NICARAGUA EN EL ÍNDICE GLOBAL DE PAZ
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Percepciones y manipulación de emociones negativas. “Cuando sé adónde voy, ningún camino me es desconocido”

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March 29, 2019

Managua, sábado 23 de marzo de 2019
Conversatorio

¿Nosotros, como personas, como organización política, sabemos adónde vamos? Porque si sabemos adónde vamos, no deberíamos de asustarnos por las variantes que en el camino ocurren, porque sé a dónde voy, y tengo clara mi perspectiva y mi visión del futuro. Se verá consistencia en mis actos y en mis decisiones: si digo “quiero estudiar ingeniería”, yo sé que voy a desvelarme, que van a pasar cinco años, que quizás me puedan aplazar, pero eso no tiene importancia porque tengo clara las perspectivas del futuro.

Cuando le comenté a un amigo que vendría a hablar con un grupo de jóvenes como ustedes, él me dio una expresión que quiero mencionarla: “Es bueno ir a moralizar a esa generación”, pero quiero advertirles algo: No vengo a moralizar absolutamente a nadie, solamente voy a presentar argumentos razonables, porque cada quien asume el reto de su propia motivación y moralización, y no es responsabilidad de nadie. Cada quien es capaz de asumir la información y los argumentos para fortalecer su propia convicción porque es de naturaleza personal.

Algunas realidades que percibimos distintas

Quiero comenzar señalando algunos hechos: ustedes saben que la tierra, el planeta donde vivimos, la casa común, gira sobre sí misma en un movimiento de rotación a una velocidad de 1,700 km/h, y esa tierra, se mueve en un movimiento de traslación alrededor del sol, a una velocidad de más de 100,000 km/h, sin embargo, nosotros que estamos aquí no nos estamos percatando de ese movimiento, ni lo percibimos, pero el hecho que no lo percibamos no quiere decir que no exista. Me pregunto: Imagínense el caos si nosotros nos percatáramos de esa velocidad sorprendente con la que se está moviendo la tierra sobre sí misma, y en relación al sol, y ¿saben por qué no nos percatamos? Por necesidad, porque es necesario que no nos percatemos. Si nos percatáramos, nos perturbaríamos mental, emocional y físicamente; colapsaríamos.

Les voy a dar otro ejemplo: la tierra es redonda, pero estemos donde estemos (estamos en Nicaragua, arriba del Ecuador), la percibimos plana. Y si estuviéramos en el polo Norte, la percibiríamos plana, da la impresión, la sensación que es plana. Y ¿saben qué? Nos ponemos de pie de manera vertical: imagínense ustedes, si estoy en la tierra, y estuviera de pie en Argentina, estaría de pie inclinado, no vertical, sin embargo, nuestra percepción humana percibe nuestra presencia en la tierra diferente a la realidad. No nos percatamos, no percibimos esa realidad.

Cuando andamos el celular, hay una multitud de ondas que la vista no logra ver: nuestros ojos son incapaces de percibir los espectros de luz, y el espectro del sonido que se mueve a nuestro alrededor. Imagínense si nuestros órganos pudieran visualizar esos espectros de luz, esos espectros de sonido: colapsaríamos.

¿Qué son las percepciones?

Las percepciones no siempre encierran las realidades, las percepciones son nuestra interpretación a conveniencia, según nuestros prejuicios, necesidades, experiencias, antecedentes, paradigmas, información que hemos recibido; y así de evidente como son estos cuatro ejemplos que mencioné antes, son las percepciones que cotidianamente recibimos del entorno: político, social, económico, cultural, familiar, etc.

Cuando alguien me dice: “Pero no, esa es la realidad”, lo que esa persona me está diciendo es una concepción o conceptualización errónea. Esa realidad no es homogénea para todos, esa realidad es percibida por distintos actores, desde distintos puntos de vista. Si yo les muestro, por ejemplo, que tengo una hoja las letras escritas en lapicero, ustedes podrían decirme que no es cierto (al otro lado de la hoja, no hay nada escrito), sin embargo, estoy viendo las letras de este lado, y ustedes podían decir que es falso, no tiene palabras escritas desde su punto de vista. La pregunta es ¿Quién tiene la verdad? Yo tengo una parte de la verdad, desde la posición donde estoy, y ustedes tienen otra parte de la verdad, desde la posición donde están. Esas son las percepciones.

Las realidades no las vemos, porque la realidad es la realidad misma, y nosotros estamos fuera de la realidad y la percibimos.

¿Por qué pasó lo que pasó en abril de 2018?

(según la apreciación de una participante):

La causa inmediata que yo vi, según los acontecimientos de ese día, fue por las reformas del INSS, y una forma equivocada, de “la derecha”, de reclamar, es decir, no tenía sentido para mí que reclamaran un derecho de los jubilados, que al final de cuenta, lo dejaron a un lado, y a estas alturas ya ni se acuerdan.

(Otro participante):

Opino que hubo una manipulación de cosas que pueden ser “sentidas” por la gente, es decir, usar sus carencias o heridas del pasado, para manipularlos: decirle a la gente “Vos fuiste de los que derrocó a Somoza, y andas a pie” …

Básicamente las conclusiones: aquí hubo manipulación de las percepciones, explotaron las percepciones, según lo que les había argumentado al principio, es decir, los puntos de vista: la gente cambia el fenómeno, llámese reforma del INSS, pero la pregunta que diría: ¿fue la reforma del INSS la causa? No fue la reforma del INSS, fue la manipulación de la reforma: cómo se expresaron públicamente las consecuencias de una decisión, y cómo se manipuló la percepción humana.

Hay un concepto en la psicología, de fines de los años 50, pero que todavía tiene vigencia y que ha evolucionado, como todos los conceptos, se llama Disonancia Cognitiva. La esencia de la definición plantea que un fenómeno que ocurre, la gente lo conoce o interpreta en distintos tiempos, pero también de distintas formas: hay personas que, por ejemplo, aprenden viendo televisión, hay personas que aprenden escuchando una conferencia, y otros que aprenden mejor leyendo, hay gente que les contás el chiste y se ríen el día siguiente, eso se llama Disonancia Cognitiva. Pero también, cuando ocurre un fenómeno que está fuera, las personas inmediatamente analizan el fenómeno que están viendo, a partir de sus paradigmas, de sus prejuicios, de formación, de su educación. No es cierto que el fenómeno se interprete de manera ajena a tu experiencia, eso no existe.

De tal forma, que las experiencias individuales son distintas, por lo tanto, las interpretaciones individuales sobre el fenómeno que ocurre, varían, legítimamente varían, porque somos profundamente subjetivos, y profundamente diferentes, a pesar de nuestras similitudes. Entonces, cuando ocurre un fenómeno cualquiera, lo percibo, inmediatamente al percibirlo, lo descodifico mental y emocionalmente, a partir de mi propia realidad, de mi propio conocimiento, de mis propios prejuicios, y entonces, se presenta una contradicción humana individual y colectiva, porque no es el individuo solo, sino es el individuo colectivo y social, y el hecho de naturaleza X, lo interpreto con los principios, valores, experiencias, paradigmas, prejuicios, etc., por lo tanto, si tengo un hecho Y, y mis valoraciones son X, entro en una contradicción entre X y Y, es decir, que algo de lo que creo o de lo que supongo, es contradictorio con lo que aparentemente veo, o algo de lo que ocurre, es similar a algo que supuestamente creo.

Ese fenómeno ocurre individualmente, pero cuando ocurre social y colectivamente, es la construcción de una percepción social-colectiva.

Primero, hablamos de percepción, la manera en la que percibimos las cosas, a partir de nuestras experiencias, prejuicios, etc., pero lo segundo es que hay distintos tiempos, y un proceso de contradicción de los fenómenos externos, y nuestros propios paradigmas y códigos para descifrar el proceso externo.

Veamos el momento histórico, y global, en el que estamos: un mundo donde la comunicación directa como la que tenemos ahorita, ha sido subordinada a la comunicación virtual, es decir, hoy el mundo se alimenta de información que viaja por las redes sociales. No era así hace 30 años, no fue así en la revolución del ’79, tenía que ser comunicación directa: no había WhatsApp para convocar una reunión, sino que era la comunicación directa, no había celulares, no había internet, de tal forma que hoy tenemos un elemento adicional: un mecanismo de comunicación virtual que se impone a nivel global, no depende de Nicaragua, es un problema global, pero además de eso, la ciencia ha hecho avances importantes, y el conocimiento del cerebro humano de hoy es totalmente distinto al que teníamos hace 50 años.

Investigaciones de las últimas dos décadas, han logrado identificar y formular lo que algunos llaman “Neurociencia” (“Neuro marketing”, “Neuro finanzas”, etc.). Resulta que se ha comprobado que el cerebro humano tiene dos áreas claves, un área antigua en su evolución que es el área instintiva-emocional, que nos vincula con los animales porque somos animales, y un área de la razón que nos vincula con la evolución humana porque somos humanos. En esas dos áreas funciona el cerebro humano, con una diferencia: el área de la razón tiene una evolución reciente, en términos biológicos, y el área instintiva-emocional es más antigua, en términos de evolución. El área de la razón es más pequeña, en términos de magnitud, y el área instintiva-emocional es más grande, en términos de magnitud. Eso es lo que tenemos en el cerebro.

Ahora se sabe eso, entonces la neurociencia establece que si quiero vender, debo activar el área instintiva-emocional que es más grande y más antigua, de tal forma, que si ustedes van al supermercado a comprar, los vendedores, los comerciantes, la publicidad trata de ponerte colores, formas, imágenes que activen lo emocional-instintivo porque, además resulta, que cuando una información externa de la percepción, llega a mis ojos, o a mis oídos, o por los medios que entra, tiene una ruta: llega primero al cerebro instintivo-emocional, es procesada rápidamente, y después pasa a la otra parte del cerebro, la razón. Pero cuando llega a la razón, ya ha sido procesada desde el punto de vista emocional, de tal forma que, mi reacción humana normal necesaria, está vinculada en primera instancia, a lo instintivo-emocional, y eso es correcto porque está vinculado a la subsistencia humana: ¿qué pasaría si tengo una taza de café hirviendo en la mesa, y la agarro? Inmediatamente separo la mano, reacciono ante el café caliente. Fíjense bien en el concepto: el café caliente, hirviendo, me provoca una percepción, una reacción en mi tacto, y mi tacto inmediatamente de manera instintiva se separa de la tasa caliente, y “no le dice a la razón”: no es que la razón llega, analiza y decide separar la mano de la tasa porque me voy a quemar. Si permitiera que eso ocurriera, pasaría un tiempo demasiado prolongado que me podría producir daño, por lo tanto, es importante que mi reacción sea instintiva-emocional, y no razonable. De tal forma que, esa manera de reacción instintiva-emocional es una manera de pensamiento rápido, sin pensar, y la otra es una manera de reacción lenta, porque se detiene a pensar. Ambas cosas son inseparables en el ser humano, como individuos, pero están vinculadas a lo colectivo-social. Y eso que les estoy comentando ahora, hace cien años no lo sabíamos, de tal forma que ahora, el mercadeo, la publicidad, etc., trata de utilizar colores, olores, formas, imágenes, que te activen lo mayor que tenés, que es lo emocional-instintivo, porque si capta esa atención, puede imponerte comprar el producto, aunque al día siguiente te preguntés: “¿por qué lo compré?, si no lo necesitaba”. No importa, ya lo compraste, pero después cuando la razón llegue, ya compraste, “¡ya te casaste!”.

Efecto Halo

Decía un autor, Daniel Kahneman, judío israelita norteamericano, que obtuvo el premio Nobel de economía en el año 2002, y lo obtuvo no por ser economista, sino psicólogo, y fue el primero que incursiona de manera sistemática, profesional y científica en este concepto, y escribe un libro que se llama “Pensar rápido, pensar despacio”, y analiza los dos cerebros humanos: el cerebro instintivo-emocional y el cerebro de la razón; uno: rápido, ágil, inmediato, y que se impone con rapidez, y el otro: lento, que requiere mayor consumo de energía humana.

Entonces, el ser humano y la naturaleza, tienen un sentido práctico de funcionamiento, y obliga a consumir la menor energía posible, y la pregunta es ¿Cuándo consumís menos energía? ¿Cuándo actuás instintivamente, o cuando actuás con la razón? Indudablemente, cuando actuás instintivamente no consumís energía: energía mínima, tiempo mínimo, distancia mínima, simplemente instintivo: como lo haría un perrito, un gatito o un pajarito, no necesita gastar más energía que recurrir al instinto.

Daniel Kahneman desarrolla “Pensar rápido, pensar despacio”, y formula un concepto que el informe de la Comisión de la Verdad recoge también: “El efecto Halo”. El efecto Halo, no es más que simplificación de tus conclusiones, a partir de un prejuicio personal.
Por ejemplo:

• “Iván me cae bien” (Ya tengo mi concepto, mi paradigma): Iván es una buena persona y me cae bien. Si me dicen: “Iván es mala persona”, entonces ¿qué concluyo? No, no es cierto, Iván es una buena persona, no puede ser, no acepto esa afirmación.

• “Sergio es un atleta, un corredor extraordinario” (Yo percibo así a Sergio): Y alguien me dice: “Sergio acaba de cruzar corriendo desde Granada hasta Managua”. Sí, es cierto, creo. Y a lo mejor es mentira, pero es que creo porque tengo un concepto y un prejuicio, entonces, mi pensamiento rápido del cerebro instintivo-emocional, me lleva a aceptar eso como verdad, sin pensarlo ni analizarlo.

• “Daniel Ortega me cae mal, porque es el peor hombre de Nicaragua”: Nunca voy a aceptar el puerto Salvador Allende, una obra excelente. Nunca voy a aceptar los pasos a desniveles que hicieron, una obra extraordinaria, porque aceptar eso es contradictorio al paradigma que tengo, y el paradigma me dice que es malo, y, por lo tanto, lo que es malo nada bueno puede hacer. Eso se llama “Efecto Halo”.

Y se utiliza “efecto Halo”, porque el cometa, cuando circula en el cielo, deja una cola larga. Ya pasó el cometa, lo que quedó es la luz, y esa luz condiciona mis conclusiones, mis creencias, mis paradigmas, y estigmatizo a la persona en lo bueno o malo, simplemente porque simplifico mi razonamiento y evito gastar energía. Entonces, “Pensar rápido, pensar despacio” es eso.

Pregunto: ¿nosotros pensamos rápido a veces? Sí, necesariamente pensamos rápido, pero a veces deberíamos pensar despacio. Cuando se piensa rápido, la probabilidad de error sube; cuando se piensa despacio, la probabilidad de error disminuye, lógicamente; pero cuando pensamos rápido, el gasto de energía disminuye; cuando pensamos despacio, el gasto de energía sube, el nivel de estrés personal sube, porque estás obligado al análisis. Si a ustedes les pregunto: “2 x 2”, ya todos tienen la respuesta “4”, cero consumo de energía. Si les digo: “44 x 5, dividido entre 4 y elevado a la 2da. potencia”, tendrá que escribirlo, y consumir energía para dar una respuesta sensata o correcta.

Esas situaciones son las que existen en el mundo actual, nadie las está inventando, se han descubierto, se plantean. Nicaragua no es la excepción de “pensar rápido, pensar despacio”. El ser humano parece que funciona así. La era virtual no es un asunto nacional, es un asunto global, que está en el mundo actual. Pero voy a agregar otro elemento:

A diciembre de 2017 en Nicaragua, absolutamente todos los indicadores sociales, económicos, de seguridad, eran óptimos, demostrablemente óptimos, no falsificados, es decir, cualquier organismo internacional podía evaluarlo, auditarlo, y decir que efectivamente hay un crecimiento económico, hay mejoría en la disminución de pobreza; efectivamente hay mayor acceso a la educación, seguridad, etc., los niveles de homicidios eran los más bajos de Centroamérica y uno de los más bajos de América Latina cerrando con 7 homicidios x 100 habitantes.

Iniciamos el año 2018 con un pronóstico de estabilidad esperado alto, sin embargo, ese punto llegó un momento casi inesperado (diría inesperado), y colapsa. Si una persona, una semana después del chequeo médico, sin factores de riesgo relevantes, sufre un infarto cardíaco, ese suceso inesperado e impredecible, es un “cisne negro”.

Entonces, Daniel Kahneman, y otro autor que se llama, Nassim Taled, financiero norteamericano libanés, especialista en la bolsa de valores, introdujo un término, no propio, que copia de otros escenarios, y es el concepto del “Cisne Negro”, como metáfora. (Ustedes pueden buscar en internet y leer algunos de los libros que he mencionado). Se define como un suceso improbable, imposible de pronosticar, que ocurre repentinamente y que provoca un gran impacto. Es decir, al 10 de abril del año 2018, nadie, absolutamente nadie, pudo haber pronosticado que iba a ocurrir una situación como la que se desencadenó posteriormente. De tal forma que lo que ocurrió aquí fue un cisne negro, un cisne negro donde había elementos como los que mencioné antes, que simplemente sabés que podés activar ciertas cosas, y esas se pueden desencadenar de manera inesperada comportamientos personales y sociales. Ocurrió un cisne negro, un hecho imposible de pronosticar, cuyas consecuencias son de alto impacto: uno puede verlo ahora, en retrospectiva, y va encontrar algunas variables que había que considerar antes, pero en el momento de antes, eso era imposible.

Aquí, desde mi opinión, se activó el cerebro emocional-instintivo social, a partir de la manipulación de las percepciones de un hecho concreto, cuyo nivel de reacción emocional se salió de las manos de manera inusitada, utilizando imágenes, informaciones y datos que simplemente activaran el aspecto emocional-instintivo, de tal forma que, la sociedad reacciona colectivamente de manera totalmente inesperada, y se desencadenan sucesos de violencia, de resentimiento, de odio, inusitados en la historia reciente de Nicaragua.

Si ustedes ven una foto de un niño chorreando sangre en la cara, aunque lo hayan bajado de Internet, o sea de cualquier país del mundo, y te dicen: “Este lo acaba de herir Daniel Ortega en las calles”, y vés al niño, reaccionás inmediatamente porque lo vinculás con tu hijo; y si vés a una viejita golpeada la vinculás con tu madre; es decir, esas imágenes tienen el efecto (que plantea la neurociencia) que activan el cerebro emocional-instintivo, y logran imponer el cerebro emocional-instintivo como el instrumento que va a marcar la pauta de tu percepción para descifrar el entorno. Si logro eso, lo demás está ganado, se habrá logrado la manipulación.

No voy a entrar en más detalles: la gran pregunta, y sobre la que quiero reflexionar para cerrar esto, es lo siguiente: ¿Cómo enfrentar ese fenómeno? El problema aquí no es organizar milicias armadas, porque la guerra de este asunto no se desarrolló con milicias armadas, la guerra se relacionó, se vinculó, se provocó, con una guerra virtual que manipuló las emociones de las personas, a partir de la compresión de este fenómeno humano. Las calles fueron ocupadas por grupos que percibieron un fenómeno, a partir de un conjunto de información manipulada, y esa desinformación explotó en el contexto emocional, y predispuso frente a un fenómeno con códigos, con paradigmas, con prejuicios de efecto halo, que condicionó la interpretación de lo que estaba pasando, y entonces ahora, ¿quién te saca de ese aspecto emocional para trasladarte a la razón? Y ¿saben qué pienso? Que el universo poblacional más afectado, por esa inusitada influencia instintiva-emocional que fue activada, es el universo de las personas entre 18 y 35 años, y ¿saben por qué? Porque ellos son más dependientes de la tecnología virtual que nosotros. Nosotros tenemos la capacidad de tener otras opciones, pero esos jóvenes que se alimentan de las redes sociales, que dominan con mucha habilidad porque nacieron ahí, esos medios influyeron de manera dramática.

Si me preguntan a ¿cuál debe ser la estrategia para abordar el fenómeno? La estrategia es: comprender el fenómeno, e influir de manera contundente, audaz y beligerante para retomar la razón, la capacidad de análisis y reducir el impacto del cerebro instintivo-emocional que se impuso principalmente en esta generación. Y eso es grave, porque estaríamos hipotecando la capacidad de razonamiento generacional, condicionada por un discurso contaminado de efecto halo altísimo.

Mi hijo menor tiene 23 años, y el a veces me dice: “Papá, creo que el 95% (dato no exacto, especulativo) de mi generación piensa que Daniel Ortega provocó todas las muertes, e insisto que utilicemos la razón, prestemos atención a las evidencias, sin sacar conclusiones a la ligera”, bueno, él escucha mis discursos, escucha lo que digo públicamente, y de alguna forma influyo en su razonamiento; no le pido que sea incondicional con ningún planteamiento, que simplemente use la razón: que no se deje subordinar por la emoción ni el pesimismo, que identifique las evidencias, pero hay un grupo importante, no sé cuántos, de sus hijos, de sus nietos, que están fuertemente influenciado por ese elemento irracional, emocional-instintivo, que pierden la capacidad de razonar, y lo único que tenemos que hacer es: volvamos a la razón, volvamos a lo que nos diferencia de los animales: la razón.

Cuando el 19, 20 y 21 de abril, etc., ustedes vieron algunas personas en las calles, grupos de muchachos, de jóvenes, y de viejos también, con un nivel de violencia y provocación, y en los mensajes de las redes sociales había una explosión de ofensas, odio y violencia, y en las calles, eso lo vimos, no es un cuento. No se trata de que sean muchos o pocos, pero fue visible. Cuando vemos eso, significa que tenemos que trabajar este asunto.

Dicen que ahorita en Metrocentro hay 100 personas, pero no importa si son 100, porque esa concentración de “10” (llámemosle “10”), si la explotás en las redes se convierte en “1,000”, en “10,000” o “100,000”, no importa que sean 100. El problema no es reunir 100, o 1,000, el problema es explotar las redes, y manipular la información virtual: buscar una foto de rajado de cabeza, o buscar una con sangre; ver un policía, y si es feo mejor, poner la foto y tirarlo en las redes, inmediatamente influís en el cerebro instintivo-emocional, eso es lo que querés: mantener activado lo instintivo-emocional. ¿Saben cuál es la estrategia fundamental que nosotros como país, como organización política debemos impulsar? Es activar el cerebro de la razón, reducir el impacto del cerebro instintivo-emocional, y en todo caso, activar las emociones positivas para que la gente, las personas, los jóvenes, nosotros, seamos capaces de superar esa distorsionada manera de percibir el entorno que nos contamina.

Diálogo

Finalmente, me voy a referir al diálogo. Se llama negociación, ¿por qué? Por una razón política, la negociación de mayo se frustró, se quemó. Igual como aquí se ha quemado, en la percepción social, hablar de “pacto”, es normal hablar de pactos políticos, pero aquí se satanizó el “pacto” político. El diálogo de mayo se frustró porque se convirtió en un show mediático, igual que muchos otros eventos del conflicto, es decir, todo pretende ser un show mediático, porque necesitan crear un escenario virtual y lo construís mediante las redes, y no importa lo que ocurra en realidad, lo que “importa es lo que se diga en las redes”. No importa que podás circular en las calles de Managua, ir a los centros nocturnos, o ir al cine, no importa, necesitan difundir una imagen de un lugar vacío, de un hecho aislado o irreal, y trasmitir desesperanza, tristeza, una mujer llorando…, lo hacen circular en 100,000 cuentas, y ya está, eso es lo que importa. Lo que dice la red, lo que dice lo virtual.

Entonces, el “diálogo” se satanizó, así que el gobierno y el mediador en la práctica, el Nuncio Apostólico creo que sugirió mejor, para no contaminarnos con el escenario anterior, llamarlo negociación, porque realmente un diálogo, no es un diálogo “de borrachos”, o de hablar por hablar, es una conversación para llegar a acuerdos, para negociar compromisos que solucionen el conflicto.

En esto, hay cuatro fundamentos que quisiera compartir con ustedes, que no lo inventó Nicaragua, y que fueron creados en Harvard, y es el método o modelo de Harvard, que los negociadores actuales conocen perfectamente, que el Nuncio conoce, y el sector privado también.

Parte de cuatro fundamentos:

1. Las personas

Las personas que negocien tienen que tener capacidad para separarse del problema. Mencioné hace poco un cuento de José Saramago, escritor portugués: El cuento de la isla desconocida; dice el autor: “Para ver la isla, tengo que salirme de la isla y verla, porque si estoy en la isla no veo la isla”. Si quiero ver mis problemas, debo tener la capacidad de salirme del problema para resolverlo. Nadie que esté en la isla puede ver la isla, salirte de la isla es la única forma. Nadie que quiera negociar y llegar a la solución sensata de un problema puede estar sumergido en el problema porque se contamina y pierde la visión para la solución.

Así es que un primer fundamento de este proceso es: la persona separada del problema. Aquí viene un asunto importante: ¿Cómo las personas que están conversando, que están en un proceso de diálogo, se abstraen de la “barra virtual”, que los satura? Eso es importante. Si están ahí sentados, tenés que cerrar los oídos a la avalancha virtual que te va a tratar de activar emociones, sacudirte el piso, perturbarte la serenidad y hacerte perder la capacidad de negociar.

2. Intereses

Los grupos que negocian tienen intereses legítimos, ¿por qué vas a decir que no los tenés? Por eso se negocia, hay un conflicto que está afectando tus intereses, te sentás para negociar. Pero tenés que dejar lo fundamental, y ceder lo secundario. Tenés que entender que hay cosas principales y cosas que no son principales. Tenés que ceder posiciones: no es un problema de posiciones, es un problema de intereses fundamentales.

La capacidad de los negociadores para diferenciar, en un proceso de negociación, lo que son los intereses fundamentales, y los que no son intereses fundamentales, es clave.

Recuerdo el diálogo y los dos encuentros de mayo: show mediático, todas las cámaras enfrente, de tal forma que, el punto uno: que la persona se aleje, no se da. Hay un show en un escenario público en donde quieren lucirse; pero, segundo punto: intereses y posiciones, es decir, plantean una agenda con 43 puntos, cualquiera sabe, cualquiera que sea un gerente o administrador sabe que una agenda así es inmanejable. Bueno, los mediadores en ese momento, no solo carecieron de capacidad técnica para dar una agenda sensata, sino de voluntad política para facilitarla. Ese segundo punto ahora se trata de preservar lo fundamental: que es lo que puedo ceder, y qué es lo que pueden ceder y aceptar los otros; qué es lo principal para vos, y qué es lo que no es principal: eso es lo importante.

3. Alternativas

Las cosas aquí no son blanco y negro, podrían ser gris, por ejemplo: alguien podría decir, no me funciona el carro, hay que cambiarle el radiador. Si vos decís eso quiere decir que reducís el problema al radiador, y si cambiás el radiador, y el carro no funciona, te equivocaste, porque sólo tenías una alternativa, el radiador, pero ¿quién dice que era el radiador? A lo mejor es que estaba sucio el motor, le faltaba aceite, es decir, el problema no es cambiar el radiador como solución del problema, el problema es reparar el vehículo: sea el problema de radiador, u otro.

Por lo tanto, tener alternativas para la solución de un problema, alternativas que beneficien a las partes, es clave. Si no encontrás eso, no tiene sentido. Si estoy negociando con Iván, él tiene intereses, y yo tengo intereses, veamos alternativas: la alternativa que plantea tiene que ser mi beneficio, y de ambos, porque si no es de ambos, no hay solución. La solución obliga que haya beneficios mutuos, y no es que yo imponga la alternativa A, sino que encuentre donde ambos coincidamos en un punto común, de intereses comunes.

4. La calidad de la información

Si negocio, mis argumentos y planteamientos deben estar sustentados en evidencias concretas, objetivas, en lo posible. No es que diga: “Dicen que están torturando a los presos”, ¿quién lo dice? Pues, Facebook. ¿Dónde lo leíste? Ahí dice en Facebook, que andan torturando a los presos. No, veamos la evidencia, no podemos discutir sobre supuestos, no podemos discutir sobre apreciaciones sin sustento, hay que discutir con evidencias. Es decir, la base de mis argumentos debe ser objetiva, y la base de los argumentos del otro, debe ser objetiva. “Es que dicen que están matando a la gente”, ¿tenés nombres, datos? “Si, aquí dice, que Juan, Pedro…” No, ¿Juan qué? “Es que dicen…” Tienen que ser argumentos concretos, presunciones razonables. Si hay heridos, ¿cuáles son? “es que dicen que hay miles de detenidos”, ¿cuáles son? ¿tenés la lista? Ese es el fundamento cuarto.

Ese es el método de Harvard. Hay otros elementos a considerar que son más complejos, pero esa es la base la negociación del proceso actual. No es la base de la negociación y el diálogo que se llevó en mayo, es ahora. Quisiera reconocer que uno de los artífices más relevantes de este proceso de diálogo actual, es el Nuncio Apostólico. El Nuncio creo que vino en junio o julio del 2018, a él lo nombraron en mayo, pero estaba en Roma.

Cuando viene a Nicaragua, ya pasó esa primera etapa del diálogo, y creo que fue una de las personas que siguió trabajando en la relación con los distintos actores, para lograr el proceso que actualmente estamos. Prácticamente se quedó solo con las partes, pero con una nueva visión, pero con un nuevo planteamiento metodológico y buena voluntad que me parece es el camino correcto.

El penúltimo comunicado, el 7 de la mesa de negociación, concluyó con una propuesta que asustó o preocupó a algunos, y dice: “Vamos a liberar a los presos”, dice el texto: “De conformidad con la legislación del país”. Y recuerden los cuatro puntos que dije antes; pregunto ¿Qué es lo más importante? ¿Lo más importante es que Juan, Pedro o María estén presos? ¿Eso es secundario o es fundamental? Es decir, tener la capacidad de discernir sin activar tus emociones de manera irresponsable, cayendo en la trampa de lo que ya dijimos; utilicemos la razón.

“De conformidad con la legislación”

Fueron detenidos casi cuatro centenares de personas, insuficiente para lo ocurrido. Fueron procesados, detenidos por la policía, y remitido a los tribunales competentes. Algunos fueron sentenciados por delitos menores, y otros por delitos graves. ¿Qué es un delito menor? Daño a la propiedad, lesiones menores… Vamos a suponer que le tiró piedras a una casa, que participó en la quema de una alcaldía, o en la oficina del Frente, o lo que fuera, eso se llama daño a la propiedad. Ese daño no provocó muertes, por lo tanto, es un delito menor. El autor de ese delito va para un juez local, el juez lo sanciona, pero es delito menor: la pena es menor. A estas alturas ya lleva casi un año preso. Vamos a suponer que le pusieron 18 meses, ya cumplió la mitad de la pena. Esos delitos menores son administrativamente fáciles de resolver. La mayoría de los que están presos, están por delitos menores. Creo que una buena cantidad ya está libre, o quizás con arresto domiciliar.

Pero además también hubo delitos graves. ¿Cuáles son los delitos graves? Por ejemplo, terrorismo, o asesinato. Eso es delito grave, seguramente la pena es mayor. Y fue visto por un juez de distrito. Vamos a suponer que algunos estén sentenciados, pero es posible que otros estén en proceso. Entonces, hay una parte de los detenidos que no ha salido que está por delitos menores, y administrativamente puede salir, y se puede aplicar la política penitenciaria, es decir, arresto domiciliar. No están libre, en el sentido de que la pena sigue siendo válida, pero se va a casa. El Sistema Penitenciario con frecuencia saca gente, y nadie se da cuenta, porque es una política, una práctica común. La prisión, en la legislación penal nicaragüense, se considera una medida extrema. Nicaragua, todavía hoy, es el país que tiene la menor tasa de detención de Centroamérica; menor que la de Costa Rica (pueden ver los datos en Internet). La proporción de detenidos en Nicaragua, global, es menor que la que está en El Salvador, o en Guatemala, por ejemplo.

Si el gobierno, en el acuerdo con el otro grupo dijo: “de conformidad con la legislación”, los casos de delitos graves no pueden salir “de conformidad con la legislación”. ¿Cuáles son las únicas alternativas? Que el gobierno recurra a un planteamiento legislativo, a un indulto, o a una amnistía los que no han sido procesados, mediante un proceso legislativo, que es de naturaleza política, y decida perdonar a los condenados. Es decir, al autor de un delito se le perdona la pena. Esa es una posibilidad legal. ¿Va a ocurrir o no? No sé, es posible que ocurra.

Pero aquí viene un asunto importante, porque digo ¿el gobierno o la Asamblea Nacional recurrirán a un mecanismo de indulto, que es perdón, o al mecanismo de amnistía, que es olvido? No sé, pero “un olvido” cubre o cubrirá a moros y cristianos, es decir, así como olvido, por ejemplo, al que torturó a Bismarck, también me olvido de todos.

Moros y cristianos, sandinistas o no sandinistas, que cometieron excesos, podrían ser, en ese proceso, como ocurrió en el 90, como ocurrió en el año 79, no es la primera vez que Nicaragua recurre a un mecanismo similar. Pregunto, ¿será posible? No sé, lo que digo es que el camino de la ley obliga a mecanismos distintos, porque hay presos condenados que no hay forma de sacarlos, solo recurriendo a un mecanismo legislativo, complejo, difícil, pero pregunto: ¿qué es lo fundamental?

Como decía al principio, “Cuando sé a dónde voy, ningún camino es desconocido”. Identifiquemos lo fundamental, lo estratégico, lo que no podemos ceder, y cedamos todo lo demás. Cuando entrás en conflicto con tu pareja, vamos a suponer porque se “las pegaste”, y entonces, viene tu mujer y dice: “te perdono”, pero dejás a la otra. Vos tenés que ceder: la dejás, porque si no la dejás el problema sigue ahí, entonces vas a tener que ceder, pero ¿ella no va volver a remojar y señalar a cada rato lo ocurrido? No, se olvida, y aquí no volvemos a hablar de la otra, es el compromiso. Del lado del hombre, él decide que no vuelve a ver a la otra, y ella perdona. Entonces, la relación sigue nuevamente a partir del compromiso: perdón y no repetición.

Muchas gracias.

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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