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Doce mitos falsos y creencias erróneas sobre Rubén Darío

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November 20, 2018

Managua, 7 de octubre 2018.

Conferencia – conversatorio con estudiantes de la Universidad del Valle.

Francisco Javier Bautista Lara

 

Doce mitos falsos y creencias erróneas sobre Rubén Darío

 

Estimados estudiantes y maestros, compartiré con brevedad puntual lo que considero son doce mitos falsos o creencias erróneas que hemos dicho, asumido y reproducido sobre Rubén Darío, algunas más arraigados que otras, desde la formación escolar y en la cultura popular.

Apenas enunciaré cada punto con una breve y general argumentación, sin agotar la temática. Cada aspecto podría ser objeto de una conferencia y pueden buscarse muchas citas, referencias, anécdotas y hechos de la vida y obra del poeta que sustenten cada uno de los aspectos que a continuación enuncio.

Espero esta conferencia-conversatorio les motiven a seguir descubriendo al más universal de los nicaragüenses, al compatriota que ha dado el mayor aporte al conocimiento:

 

       1.Murió joven

Darío murió a los 49 años de edad recién cumplidos, en febrero de 1916.

Hoy, una persona de 60 o de 70 años todavía se considera entera, porque la esperanza de vida, de un nicaragüense es 75 años, por lo tanto, llegar a esa edad resulta normal, es lo esperado. Sin embargo, a principios del siglo XX, la esperanza de vida no alcanzaba 40 años. De tal forma que, pasar de 40, era ser viejo, en aquel entonces.

Para todos es conocida la crisis del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social: el sistema del seguro social en Nicaragua y América Latina fue diseñado en los años 50s., cuando la esperanza de vida de los latinoamericanos no llegaba a 50 años. De tal forma que plantear la edad de jubilación a los 60, era factible, alcanzarla, era una excepción. Pocos, en relación a los cotizantes, llegarían a 60, ese era el frío cálculo financiero del sistema. Se ha producido un profundo cambio de la estructura demográfica que lo ha modificado todo. La esperanza de vida es de 75, morir a los 65 es estar entero.

Soy mayor de la edad en la que murió Darío, todavía me siento joven. Por lo tanto, la primera afirmación errónea, es decir: “Darío murió joven”. En realidad, murió mayor, a una edad madura, superior a la esperanza de vida de su época.

 

       2.Escribía poesía cuando estaba borracho

La producción literaria relevante de Darío ocurrió principalmente entre 1888, que fue cuando publicó Azul…, libro que inaugura el movimiento Modernista de la lengua española, y hasta unos meses antes de su muerte. Es decir, Darío produjo toda su obra literaria aproximadamente en 27 o 30 años. Fue, desde temprano, una vida intensa, dinámica, muy movida, con una visión clara de propósito.

Esa inmensa producción literaria de Rubén Darío en verso y en prosa, en libros, y en escritos diversos, requería mucha lectura, relaciones, viajes y elaboración mental constante, no hay en su obra improvisación, siempre buscó la perfección, hay un trabajo elaborado con cuidado de manera sistemática, es un profesional de las letras, de la poesía, de la prosa y las crónicas que preparó sin interrupción durante casi tres décadas, principalmente para el diario La Nación de Buenos Aires y otros periódicos y revistas. No hay publicación literaria y periodística importante de la época en lengua española, en la que Rubén Darío no haya sido incluido mediante colaboración directa o indirecta.

No es imposible que alguien hubiera producido tanto y con tanta intensidad si se hubiera mantenido siempre a “medio gas” o postrado. Darío, tenía que estar lúcido y activo la mayor parte del tiempo de su vida para preparar y producir una obra tan abundante, rica, diversa, innovadora e impactante en la literatura de su época. No necesitaba tomar licor para producir ni inspirarse, aunque recurrió a ello para apaciguar sus íntimas inquietudes y conflictos sin que ello impidiera cumplir su propósito de vida.

 

       3.Falleció a consecuencia del licor

Darío fallece en 1916 a consecuencia de cirrosis hepática. La cirrosis hepática es un daño en el hígado que se produce por múltiples causas: sin lugar a duda, el consumo de licor o de grasa afecta; el nacatamal frecuente que los nicas hacemos, el chancho con yuca, el chicharrón, la comida con abundante condimento y grasosa: aumentan la vulnerabilidad del hígado y pueden dañarlo. Pero es falso que sólo por consumir licor te podés morir por afectación en el hígado. Hay gente que nunca en su vida ha probado un trago y se muere de cirrosis; ejemplo, mi abuelo paterno, Manuel Bautista, era músico, nunca tomó licor, murió con un poco más de sesenta años con ese diagnóstico.

Hay una teoría de la Nueva Medicina Germánica del Dr. Ryke Hamer (1935-2017); indica que la cirrosis hepática es la solución de un conflicto, un colapso biológico que origina células adicionales o enfermas en el hígado, que es consecuencia de una crisis psico-emocional, trata de explicar que muchas de las enfermedades son consecuencia de esos conflictos o desequilibrios emocionales, de la manera de abordarlos o resolverlos, de cómo las personas enfrentan sus crisis y carencias.

Darío tenía una gran dificultad de nacimiento: tenía padres biológicos, pero no contaba con ellos. Dicen los estudiosos que no hay nada peor que teniendo padres, saber que existen, pero que no contás ni con su afecto, ni con su apoyo, ni compañía. Esa ausencia de padres, sumado a la ausencia de patria, que Darío tuvo (vinculado con el concepto de padre), genera en las personas una profunda carencia que se manifiesta o resuelve con una atrofia hepática. Es decir, con frecuencia ese padecimiento está relacionado con un estado psico-emocional ante la carencia de padres, la carencia de patria, ante la pérdida de territorio o cuando no tenés capacidad de asegurar la subsistencia de los tuyos.

Otras enfermedades, por ejemplo: el exceso de líquido en el cuerpo, suele pasar con frecuencia. Darío se inflamó, se llenó de líquidos. Las mujeres embarazadas suelen acumular líquido. La causa de eso, según esta teoría es también vinculada a un estado emocional, es decir, la carencia de afecto ante la demanda de más afecto por el estado de gravidez, o un afecto que no logras percibir. Ante ello, el sistema biológico produce agua en exceso, el riñón se afecta en su funcionamiento, porque el mensaje cerebral es “falta algo”, y para suplir lo que falta, produce agua y la retiene, como mecanismo de sobrevivencia. Entonces, a una mujer embarazada, el hombre y su familia, tienen que darle y hacerles sentir cariño.

Por lo tanto, considero que la causa real de la muerte de Rubén Darío, que originó la cirrosis hepática, no necesariamente condicionada por el consumo de licor, fue la manera con la que él enfrentó sus carencias; las personas, cada individuo, enfrenta o resuelve de manera distinta sus conflictos. ¿Por qué hay personas que se doblegan y se postran ante una crisis? ¿Y por qué hay quienes, ante la misma crisis, la superan y salen adelante? ¿De qué depende eso? De la persona misma.

Es la manera en que enfrentas tus propias carencias y problemas. Alguien puede decir: “es que no puedo salir adelante porque mi padre era alcohólico”, “mi madre me abandonó”, “soy huérfano”. Eso es mentira, cada quien es capaz de enfrentar sus carencias o conflictos de manera distinta: Darío sufrió las consecuencias de su origen y enfrentó “a su manera” esas carencias, pagando en su salud las consecuencias.

 

       4.Su producción literaria fue solo por inspiración

Nada se construye por simple inspiración. No es que sintás que te brilla una luz y ya, de la nada, sale el universo. Es cierto, hubo inspiración, pero no fue suficiente; la obra literaria de Darío no es consecuencia simplemente de momentos pasajeros de euforia mental o emocional. Es consecuencia de la dedicación, de un trabajo constante, que comienza leyendo, observando, conversando, descubriendo y estudiando, sistemáticamente, para traer, como consecuencia, una obra literaria consistente y sólida. De tal forma, que la inspiración, no es cierto que produzca las grandes obras literarias o artísticas, no es casual.

Lo que llamamos inspiración no es más que la chispita que puede mover para producir o no, una obra literaria o artística perdurable. La mayor parte del resultado será consecuencia del intenso y prolongado trabajo antes, para provocar la inspiración, y de la dedicación posterior, a veces larga y cansada, para capturarla y crearla con calidad.

La obra de Rubén Darío es consecuencia del trabajo persistente durante toda su vida, en cada momento; fue su dedicación constante lo que originó cada una de sus piezas literarias y el conjunto de su obra.

 

       5.Es poeta

Es cierto que Darío es poeta, sin embargo, se comete un error. No sólo era poeta, era prosista, cuentista, novelista, prologuista y cronista. Escribió una gran cantidad de textos, de cuentos, libros con sus crónicas o reportajes. Por ejemplo, Azul…, no es sólo poesía, es cuento y poesía. Una narración poética. Darío tiene seis novelas. Emelina, como coautor, junto a Eduardo Poirier, publicada en Chile: otra: El oro de Mallorca. ¿Quién ha leído las novelas de Rubén Darío? ¿Quién ha leído los cuentos de Rubén Darío? La mayoría será capaz de mencionar o declamar alguno de sus poemas, algunos de mencionar algún cuento, y muy pocos, sus novelas y crónicas.

Cuando hablamos de Darío solo mencionamos sus poemas, los más conocidos: Marcha triunfal, Margarita, Lo fatal, …, olvidamos la abundante producción en prosa que generó, eso es un error. También hay multitud de crónicas, algunas reunidas en sus libros y otras aún dispersas. Darío viajó a una multitud de países, y escribió reportajes sobre lugares, personas y circunstancias. Hay textos de Darío sobre Barcelona, Berlín, Buenos Aires, sobre la visita al Papa León XIII, etc. Esa multitud de escritos publicada en distintos diarios se ignora con frecuencia.

De tal forma, que, si bien es cierto que Darío es poeta, también es cierto que es prosista: cuentista, novelista, cronista; escribió poesía y prosa de calidad.

 

       6.Renunció a su nacionalidad o renegó de su origen

Nació en Metapa, por razones circunstanciales. Desde adolescente salió del país. Estuvo en El Salvador, Chile, Guatemala, Costa Rica, también en Argentina, Colombia y Panamá, en toda Centroamérica, en Francia y en España. En 1907, Darío regresó a Nicaragua después de 15 años de ausencia, y publicó un libro que se llama El viaje a Nicaragua e intermezzo tropical, en 1909. Ahí reconstruye su identidad nicaragüense: cuando estuvo en España le dieron la posibilidad de adquirir la nacionalidad española, no lo hizo. Cuando estuvo en Argentina le ofrecieron adquirir la nacionalidad argentina, no lo hizo. En 1910, Darío dijo que quería renunciar a la nacionalidad nicaragüense, porque el gobierno de Zelaya, que lo había nombrado embajador, había sido depuesto por la intervención norteamericana. Expresó vergüenza que el país estuviera gobernado por extranjeros. Sin embargo, siguió siendo nicaragüense, aquello fue una crítica pública, una manifestación de naturaleza política.

Cuando se refirió a León dijo: “León es como París…”, es decir, comparó su querida ciudad, con las más grande y famosas del mundo. León de Nicaragua, donde al final de su vida, regresó a morir.

Uno se pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Darío no sale de Nicaragua? Si no sale, no hubiera tenido proyección universal; una cosa es buscar espacios internacionales que le permitieran proyectar su innovación literaria como proyecto de vida y propósito, y otra cosa renunciar o renegar del origen.

Darío es afortunadamente nicaragüense. Aunque los argentinos dicen que es argentino, por ignorancia o afecto, en toda América Latina se habla de él. A veces la gente se asusta cuando en México, por ejemplo, hablan de Darío, piensan que es español. ¿Por qué se asustan? Porque parece mentira que este escritor tan impactante en la literatura universal haya venido de un pequeño país de la periferia política, económica y cultural. Pero nació y murió aquí, y está enterrado en León de Nicaragua.}

 

       7.Darío “afrancesado”

El énfasis suele ser “despectivo”, para descalificar o disminuir el aporte de Darío en la literatura española o para insinuar que se “copió” o es un “imitador”. Que le gustaba escribir al estilo francés, leer del francés.

Hay que ubicarse a lo que hizo Darío: escribió principalmente en español. Pocas veces en inglés y algunas veces en francés, aunque Darío logró dominar el francés como idioma, y tconoció algo de inglés y latín, para comprender quizás los clásicos.

Cuando Darío estaba pequeño en León, llegaba mucha gente a visitar a su mamá. En ese tiempo había una gran influencia francesa en América Latina, por la revolución liberal y la revolución francesa. Los liberales, del siglo XIX, como Máximo Jerez, se referían con frecuencia a esos acontecimientos y hablaban de los enciclopedistas franceses. También conversaban de literatura, de Víctor Hugo. Darío, desde niño, escuchó hablar de los franceses con interés, como innovadores de la literatura, admiraba la cultura, como revolucionarios liberales. Ansiaba visitar París, -percibido como centro cultural-, como muchos de la época. Eduardo de la Barra, en el Prólogo de Azul…, escribió: “Rubén Darío es de la escuela de Víctor Hugo; mas tiene a veces el aticismo y la riqueza ornamental de Paul de St. Víctor, y la atrayente ingenuidad del italiano d`Amicis, tan llena de aire y de sol”.

Desde temprano leyó obras de Víctor Hugo; le llamaba la atención el idioma francés. La primera vez que viaja, siendo adolescente, fue a El Salvador. Tiene la fortuna de encontrar a un joven poeta salvadoreño, Francisco Gavidia, unos años mayor, quien hablaba francés. Gavidia leyó unos poemas de Víctor Hugo y dijo: Escucha el ritmo y la musicalidad de los versos alejandrinos; Darío, que tenía oído musical, entendió que aquellos versos del francés, poseían una melodía que carecían los versos en español.

Esa enseñanza de Gavidia en San Salvador, marcó un cambio importante en Darío; le permitió trasladar la estructura del verso alejandrino francés al español de manera creativa; fue uno de los insumos importantes que introduce en la poesía española y le permite innovar, crear y abrir el camino para lo que se llamó el movimiento modernista de la lengua española.

Aprendió de otras lenguas, también del italiano, asimiló ese aprendizaje en la lengua española, que logró dominar con maestría. Tuvo la oportunidad de visitar y vivir en Francia. Cuando estalló la primera Guerra Mundial, estaba viviendo en París, trabajando para las revistas Mundial y Elegancias. Con el conflicto bélico, la revista cerró, los trabajadores se fueron a la guerra, Darío se quedó sin empleo, regresó a España, y después fue a Nueva York, estuvo en Guatemala y regresó definitivamente a Nicaragua. Darío es víctima de las consecuencias de la guerra mundial que lo dejó sin trabajo.

Darío es un escritor de la lengua española que aprendió francés e innovó de forma creativa la lengua española de su época.

       8.Darío no escribió sobre Nicaragua

Hay que pensar en lo siguiente: si bien es cierto Darío es un poeta y escritor nicaragüense, no escribió para Nicaragua solamente. Escribió para la lengua española, para el idioma universal, su contenido, forma y simbolismo eso pretendieron.

Si se hubiera limitado a escribir solo sobre Nicaragua y sobre la situación nicaragüense literaria, cultural, económica, política, social, hoy estaría olvidado en el mundo. Pero la literatura que produce es universal, tuvo una visión amplia, se refirió a todo el universo de la lengua española del momento, por lo tanto, tuvo la posibilidad de influir con su idea estética, con sus planteamientos y formulaciones en el verso y la prosa, en todo el idioma.

Hay numerosos de poemas y escritos en los que se refiere a la patria de origen. Por mencionar algunos: Nicaragua, Momotombo, Retorno…

No es correcto afirmar que Darío no escribió también para Nicaragua y Centroamérica, debemos reconocer que escribió sobre y desde Nicaragua. La semilla innovadora, aunque parezca mentira, fue sembrada aquí, en León y Managua; tuvo la habilidad de escribir de manera universal, global y diversa para influir en la lengua española y en la literatura universal.

¿Quiénes de los que escriban solo desde local y temporal, pueden sobrevivir al tiempo? Muy pocos, casi nadie. Darío comprendió temprano que tenía que abrirse al mundo, sin anclarse o limitarse en el origen, pero sin perder de vista su origen.

 

       9.Es modernista, por lo tanto, anticuado, no tiene vigencia

¿Qué hizo Darío para que estemos obligados a seguir hablando de él? ¿Por qué hablar de un personaje histórico que ya no existe? Murió hace más de 100 años. ¿Por qué mencionar a un personaje cuya literatura fue escrita en una época y obedece por lo tanto a esa época concreta?

El hecho de haber sido capaz de imponer una corriente o movimiento literario en la lengua española le da una vigencia histórica concreta. Tuvo influencia en el idioma de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, esa huella quedó como parte de la evolución del español, lengua viva que es hablada por más de 450 millones de seres humanos como lengua materna, el segundo idioma materno más hablado del mundo actual.

Ni en su época, mucho menos ahora, Darío aceptó ni promovió a los imitadores, su poesía, su prosa, le era propia, cada quien debía encontrar su propio rumbo e identidad, a partir de cierta idea estética, de su tiempo, del que somos consecuencia ineludible.

Es vigente por su legado, por la belleza que construyó y que, como todo, evoluciona, con nosotros, con el idioma.  Su aporte conceptual y metodológico, es innegable, la diversidad en los temas que aborda, la diversidad de la temática, la fuerza de sus versos, la frescura de su prosa, y, además, algo que con frecuencia obviamos, la manera en que logró, desde la adversidad, remontarse a la mayor altura.

 

       10.Nunca amó a ninguna mujer ni a sus hijos

Múltiples enamoramientos y tres grandes amores.

El primero, una pasión de adolescente que se convirtió después en una tormentosa relación, su segunda esposa, Rosario Emelina Murillo Rivas, con ella contrajo matrimonio al quedar viudo. Le dedicó el poema de juventud: La cabeza del Rawí, y por su primera novela, como coautor, lleva su nombre: Emelina.

La segunda, su primera esposa, madre de su primogénito, Rafaela Contreras Cañas, mujer precursora del modernismo en Centroamérica, quien murió unos dos años después, y cuya relación estuvo afectada, desde el día del matrimonio civil en San Salvador, por traumáticos acontecimientos políticos. Su partida le dejó una profunda pena.

La tercera, una campesina analfabeta que conoció en España, Francisca Sánchez, madre del otro hijo que le sobrevivió y dejó descendencia, Rubén Darío Sánchez, Güicho. De ella escribió: “lazarillo de Dios en mi sendero”. Con ella convivió, con las intermitencias de sus viajes y evasiones, casi quince años.

Amó a sus hijos, a pesar de sus carencias, del tiempo fuera, y de las circunstancias de procedencia, al no venir de un hogar estable, sin contar con el amor de sus padres, lo que de alguna manera le impidió formar uno, desde su propia fragilidad, incapaz de superarlo.

Amó en cada momento, con sinceridad, pero sin convicción de “eternidad”. Su gran amor, su gran pasión, la que antepuso a todo y todos, la prioridad por encima de él mismo, fue su dedicación obsesiva y persistente por lo llamó su “supremo destino”, la literatura, la poesía. Nada, si su salud, ni las mujeres de su vida, ni los hijos, ni las carencias económicas, ni el rechazo, ni la melancolía, ni la lejanía de la patria, ni los duelos, ni las renuncias obligadas para lograr su propósito, fueron suficientemente fuertes para impedir lograr lo que desde temprano se propuso.

 

       11.Estudiar y aprender de su obra, no de su vida

La obra en verso y prosa de Darío tiene valor extraordinario; siempre ha sido y seguirá siendo objeto de diversos estudios. Sin embargo, también su vida puede darnos grandes enseñanzas. Es consecuencia de sus actos, de su vida, decisiones y propósitos.

¿Cuál fue el camino del genio para alcanzar, desde la adversidad, la cumbre en las letras castellanas? Esa ruta, o pedagogía rubendariana, es el camino de aprendizaje y del éxito, es útil observarla para quien quiera lograr su propósito personal y profesional en cualquier ámbito, ya sea en el mundo de la literatura o las ciencias, como escritor, abogado, médico ingeniero, sociológico, comerciante, empresario o científico.

La ruta que siguió Darío se puede resumir en siete puntos claves que deberíamos aprender para lo que queramos hacer y emprender: 1) aprender a escuchar, y escuchar siempre, 2) aprender a leer, y leer siempre, 3) aprender a observar, y observar siempre, 4) autodidacta, organizando su propio estudio según sus intereses y prioridades, 5) la curiosidad fue la base del aprendizaje, que lo llevó a escuchar, leer y observar, a conocer personas, a participar en las tertulias (su principal espacio de formación) y a viajar. 6) visión clara; saber dónde ir, una visión en la que se comprometió en el largo plazo y que ninguna adversidad o circunstancia fue capaz de obstaculizar, y 7) persistencia, no desistió, ni se dejó vencer por el desánimo, la crítica, la melancolía ni las dificultades.

Son estas cualidades las que con frecuencia obviamos, las que, a pesar de las fragilidades humanas, lograron imponerse.

 

       12.Éxito fue por memoria e inteligencia

La memoria e inteligencia son herencia genética, biológica, que pueden desarrollarse y aprovecharse según la voluntad de cada persona; son como los rasgos físicos, el color de los ojos, la contextura… Todo eso lo recibimos de nuestros padres. Son los talentos o dones con los que venimos al mundo. ¿Cómo los usamos? Dependerá de cada uno.

El mérito de Darío no es haber venido con memoria prodigiosa, “memoria de esponja”, dijo Carlos Martínez Rivas, ni poseer una inteligencia superior. ¿Cuántas personas de memoria prodigiosa e inteligencia superior se pierden en las aulas de clase o en las calles? Porque desperdician su talento, se frustran, decepcionan, aburren, caen en los vicios, la pereza, se desmotivan, se dejan desviar por la multitud de distractores que abundan en la vida cotidiana.

El mérito de Rubén Darío es haber sabido aprovechar con creces esa memoria; la utilizó y llenó de información a través de escuchar, leer y observar, fue capaz de percibir y analizar, de dominar con creatividad y profesional maestría la lengua española, su idioma materno.

 

Muchas gracias.

 

 

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2 Comments
  1. Norman Sánchez Moran

    November 20, 2018

    Sin duda el aporte identificado y divulgado por Francisco Bautista es sumamente valioso porque nos deja una enseñanza de vida de sacrificio de amor y pasión a lo que las personas se proponen y el ejemplo tomado desde la vida de Rubén Darío es el mas atinado.

    • Francisco Javier Bautista Lara

      November 21, 2018

      gracias, espero sea ùtil

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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