Salud social: paz y seguridad
Tomás Moro escribió en Utopía(1516) que el placer más importante es la salud porque ningún otro se puede disfrutar si no existe. La paz y la seguridad son para la sociedad, el equivalente a la salud para las personas, las naciones no podrán disfrutar su posición geográfica, riquezas naturales, cultura, ni capacidades humanas, educación y oportunidades, si no existe paz y seguridad, es el bien social más preciado, muchas naciones del mundo sufren su ausencia, en nuestra historia ha sido alterada en varios momentos, es el valor fundamental a preservar si se tiene y a recuperar si no. “La paz sea con nosotros”.
Nicaragua, a pesar de sus dificultades, goza de paz y seguridad –aun mejorable-, por tal razón, los reprochables sucesos del 19 de julio, deben ser rechazados porque atentan contra “la salud social”, generaron gran preocupación interna.
Lo principal para el Estado de Nicaragua, la sociedad y la policía era evitar que el hecho se perpetrara, al ocurrir falló la capacidad preventiva ¿pudo evitarse? ¿Hubo señal previa que obligara a actuar con efectividad anticipada? o ¿se pecó por exceso de confianza y “se durmieron en sus laureles” quienes debían actuar? No sé, el Gobierno y la Policía deben saberlo y reflexionar para aprender y superar los riesgos.
Ante la ocurrencia de lo que no fue prevenido, la obligación ineludible es evitar la impunidad, esclarecer los delitos que se conjugaron, identificar a los autores y que el sistema penal actúe contra ellos, usando el poder coercitivo legítimo del Estado, no como un acto de venganza ni violencia institucional al margen del derecho y la justicia, sino como mecanismo necesario, respetuoso de la dignidad humana, eso es lo que contribuirá a que hechos similares no se repitan.
A pesar de “los cabos sueltos”, de lo que no se ha dicho o no se sabe, de las dudas por desconocimiento o sesgos diversos, la Policía, al anunciar el esclarecimiento del crimen (7/8/2014), identificar a los presuntos autores y las evidencias objetivas y subjetivas fundamentales pasa el caso a la autoridad competente, los fiscales deberán acusar y el judicial juzgar para reducir la incertidumbre por lo que no sabíamos, ayudar a recomponer la confianza y la convivencia.
Mientras los detenidos son sometidos al señalamiento público y estarán privados de libertad, para enfrentar el engorroso proceso penal por la responsabilidad de sus actos, sus familiares, seguramente desconocedores de la actuación condenable de sus parientes, afrontarán las incómodas circunstancias que implican, las cinco víctimas fatales que viajaban en los buses no regresarán y su familia sufrirá irremediablemente la pérdida del hijo, padre, madre, hermano… Mientras los heridos, algunos graves, superan las lesiones y quizás algunos(as) llevarán secuelas toda la vida. La sociedad sufrió un impacto cuyo daño moral atenta contra la salud social, deberán curarse los traumas con optimismo y confianza en un futuro mejor que es posible si prevalece la tolerancia, el diálogo y la justicia con equidad y solidaridad. El compromiso de todos es por la paz y la seguridad ciudadana, valores fundamentales, condiciones necesarias para el desarrollo humano.
