ACCIONES POLICIALES DURANTE UN AÑO ELECTORAL
Los procesos electorales nacionales en Nicaragua no cubren solamente el periodo oficial de la campaña (del 20/8/2011 – 2/11/2011; 75 días; según Calendario Electoral aprobado por el CSE), sino que en la práctica abarcan todo el año. Implican mayor tensión en el uso de la fuerza policial por la gran cantidad de movilizaciones políticas que realizan los distintos partidos, alianzas y grupos de diversas opiniones en el territorio nacional y por la evidente – casi tradicional- tendencia a la polarización entre los partidos y las organizaciones participantes y no participantes en la contienda, a lo que se pueden sumar las protestas, tranques de carreteras y calles, plantones en rotondas, tomas de instalaciones, paros del transporte y otras modalidades planificadas e improvisadas.
Lo anterior obliga a que, además del normal despliegue policial que la ley obliga a la Policía Nacional en el cumplimiento de su misión en la prevención, la investigación criminal del delito común y organizado, la regulación del tránsito, la vigilancia, el patrullaje, y los trámites administrativos (permisos y licencias), en medio de las dificultades conocidas, particularmente la carencia de personal y medios técnicos, tiene, con la misma capacidad, que extender la cobertura a las actividades derivadas de la prolongada jornada político electoral. Las principalmente acciones que ejecuta son:
- La protección personal de los(as) candidatos(as) en el territorio nacional. Algunos, por sus características, riesgos, intensidad y frecuencia de su movilización, requieren nivel de protección física mayor.
- La seguridad de las concentraciones y movilizaciones públicas. Sus promotores deben cumplir un “trámite de autorización” (como mecanismo de orden) pero que en ocasiones se realizan de hecho, sin previo aviso. Se supone que la Policía Nacional debe tratar de evitar que las marchas y concentraciones de los grupos políticos no se efectúen el mismo día y hora, ni se crucen en el mismo lugar o ruta para prevenir confrontaciones. Sus organizadores, al gestionar el “permiso” deben indicar el día, hora, duración, ruta y responsables del evento, así como asumir la “obligación civil” para evitar daños personales y a la propiedad de terceros. Durante la Campaña la solicitud se presenta ante el CSE (Ley Electoral, artículo 89).
- Labor de inteligencia policial sobre las rutas de traslado del material electoral, controlando la tenencia y uso de las armas de fuego, el expendio y consumo de licor e incidiendo en la reducción del consumo de drogas ilícitas, así como de la actividad delictiva común y organizada que pueda afectar el normal desarrollo del proceso electoral (propaganda electoral, movilización política, organización institucional electoral y ejercicio del voto ciudadano).
- Acciones preventivas en los centros de votación y sus alrededores para reducir la amenaza por disturbios sociales, delictivos y de otro tipo que puedan afectar el desarrollo de las elecciones.
- Aunque corresponde al Ministerio de Gobernación (artículo 182, Ley Electoral) “asegurar la constitución de la policía electoral para que funcione a la orden del CSE desde el inicio de la campaña”, la policía asume un rol de coordinación y supervisión. En la década del noventa la Policía asumía directamente el reclutamiento y control de este cuerpo de seguridad electoral.
- Acciones policiales para la prevención y restablecimiento del orden público ante la confrontación verbal o física entre simpatizantes de los partidos y alianzas políticas participantes en la contienda electoral.
- Protección general de la propaganda electoral partidaria en la medida de lo posible, resguardar la información electoral institucional y apoyar el rol de la Fiscalía Especial que el Ministerio Público crea durante el proceso electoral.
El problema es complejo porque con los mismos recursos humanos la Policía está obligada a cumplir dos tareas: la que tradicionalmente tiene en un contexto de incremento de las tasas delictivas y de mayor percepción de inseguridad, y la que se agrega en la temporada pre – electoral – post que se prolonga al menos durante los doce meses del año 2011, intensificándose entre julio – noviembre y que quizás, en dependencia de la forma en que se administren y divulguen los resultados electorales, dejará remanentes de movilización, conflicto y tensión político-social durante los primeros meses del 2012.
El despliegue policial en función de la diversidad de actividades electorales, puede reducir la presencia policial en el enfrentamiento al delito común en los barrios. Los necesarios planes especiales anunciados públicamente por la Policía en lo que va del año 2011 para la prevención delictiva, principalmente en el departamento de Managua (representa el 24% de la población y el 40% de los delitos del país), se pueden ver interrumpidos por el agotamiento del personal policial y su desvío para atender la movilización y protesta política-social durante esta temporada que tiene en la ciudad Capital su principal escenario.
Las acciones y la autoridad policial sufren desgaste debito a los errores propios de su actuación, a la intolerancia entre las fuerzas políticas, a la desconfianza político institucional y en dependencia del punto de vista y enfoque de los grupos opositores y los medios de comunicación. Al afectarse la fuerza policial, se lesiona su autoridad formal, se reduce la confianza de algunos sectores de la población hacia dicha institución y, en consecuencia, se incrementa la precepción de inseguridad en el ámbito relativo a la confianza y credibilidad. Esto ha sido un ciclo que se repite durante cada año electoral, pero que, afortunadamente, en los años siguientes, la policía, al retomarse la dinámica nacional cotidiana, vuelve a recuperar, manteniendo en general niveles aceptables de confianza social debido a su tradicional vínculo con la comunidad, los resultados operativos en el enfrentamiento al delito común y el manejo hábil de las relaciones con los medios de comunicación y otros sectores de opinión. La confianza y credibilidad en la actuación policial no es homogénea durante todo el tiempo, se ve afectada por acontecimientos como los que durante el año 2011 pueden ser fácilmente pronosticados.