Personajes

Diez años de la Patria y de Darío

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September 3, 2015

En septiembre, mes de la patria, Centroamérica conmemora algunos momentos de inflexión a partir de las cuales se determinó el rumbo de los seis intentos de construcción del estado nacional en dos siglos. Sobre estas reflexiones compartimos en: A 150 años de la batalla de San Jacinto (2006). La historia ha tenido, en una simplificación inexacta y apretada, unos diez momentos claves: 1821, 1923, 1838, 1854, 1856, 1893, 1910, 1934, 1979, 1990. Pudieron transcurrir doscientos años, pero en diez momentos sucedieron los acontecimientos y cambios cualitativos que definieron el futuro, las consecuencias  presentes.

Darío es inseparable de nuestras celebraciones en el último siglo, renueva nuestra nacionalidad y fortalece la pertenencia centroamericana. Lo refiero en este contexto. Pasa en la historia, ocurre en la vida de las personas. Fueron diez los momentos fundamentales del rumbo de Rubén Darío en sus 49 años de existencia.

Obviando la fecha y circunstancias del nacimiento (1867) y de su muerte (1916), el primer momento clave para su vida y la innovación literaria a la que se sintió predestinado, fue en 1882 (uno), cuando salió de Nicaragua a El Salvador, conoció a Gavidia y descubrió el verso alejandrino francés; si esa ventana no se abre, talvez Darío no hubiera adquirido ese conocimiento que desarrolló de manera creativa, cuando de ese país fue a Chile, produjo su obra primigenia, Azul… (dos: 1888), iniciando el movimiento “que se habría de llamar Modernismo”.

La celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América y su designación por Sacasa como secretario en 1892 (tres), le permitió ir a España, aproximarse a grandes escritores de la época, abrir los ojos al mundo que en su mente y en sus versos fraguaba. Después vino otra oportunidad, ser designado por Colombia cónsul en Argentina, dicen que sin Argentina, no hay Modernismo, allá tuvo su segunda patria, publicó en 1896 (cuatro), dos de sus obras cumbres: Los raros, una propuesta estética, y Prosas profanas, la confirmación de su creación poética.

Diez años de la Patria y de DaríoComo colaborador del diario La Nación (Buenos Aires), única remuneración laboral constante que lo sostuvo casi veinte años, fue enviado a conocer la situación de España después de la derrota con Estados Unidos en 1898 (cinco), cuando perdió sus últimas colonias. En Europa,  escribió con informada erudición gran diversidad de crónicas que se convirtieron en libros.

En 1905 (seis), Darío publicó Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas, obra cumbre; sin copiar a nadie, es él mismo, revela su ímpetu, confirma la renovación estética de la forma que impuso.

Después de quince años, regresó a Nicaragua en 1907 (siete), en donde tuvo un recibimiento apoteósico, renovó los recuerdos de la tierra natal y obtuvo de Zelaya el nombramiento Embajador en España. Del retorno surgió El regreso a Nicaragua e Intermezzo Tropical, uno de los libros claves de la identidad nacional.

París lo acogió a pesar de las exclusiones. En 1912 (ocho), asumió la dirección de las revistas Mundial y Elegancias, lo que le permitió solventar su desajustada economía, tuvo una gira por  América del Sur, escribió los artículos que integrarían en Historia de mis libros y la autobiografía: La vida de Rubén Darío escrita por él mismo. Cuando estalló la Guerra europea, a mediados de 1914 (nueve), se quedó sin trabajo, regresó a España angustiado por el conflicto y ante su situación personal, afectada salud, salió para América, dejó en Barcelona a Francisca Sánchez, la única con la que se aproximó a tener algo parecido al hogar, y de 7 años, al segundo hijo que le sobrevivió.

A fines de 1914 llegó a Nueva York bajo el frío terrible de la ciudad, para promover una ilusa campaña por la paz y obtener sostén financiero. Con  la salud deteriorada y sin opciones, viajó a Guatemala (diez: 1915) acogido por el dictador Estrada Cabrera. Transcurridos siete meses y empujado por las circunstancias, regresó a Nicaragua para morir diez semanas después.

Dos acontecimientos nacionales afectaron el rumbo de su vida. La Revolución Liberal (1893), y en 1910, con el regreso de los conservadores, perdió el puesto diplomático y le suspendieron la  representación en el centenario de la Independencia de México.

Si Darío no viaja a El Salvador y no conoce a Gavidia, si no es empujado a Chile por Cañas, no hubiera Azul… Si no es enviado a España en el centenario, si no es cónsul en Argentina, si no publica: Los Raros y Prosas profanas, si no reside en Europa… no hubiera salido Cantos de vida y esperanza, sin trascender no sería lo que fue y es. Si no ocurre la guerra, no hubiera regresado a morir y quedarse en Nicaragua… Las circunstancias empujan, a veces las propias decisiones personales e históricas, de los individuos y naciones, se montan en ellas.

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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