RETOS, RIESGOS Y OPORTUNIDADES DE LA SEGURIDAD EN NICARAGUA
A partir del estudio publicado por el PNUD: “Seguridad ciudadana en Nicaragua: Riegos, Retos y Oportunidades” (2011) que abarca un análisis cuantitativo y cualitativo del periodo 1998 – 2009, se derivan los principales hallazgos de este ámbito principal de la vida de los nicaragüenses.
RIESGOS:
El país no es ajeno a la problemática global y regional ni a los antecedentes culturales, políticos, sociales y económicos internos que imponen vulnerabilidades y contribuyen a preservar una estructura excluyente que puede afectar la seguridad ciudadana. Entre estos riesgos vale la pena mencionar:
- La incidencia de la delincuencia organizada transnacional (narcotráfico, narcomenudeo, tráfico de personas, trata de personas, tráfico de armas y lavado de activos). El narcotráfico internacional utiliza el territorio nacional principalmente como tránsito generando descomposición social, corrupción y violencia.
- La desocupación y la alta informalidad económica conlleva a la existencia de muchos mercados informales (o ilícitos) cuyos límites son difusos y se convierten en opción de vida de muchas familias.
- Las demandas sociales crecientes en medio de las limitaciones de desarrollo humano, grandes necesidades insatisfechas, el hacinamiento, el desorden urbanístico, desarrollo desigual en el territorio nacional, insuficiente acceso a los servicios básicos y desigualdad socioeconómica.
- Las limitadas opciones de los jóvenes al desarrollo integral en una población que continúa siendo mayoritariamente menor de treinta años.
- La insuficiente cobertura de las instituciones públicas en los ámbitos sociales, de justicia y seguridad.
RETOS:
Constituyen retos urgentes a considerar como parte de las políticas institucionales y sociales, principalmente los siguientes:
- Preservar la ventaja comparativa con respecto a Centroamérica al presentar un nivel de seguridad más favorables que el Norte de Centroamérica, aunque menor que la de Costa Rica que tiene mayor desarrollo humano y estabilidad institucional.
- Frenar el incremento de las tasas delictivas, fortalecer la percepción de seguridad de los nicaragüenses y la confianza en las instituciones de la seguridad y la justicia.
- Recuperar el umbral de 10 homicidios por 100 mil habitantes que existía a principios de la década del dos mil.
- Fortalecer la capacidad de prevención y respuesta policial, fiscal, judicial y forense.
- Incrementar el nivel de información de la población y la participación comunitaria para la prevención.
- Atender desde el nivel local las necesidades de seguridad de la población, reducir la victimización principalmente de mujeres, niños y niñas, y atender a sectores más vulnerables.
- Se requiere identificar la problemática particular para impulsar abordajes diferenciados ya que la inseguridad no es homogénea en el territorio nacional, varía también por género, generacional y condición socioeconómica de las personas.
- Regular la venta de licor, reducir el consumo de drogas y la tenencia ilegal de armas de fuego en manos de la población civil.
- Atender la violencia juvenil y la violencia intrafamiliar de manera integral y especializada para la prevención.
OPORTUNIDADES:
El país tiene importantes oportunidades que requiere aprovechar con una visión sostenible e incluyente de largo plazo:
- La tendencia a la reducción de la pobreza durante los últimos años, la disminución de la tasa de analfabetismo, los numerosos programas sociales impulsados por el gobierno que benefician a muchas familias, la gratuidad de la salud y la educación, el acceso a viviendas populares, la estabilidad macroeconómica, todo ello puede redundar en mejorar el desarrollo humano y fortalecer la seguridad de las personas.
- Las capacidades institucionales pueden ser potencializadas mediante la articulación de políticas públicas de seguridad, prevención y persecución criminal que incluyan el fortalecimiento institucional.
- El modelo de policía comunitaria, la capacidad operativa de la Policía y el Ejército, el enfoque del Sistema Penitenciario Nacional, la experiencia del sistema de justicia penal, los avances del Ministerio Público y la profesionalización del Instituto de Medina Legal.
- La amplia capacidad de participación y organización social para la prevención y la incidencia sobre las causas criminológicas de la delincuencia, mejorando la comunicación y educación social para la identificación de las demandas diferenciadas desde el nivel local.
- La cultura de solidaridad, hospitalidad, participación, cooperación y voluntariado de la sociedad nicaragüense.
- La coordinación y cooperación internacional para el abordaje articulado contra el crimen organizado y los problemas comunes de inseguridad en la región.