MENOS HOMICIDIOS
Nicaragua (6.39 millones de hab.) tiene la afortunada circunstancia de tener la segunda tasa de homicidios más baja de Centroamérica y haber logrado bajarla durante la década. Después de llegar a 14 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2009 – 2010, alcanzó en 2013 la tasa de 9.6, debajo de 10, nivel encima del cual la Organización Mundial de la Salud la considera epidémica.
Afortunadamente hemos recuperado el nivel de los años 2000-2002, cercano a 10, cuando recién concluyeron las acciones delictivas de los últimos grupos alzados en armas, remanentes de la guerra del ochenta, que permanecieron ejerciendo violencia delictiva, emboscadas, secuestros y asesinatos en un amplio territorio del centro y norte del país cuya extensión era cercana a treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, limitaron el accionar de la Policía y el Ejército y alteraron la vida social y productiva.
Mientras en 2009 la cantidad de homicidios ascendió a 802 víctimas, en el año 2013, la Policía Nacional registró 617, de los cuales 191 son asesinatos, 48 femicidios y 10 parricidios. Una reducción de 185 (-23%) en cuatro años. En el 2000, la cantidad de homicidios fue de 516, la menor en términos absolutos de las últimas dos décadas. La media nacional hace perder los extremos que se observan, con tasas dos y tres veces mayor, en algunos departamentos del centro y el Caribe de Nicaragua.
Nuestro vecino del Sur, Costa Rica (4.88 millones), con quien estamos indisolublemente unidos por el Río San Juan, la historia, la cultura, el idioma y nuestra cotidiana relación social y humana, continúa teniendo, como ha sido en la última veintena, la tasa de homicidios más baja de la Región. En 2013 registró 407 muertes, que equivalen a 8.3 homicidios por cada 100 mil habitantes. Nos supera gracias al desarrollo humano y estabilidad institucional alcanzados.
La tasa media de homicidio en Latinoamérica es desafortunadamente alta, en Centroamérica 40, en Suramérica 20 y en el Caribe 17 por 100 mil habitantes (ONU, 2012), debido a la persistente desigualdad socioeconómica y a la fragilidad institucional, que traen como consecuencia violencia delictiva y social, generan vulnerabilidades internas agravadas por diversas manifestaciones del crimen organizado, las pandillas y la violencia comunitaria, la convivencia se ve afectada por la incipiente capacidad de resolver los conflictos sociales. Presentan mejores condiciones de seguridad ciudadana que Nicaragua, menor riesgo objetivo en cuanto a los homicidios: Cuba, Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, Perú y Haití.
Durante los últimos tres años, de manera persistente, en todos los países de Centroamérica (excepto Honduras), se ha observado una tendencia a la reducción de la tasa de homicidios que llegó en 2010 a su nivel más alto; muestra, por diversas condiciones internas y regionales, esperanzadores resultados que ojalá sean sostenibles. En Nicaragua, a pesar de las dificultades conocidas, los programas sociales impulsados por el gobierno, la estabilidad económica, la reducción de la pobreza, la organización comunitaria, la policía y el sistema de justicia penal, han contribuido a que esa reducción sea posible.