos delictivos representan más de 73 mil hechos (63%): hurtos (20 mil); lesiones (18 mil); robos con fuerza (18 mil); amenazas (10 mil), robos con intimidación, (10 mil) y daños a la propiedad (6 mil). El delito más grave de todos, el que atenta contra la vida, (homicidio) se mantuvo, de conformidad con los casos conocidos en 13 x 100 mil habitantes, llegando a 730 muertes, 2.3% más que en 2007, un poco mayor que el incremento de la población por lo que la tasa se mantiene constante. Los departamentos del país que registran tasas crecientes y altas son la Región Autónoma del Atlántico Sur, Managua, Jinotega y Matagalpa.
Hay que prestar urgente y preocupante atención a tres tipos delictivos cuyo crecimiento en 2008 es encima del promedio. Estos son:
- a) El secuestro, pasó de 34 casos en el 2007 a 97, casi tres veces más. La nueva legislación penal definió el secuestro simple y extorsivo. La cifra es mayor que la registrada en la década del noventa cuando el fenómeno se vinculaba a acciones delictivas provocadas por grupos rearmados y bandas que asolaban el interior del país después del conflicto bélico.
- b) Robo con intimidación, es decir aquel que usa arma de fuego o blanca intimidando a la víctima y genera gran impacto en la persona, es el de mayor peligrosidad entre la familia de los delitos contra la propiedad; este delito, según lo conocido por la Policía, pasó de 6,800 en 2007 a 10 mil casos en 2008, representa un incremento del 47%. La tendencia en los últimos cinco (2003-2007) años fue de más del 40%, sin embargo, ahora, en un sólo año, ha dado un salto significativo y alarmante. Los departamentos con mayor afectación de este tipo de robos fueron Managua, Carazo, Región Autónoma del Atlántico Norte y Sur, Chinandega, Rivas, León, Matagalpa; y
- c) violaciones cuyos casos conocidos se incrementaron en 9.6% pasando de 1750 a 1925 casos.
El total de robos (con fuerza, violencia, escalamiento, intimidación) que la Policía registró son 33 mil, es decir el 29% del total de delitos conocidos, en 2007 representaban el 26%. Actualmente la tasa de robos con respecto a cada 100 mil habitantes es la más alta de Centroamérica. De las 154 mil denuncias conocidas (delitos y faltas), el 40% ocurrió en la vía pública y el 41% en casas de habitación.
Hay más hechos y algunos muestran incremento significativo, la efectividad policial, el “esclarecimiento policial” se ha reducido en 9%; en 2007 fue 35% y en 2008 llegó a 26%. Los casos aceptados por el Ministerio Público disminuyeron en 20%. Lo anterior pone en evidencia que la capacidad policial, a pesar de sus manifiestos esfuerzos, se ve reducida ante el incremento de los delitos. Estamos obligados a hacer esfuerzos articulados y urgentes como nación y sociedad para fortalecer la prevención y mejorar la eficacia policial, penal, estatal y social en la investigación criminal, principalmente de los hechos graves y aquellos que afectan la inseguridad de las personas. El país presenta malestares en su salud social que requieren tratamiento y atención.