HACE 1700 AÑOS: EL CRISTIANISMO RELIGIÓN OFICIAL
Saludo a fray Mauro Iacomelli, o.f.m. Cincuenta años de sacerdocio.
El 28 de octubre del 312 ocurrió la Batalla del Puente Milvio sobre el río Tiber en Roma en la que el emperador Constantino I (Flavio Aurelio, 272 – 337) derrotó a Majencio (Marco Aurelio, 278-312), quien era “apoyado por los paganos” y fue aclamado emperador por un grupo de oficiales en medio de disturbios por la sucesión del poder. Según Eusebio de Cesarea (275 – 339), -padre de la historia del cristianismo primitivo- y el vencedor, atribuyen la victoria a la milagrosa intervención divina. Un año después (313), mediante el Edicto de Milán, Constantino y su coemperador Licinio (250 – 325) ordenaron a los gobernadores provinciales que “mostrasen absoluta tolerancia a los que se habían consagrado al culto cristiano”, fueron revocados los decretos anticristianos y debían devolverse las propiedades confiscadas.
Hace 1700 años el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, a partir de un acontecimiento que cambió el rumbo de la historia; fue un acto político para sobreponerse de la decadencia que llevaría, apenas siglo y medio después, a que Roma sucumbiera por las oleadas de invasión y saqueo sumadas a los desgastes y contradicciones internas, la descomposición política y moral que sufren los imperios –por naturaleza conquistadores y expansivos- en algún momento de su evolución histórica.
Durante la existencia humana las religiones, no han sido ajenas a los objetivos de conquista y sometimiento económico y cultural, fueron con frecuencia instrumentos para doblegar voluntades y manipular sensibilidades, miedos, aspiraciones y creencias de los pueblos, condicionar sus comportamientos para preservar y consolidar el estatus de poder y justificar las acciones derivadas del control político y económico.
Según la leyenda, Constantino vio una señal en el cielo con las palabras “In Hoc Signo Vinces” (“con este signo vencerás”), dijo que se le apareció Jesucristo y le ordenó usar un estandarte con el monograma griego formado con las dos primeras letras: X (ji) y P (ro) XP de Cristo. Adoptó el “Crismón” como símbolo y lo empleó posteriormente en monedas y estandartes.
CRISMÓN |
El triunfo de Constantino finalizó con la “tetrarquía” convirtiéndose en máxima autoridad del territorio occidental; su cuñado Licinio asumió las provincias orientales. Es venerado como santo por la Iglesia Ortodoxa, las antiguas iglesias orientales y bizantinas. Era adorador del Sol, uno de los cultos paganos que nunca abandonó manteniendo su imagen en las monedas. Los motivos para acercarse al cristianismo fueron confusos, fue bautizado en su última enfermedad por Eusebio de Nicomedia (Obispo del actual Beirut). Era supersticioso, esclavo de signos y presagios; creía en el respeto a todos los cultos para apaciguar a los dioses; de carácter violento, dominante y vanidoso. No respetaba la vida, ejecutó a su hijo mayor, a su segunda esposa, al marido de su hija y a otros a partir de acusaciones dudosas. Era un puritano peculiar, prohibió el concubinato, la prostitución y seducción de los esclavos. Es posible que abrazara el cristianismo porque convenía a sus intereses. No conoció la teología paulina, aunque según Eusebio, asimiló algunas ideas y las secularizó. Ordenó que le preparasen una tumba en la Iglesia de los Apóstoles en Constantinopla. Cuando se legalizó el cristianismo era Obispo de Roma, Melquiades (311 – 314), africano, quien sufrió persecución del emperador Diocleciano (244 – 311) y murió por esos maltratos.
El cristianismo en el siglo II incorporó elementos de la organización eclesiástica, en el III creó una estructura intelectual y filosófica, en el IV definió su personalidad pública y comenzó a pensar y actuar como Iglesia oficial imponiéndose al paganismo. Para el siglo III penetró en los círculos de la política, la cultura imperial y en el ejército, provocando que los actos contra los cristianos fueran cada vez más impopulares. Entre 303 – 311 fue desarrollada la mayor y más sangrienta persecución anticristiana, fue una oleada desesperada de Maximino intentando renovar antiguas calumnias. El espíritu cristiano de amor y caridad comunitaria era lo que mas impresionaba a los paganos; presentaban sólidas ventajas, impulsando un estado de bienestar en un imperio que carecía de servicios sociales. Después de las acciones persecutorias se vieron obligados a admitir que su enemigo se extendía, había cambiado y era un aliado. Al atacarlos el imperio se debilitaba porque era un fenómeno creciente secular y espiritual. Su ideología armonizaba con los objetivos y necesidades del Estado universal, fue la lógica política del Edicto: el cristianismo poseía muchas características para ser Iglesia oficial. Conllevó contradicciones y cismas internos ante el riesgo de perder la espiritualidad original y la sencillez primitiva incorporándose como parte del poder formal.
Algunos preguntarán: ¿el Imperio se rindió al cristianismo o el cristianismo al Imperio? Mas allá de la fe asumida por el 33% de la población mundial en numerosas denominaciones donde el catolicismo representa el 52%, es el cristianismo una realidad histórica que sobrevivió a la decadencia romana, se afirma que es fundamento de la cultura occidental.