DEL EDICTO DE MILÁN AL VATICANO II CUATRO ETAPAS HISTÓRICAS PARA REPENSAR EL CRISTIANISMO

A Uriel Molina, sacerdote franciscano. 

“Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia afuera y los fieles puedan ver hacia el interior”. Juan XXIII, 1962.

Desde la apreciación de lector comparto lo que identifico como cuatro grandes etapas de evolución del cristianismo (33% de la población) y del catolicismo (17%) y que, en el año actual y próximo tienen importantes referencias cronológicas:

1. Desde el anuncio de María Magdalena y otras mujeres quienes al llegar al sepulcro de Jesús, encontraron la piedra removida y comenzaron a transmitir entre los discípulos la noticia: “ha resucitado de entre los muertos”, hasta el Edicto de Milán, año 313, hace 17 siglos, cuando cesó la persecución y el cristianismo pasó a ser religión oficial del Imperio, después que el emperador Constantino venciera a Majencio en la Batalla sobre el Tíber (28/10/312), afirmando que la victoria fue por intercepción divina, aunque en su cálculo político expansionista, necesitaba una religión universal que unificara al Imperio decadente y percibió que el cristianismo alcanzaba tal posibilidad.

2. Del Edicto de Milán al Concilio de la contrarreforma en Trento (1563), hace cuatro siglos y medio, la escisión de la Iglesia ante el fracaso por unificarse. Doce siglos que contienen la Edad Media, el surgimiento del Islam (622), las cruzadas por reconquistar Jerusalén, Francisco de Asís con la misión de “reconstruir la iglesia desde la pobreza” y el predicador Domingo de Guzmán durante Inocencio III, uno de los mas poderosos pontífices y quien ordenó la IV Cruzada contra los cátaros (Sur de Francia), fueron masacrados miles de herejes y cristianos disidentes, la caída de Constantinopla en 1452 (reconquista de Estambul, según Oriente), descubrimiento y Conquista de América, la Inquisición, el Renacimiento y la Reforma Protestante de Lutero, Calvino y otros, apoyados por algunos monarcas europeos en una mezcla de intereses, contra la hegemonía y arbitrariedad papal. Fue un cónclave de condena, de limitada pluralidad teológica. Reafirmó el Credo Nicea, aceptó la Vulgata como traducción de la Biblia (Jerónimo, s. IV). Resolvió numerosas doctrinas sobre la Eucaristía, el matrimonio, el bautismo, la penitencia,…, reafirmó la supremacía papal.
3. Del Concilio de Trento (1563) al inicio del Concilio Vaticano II (1962), inaugurado por Juan XXIII hace 50 años, a fines de la Edad Moderna y en el surgimiento de lo que sigue después y que por impreciso, se llama posmodernismo. Ocurrió: la revolución industrial, la revolución francesa, la independencia de América, las guerras mundiales, la bomba atómica, el comunismo,… Este último concilio Católico en su primera sesión (11/10/1962) “acordó que no era una actitud de condena a los errores sino de misericordia”, tuvo la mas amplia representación de razas, lenguas y de otras confesiones cristianas asumiendo con mensaje conciliatorio grandes desafíos. Algo visible fue que los ritos comenzaron a ser en lengua vernácula con el sacerdote de frente a los feligreses.

4. Del Concilio Vaticano II a la fecha, ¿cuál es el rumbo? Han sucedido muchas cosas rápidas y profundas en la existencia humana: los movimientos de liberación nacional, la caída del socialismo, la teología de la liberación, se derrumbaron mitos, la necesidad ecuménica, la preocupación medioambiental, los derechos de las mujeres, la era de la información y la tecnología,… Viajar a la Luna (1969) permitió ver la Tierra como una esfera azul en el espacio del que no somos centro; comenta el escritor Dorion Sagan, según un místico medieval: “el centro está en todos los sitios y en ninguno”. El asombro ante el macro y microcosmo nos llevan, dice Sheldon Glashow (Nobel de Física, 1979), a percatarnos que somos muy pequeños ante la inmensidad de las galaxias y muy grandes para las partículas que nos forman. ¿Sobre cuáles frágiles certezas descansa lo que aceptamos verídico? Nadie puede afirmar poseer la verdad absoluta.

2012 y 2013 representan conmemoraciones relevantes de las cuatro etapas en las que resumimos la historia Católica, la primera concluyó hace 1700 años, la segunda dio paso a la tercera hace 450 años, y la tercera finalizó e inició una nueva hace 50 años. La profundidad del Concilio Vaticano II queda postergada o insuficiente entre los vertiginosos cambios contemporáneos, la prevalencia de hábitos y comodidades se resisten a ceder ante los acontecimientos y la necesidad del despertar espiritual de las personas, más allá de  organizaciones, formalidades y ritos, requiere la simpleza profunda y original que acumula sorprendentes privilegios y que lamentablemente la costumbre, el poder, los códigos, las apariencias y el bullicio pasado y contemporáneo los confunde y sofoca.