PANAMÁ, INSEGURIDAD Y LAVADO DE ACTIVOS
Panamá representa la frontera sur de Centroamérica y por lo tanto el escenario geográfico inmediato de la oferta de cocaína del Sur que tiene como principal destino el Norte de América. Su privilegiada posición de tránsito, la dinámica económica y de canal interoceánico, así como las “facilidades” que ofrece para las operaciones financieras internacionales y la constitución de empresas comerciales, la comunicación y el transporte para el mundo, le hacen escenario vulnerable para el lavado de activos provenientes de actividades ilícitas, principalmente del narcotráfico. El país (3.3 millones de hab.) tuvo en 2008 un sorprendente salto en la tasa de homicidios al pasar de 12.9 a 19 casos por cada 100 mil habitantes; de 440 casos a 640, doscientos más que el año precedente (146%), situación que sorprendió a sus pobladores, desplegó la noticia en los medios de información, incrementó la percepción de inseguridad y sacudió a las instituciones públicas de la seguridad y la justica penal; fue quizás uno de los factores que contribuyó, junto a los de carácter político y social, a la derrota electoral del partido gobernante y al triunfo del empresario derechista Ricardo Martinelli quien asumió el máximo cargo público de la nación a partir del 1ro. de julio del 2009.
La creciente presencia del narcotráfico y el lavado de dinero (viejo fenómeno con innovadas expresiones), acrecientan la corrupción pública y privada. En las ciudades proliferan los grandes edificios e inversiones multimillonarias cuyas fuentes de financiamiento, según diversas afirmaciones, podrían provenir parcialmente de operaciones ilícitas o de “capitales golondrinas” ansiosos de obtener el mayor beneficio bajo el menor control. Las inmensas inversiones gubernamentales para la ampliación del Canal de Panamá, presentan un flujo económico favorable para la movilización de recursos frescos provenientes de fuentes transparentes y opacas. El país representa el 20% del PIB de la región y se ubica en la posición 62 de desarrollo humano, 48 puestos por encima de Nicaragua.
Tasa de homicidios x 100 mil habitantes | |||||||||
2000 | 2001 | 2002 | 2003 | 2004 | 2005 | 2006 | 2007 | 2008 | |
Nicaragua | 10 | 10 | 10 | 12 | 12 | 13 | 13 | 13 | 13 |
Panamá | 10 | 10 | 10 | 11 | 10 | 11 | 11 | 13 | 19 |
Fuente: a partir de Anuario Estadístico Policía Nicaragua; Observatorio Centroamericano de la violencia OCAVI.
El sorprendente incremento de la tasa de homicidio ha llevado a la toma de medidas urgentes y desesperadas, que no se enfocan en la raíz del problema, sino que tienen rasgos de “mano dura” agudizando la desigualdad y criminalizando a los jóvenes, a los excluidos y a sectores vulnerables. Según informaciones oficiales, muchas de las causas de las muertes se vinculan a la violencia juvenil o pandillerismo y al narcotráfico. A partir del 27 de julio el Ministro de Gobierno y Justicia ordenó a los gobernadores de todo el país implementar medidas para garantizar la seguridad en las calles conforme uno de los compromisos de campaña del nuevo Presidente. Entre las acciones a implementar está la vigencia de un “toque de queda” entre las 9 pm y las 6 am que restringe la movilización de los menores de dieciocho años y a quienes violen la norma amparada en el Código Administrativo, estarán sujetos a multa de US $ 50 dólares que deberán asumir sus padres o representantes legales. En el caso de reincidencia, la multa se duplicará. Durante el primer día fueron arrestados 86 jóvenes. El gobierno pretende endurecer las penas contra la delincuencia juvenil para frenar lo que identifica como una “ola de violencia” y para “limpiar las calles”.
El año pasado las fuerzas policiales panameñas y las agencias especializadas antidrogas de Estados Unidos, ocuparon en territorio panameño la sorprendente cantidad de 53 toneladas de cocaína (12% de la ocupada en territorio nicaragüense en 2008). Se ha incrementado la presencia de los llamados “tumbadores” que son grupos o individuos que de manera violenta se apoderan de la mercancía ilícita lo que ha llevado a los carteles colombianos, mexicanos y sus aliados centroamericanos, a establecer protección sobre los cargamentos y a ejecutar “pasadas de cuenta” por incumplimientos o traiciones. Según ONUDD (2007), el 1.2% (unos 30 mil) de los mayores de 15 años y menores de 65 han consumido droga el año anterior; en Nicaragua ese porcentaje fue del 1.0% (aproximadamente 40 mil).
En Panamá, a pesar de la compleja situación observada durante los últimos años, solamente el 19% de la población percibe a la delincuencia como el principal problema del país -tres veces menos que en los países del Norte de la Región-, tiene uno de los niveles de seguridad ciudadana menos graves de Centroamérica junto a Costa Rica y Nicaragua. Los países del Istmo están siendo afectados sin excepción por la delincuencia nacional y transnacional, un mayor temor e inseguridad en un escenario de fragilidades institucionales, lo que requiere indudablemente medidas urgentes sostenibles sobre la causalidad del fenómeno y no sólo sobre las manifestaciones visibles.