PRÁCTICA Y APRENDIZAJE: POLICÍA-COMUNIDAD PROACTIVA
FORO SOBRE SEGURIDAD CIUDADANA
La Policía Nacional por su origen en la Revolución Sandinista y su evolución institucional, desarrollo profesional y modernización durante tres décadas ha venido construyendo, en ese largo y siempre inconcluso proceso, sujeto a la actualización y a la prueba de la práctica y el aprendizaje, el modelo de Policía-Comunidad Proactiva que en esencia es un enfoque doctrinal que enfatiza el trabajo de la policía con la comunidad, el acercamiento de los servicios a la población, la formación integral del policía y la integración social en la solución de los problemas asociados a los factores de riesgo relacionados a la seguridad ciudadana que sean competencia del órgano policial.
Esta visión y experiencia fue compartida con representantes de los siete países centroamericanos en ocasión de la Feria de Conocimiento “Compromiso Centroamérica: un espacio para construir una región segura” realizada en Panamá (25-28 de octubre 2010) y promovida por el Sistema de Integración Centroamericana, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, junto a otras 42 experiencias como una oportunidad de intercambio y reflexión entre diversos actores (regionales, nacionales, locales, gubernamentales, privados, públicos, sociales, políticos, medios de comunicación, especialistas, agencias de cooperación, etc.) dentro de una diversidad temática relacionada a la seguridad ciudadana que incluyó: comunicación social, rol de los entes legislativos, producción de conocimiento, legalidad, violencia juvenil, género, seguridad local, tráfico ilícito de armas, modernización policial y cooperación regional. Fue inexplicablemente excluido el abordaje multicultural y multiétnico de la seguridad en una realidad regional heterogénea que muestra diversas inseguridades.
La experiencia presentada por la Policía Nacional de Nicaragua fue la más votada por los participantes en el evento, en parte porque más que ser un proyecto, es un modelo institucional integrado que se ha venido actualizando y enriqueciendo, incorporando en su concepción actual, cuatro componentes: Escuela Total (desde 1999) para la formación continua e integral del policía, relación Policía Comunitaria (asumida desde la fundación de la Policía en 1979), experiencia de las Comisarías de la Mujer y la Niñez (instaladas a partir de 1993) y Asuntos Juveniles o el abordaje policial para la prevención de la violencia juvenil (promovido desde fines del noventa).
Aunque no es posible ocultar que la inseguridad ciudadana en Nicaragua se ha deteriorado durante la última década por la complejidad de un conjunto de factores internos y externos, es comprobable que el ritmo de aceleración y la peligrosidad de las tasas delictivas en Nicaragua ha sido menor que en otros países de la región, por lo que se continúa teniendo ventaja comparativa en relación a la mayoría de los países centroamericanos. Así como no es posible afirmar que el crecimiento de las tasas delictivas es responsabilidad absoluta de la Policía, tampoco es creíble decir que la ventaja comparativa en la seguridad ciudadana es mérito exclusivo de la Policía. En esto se conjugan principalmente, fortalezas históricas, sociales y culturales, la movilización y organización social y las capacidades de otras instituciones del estado nicaragüense incluyendo indudablemente a la Policía Nacional.
El modelo de Policía-Comunidad Proactiva, ha sido un producto técnico, político e histórico de la evolución policial y social que ha recorrido un camino lleno de logros, inconveniencias, desafíos y oportunidades. Desde la fundación de la Policía (entre 1979 y 1982) en donde se logró crear su organización, funcionamiento y normativa básica interna, administrativa y operativa, pasando por la “crisis de orfandad o abandono” producida por la desconfianza de las autoridades que asumieron el control del Estado en 1990 motivadas por el origen sandinista de la institución (1990-1995) lo que deterioró la capacidad financiera, operativa y técnica, pero que afortunadamente logró, poco tiempo después, un amplio consenso político y legislativo que permitió una reforma constitucional (1995) y la ley orgánica (1996), hasta llegar al punto de partida de un proceso continuo de modernización y desarrollo que, a partir de un diagnóstico de 1999, inició un Plan de Modernización y Desarrollo en el 2001 que ha adquirido y seguirá adquiriendo, renovados plazos y alcances ante los riesgos, amenazas y demandas cambiantes de la convivencia, los conflictos sociales y la inseguridad.
Centroamérica, a pesar de sus males es ahora mucho mejor que antes, también tiene muchas cosas buenas que decir sobre lo que ha hecho y seguirá haciendo pero que con frecuencia no se ven ni publican suficientemente. Nicaragua está llena de fortalezas y oportunidades, también tiene debilidades, riesgos, amenazas, profundas brechas que no vale la pena repetir, nos conviene reconocer las cosas buenas para apoyarnos en nuestros pequeños y grandes éxitos. Las cosas buenas hay que conservarlas y seguirlas mejorando. Seguramente, a pesar que “no estamos en un lecho de rosas”, la seguridad ciudadana y sus instituciones tienen capacidades que tenemos que preservar y cuidar. Una es el enfoque de lo que se ha llamado Policía-Comunidad Proactiva que requiere ser mejor conocido, asumido y generalizado. En medio de nuestras innegables diferencias nacionales es fundamental ponernos de acuerdo como nación en lo principal. La salud, la educación y la seguridad ciudadana, deberían ser parte de esa agenda común impostergable. Tendremos la seguridad y la policía posible que los nicaragüenses podamos construir y preservar