ABIERTOS AL MUNDO; MIGRACIÓN Y SEGURIDAD
He escuchado complacido el Decreto 07-2009: “Facilidades de visas para ingresar al país”, en el cual “aquellos ciudadanos extranjeros que deseen viajar a Nicaragua clasificados en la Categoría B (visa sin consulta), se les otorgará la visa correspondiente, sin menoscabo de cumplir con los requisitos de ley, toda vez que se encuentren en el territorio nacional, en los Puertos Fronterizos Marítimos, Aéreos y Terrestres, debiéndose presentar ante la ventanilla de la oficina de Migración y Extranjería de dichos puestos, donde enteraran un arancel por el importe de la visa y la tarjeta de turismo”. Algunos expresaron, sin análisis detallado sobre la decisión gubernamental, su preocupación por la “seguridad”. Al respecto me referiré.
La exigencia de VISA para Nicaragua ha tenido históricamente las siguientes motivaciones:
1) Acto recíproco a ciudadanos de países que piden visa a nicaragüenses.
2) Fines recaudatorios.
3)Restringir acceso a personas de ciertas nacionalidades.
4) Impedir ingreso a “indeseables” según criterios de inconveniencia política, criminal, otros.
Hay tres categorías de países:
- A) Pueden ingresar sin visa.
- B) Visa sin consulta.
- C) Se les puede otorgar visa previa consulta.
El primer punto es secundario por cuanto cada estado tiene el derecho soberano de facilitar a otros ciudadanos el ingreso a su territorio; no se ha eliminado el requisito de visa, simplemente se ha establecido la facilidad de otorgarla al ingresar a Nicaragua a procedentes de países a quienes se concede “visa sin consulta”. Es evidente que su fin es promover potencialmente el turismo. No creamos que nuestros puestos fronterizos se saturarán de personas demandando ingresar dadas las frágiles condiciones socioeconómicas que el país ofrece e insuficiente infraestructura turística y promoción a pesar de nuestro potencial natural, sin embargo, no es malo tener la esperanza que algo podría ser mejor. En nuestra historia ha estado presente una característica por nuestra posición geográfica: hemos sido lugar de “tránsito” más que de “destino” ¿podremos cambiarla? La segunda motivación permanece igual, tal vez se incremente un poco por las facilidades ofrecidas, por cuanto la tasa se seguirá pagando al ingresar. El tercer motivo se basa en la lista de países predeterminada por EU, quien, por razones de política exterior, amenaza terrorista, narcotráfico, flujo de inmigrantes, o ciudadanos de países con quienes tiene “enemistad”, “recomendaba” asumir a sus aliados. No obedece a necesidades nacionales, sino a exigencias norteamericanas para frenar, desde una frontera externa, a inmigrantes y a aquellos a quienes identifica como “amenazas a su seguridad”.
Pienso que el decreto gubernamental se ha quedado corto. Hubiera sido extensivo incluso a los países enlistados en las categorías que requieren consulta previa para visa. Un(a) ciudadano(a) procedente de Francia, Gran Bretaña o Suecia, por ejemplo, no ha necesitado visa para venir a Nicaragua, ¿será acaso porque todos los ciudadanos(as) que viven en esos países, mayoritariamente blancos, rubios y ojos claros, puedan tener, por razones de origen, siempre intenciones sanas, ser inversionistas honestos y turistas honorables? Pero alguien procedente de un país de Sur América (Bolivia, Ecuador, Perú) o de África Central requiere, si se les ocurriera visitarnos, visa previamente consultada para poder entrar, porque por el hecho de ser nacidos o nacionalizados en un país pobre, subdesarrollado, mestizo o negro, es “potencialmente inmigrante, delincuente, terrorista, narcotraficante” y no un “próspero inversionista o amistoso turista”. ¿No creen ustedes que esto es una medida discriminatoria que sigue prevaleciendo en el mundo y que a pesar de la medida anunciada en Nicaragua no supera suficientemente esos prejuicios? ¿Será posible un día que el mundo sea diferente y las fronteras de la exclusión y la discriminación se superen? Tal vez seguirá siendo una utopía. Los(as) ciudadanos(as) procedentes de países de la “Categoría C” (naciones pobres y estigmatizadas), siguen requiriendo visa, previa consulta del consulado a la Dirección de Migración y Extranjería, medida altamente restrictiva en la cual a los(as) nicaragüenses, otras naciones nos han colocado alguna vez.
En 1985 cinco países europeos (Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo) firmaron el Acuerdo de Shengen que entró en plena vigencia en 1995 y al cual se han sumado 28 estados suprimiendo las fronteras comunes. Un amigo alemán, asesor del Ministro del Interior de Alemania, me contó que, durante el proceso de discusión para suspender puestos fronterizos, el temor del funcionario fue que se podría “vulnerar la seguridad”. La inquietud se desvaneció después de unas preguntas reflexivas: “¿Qué nos interesa controlar?, ¿no es acaso el ingreso al país principalmente de la delincuencia organizada? Si es organizada ¿no son acaso grupos inteligentes que planifican y conspiran para evadir los controles formales gubernamentales? Entonces, ¿Cuál es el lugar menos inteligente para controlar a delincuentes que actúan inteligentemente? ¿No es acaso la frontera fija, conocida, preestablecida e identificable?” Fue evidente que la apertura de las fronteras entre los europeos, requería una “seguridad inteligente” para actuar sobre grupos delictivos que planifican sus acciones criminales y comúnmente no “tienen cara de delincuentes”, todo lo contrario, pueden presentarse como “personas honorables, de cuello blanco”. No puede ser suficiente argumento el de seguridad cuando limite en exceso la libre circulación de las personas; la policía requiere ser inteligente, informada, profesional, calificada y selectiva en su actuación, fortalecer la cooperación e intercambio de información internacional, sin restringir derechos ejercer control, facilitando la comunicación y contribuyendo a reducir la exclusión.
Desde 1998, con el Acuerdo CA-4 en Centroamérica, los(as) ciudadanos(as) de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, podemos viajar sin visa, simplemente con cédula de identidad. ¿Sabemos que, lamentablemente nuestros vecinos del Norte de Centroamérica tienen tasas delictivas muy altas? ¿Debe ser eso argumento suficiente para restringir el paso por nuestras fronteras, no avanzar en los procesos de integración e impedir la movilización de la gran mayoría de personas que no cabe duda es honesta y trabajadora? La integración regional migratoria, económica, aduanera, de seguridad y quizás política en el futuro, aún es insuficiente, los problemas locales, limitada visión cortoplacista y “nacionalista” nos impide avanzar.
