CINCO PERTENENCIAS FUNDAMENTALES:
Managua, septiembre 2019
1- El sentido de PERTENENCIA es necesidad indispensable para la subsistencia de las personas. La FIDELIDAD a esas pertenencias, son integridad personal responsable. No hacerlo o hacerlo tiene costos o implica consecuencias en la existencia personal, pero resulta indispensable en el camino de búsqueda que cada quien emprende desde que nace.
2- La pertenencia primaria es ser HUMANO, pertenecer al colectivo natural y social, es actuar en consecuencia, en nuestro tiempo y casa común.
¿Podemos renunciar o ser contrarios a esa pertenencia?
3- Pertenecer a una nación y pueblo, a una NACIONALIDAD con sus diversas identidades, diferencias y coincidencias. Es jurídico, político, sociocultural y natural. ¡Nunca renunciaré a mi nacionalidad nicaragüense!, es patriota y vínculo de origen. Hay quienes rechazan la nacionalidad de manera explícita y por la naturaleza de sus actos, y no serán de aquí, ni de allá, ni de ningún lado. Ello dejará vacíos insustituibles.
4- Soy CRISTIANO CATÓLICO de nacimiento, por tradición y convicción, por la fe que trato de cultivar en mis imperfecciones y dudas, en la búsqueda de lo esencial, Hago el esfuerzo de ser fiel a esa pertenencia de esperanza y compromiso en medio de las dificultades personales y colectivas con las que tenemos que lidiar. “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, es el mandamiento nuevo del Dios del amor.
5- Pertenezco, -más allá de filiación orgánica-, a una inmensa y diversa familia SANDINISTA, es vínculo de ideales, utopías y principios revolucionarios, de historia de lucha y compromiso social. Hay quienes traicionan (por interés, halagos, confusión, comodidad, miedo o fragilidad), y vuelan de rama en rama; lesionan la fidelidad, renuncian a las utopías que se alimentan de principios por los intereses.
6- Pertenezco, indisolublemente, por vínculos sanguíneos y de afecto, a una FAMILIA. Ella determinó mis dos primeras pertenencias: humano y nacionalidad. Ser parte de una familia es esencial, las diferencias posibles y legítimas que puedan existir, como religión o práctica política, no anulan esa pertenencia primaria sustentada en el amor, de quienes desciendo, de quienes descienden de mí y con quienes convivo, a quienes quiero, de quienes recibí los aprendizajes básicos, idioma y creencias.
7- Aunque pueden existir otras múltiples temporales y duraderas, estas cinco legítimas pertenencias: ser parte de nuestra raza humana, nación, iglesia, idea política y familia, no adolecen de defectos; la imperfección y virtud personal se suma a la de todos y todas, en el camino que nos toca recorrer y vivir, de errores y aprendizajes, de fracasos, éxitos y alegrías; construimos, no sin dificultad, coincidencias y proyectos comunes, soy parte de ellos, como ellos son parte de mí, sin exclusiones, con tolerancia y buena voluntad, para ser feliz y ayudar a otros a encontrar el propósito de vida que es cuando todo tiene sentido.
8- La pertenencia a una familia y a la patria, -conceptos vinculados-, se crean y fortalecen por afecto, identidad sociocultural y cercanía. En el vínculo partidario o político prevalecen las ideas y prácticas que activan la pertenencia, no depende, en lo esencial, de líderes, puestos o privilegios. La pertenecía a una religión es motivada por la fe, fortalecida por la práctica, sin ser ajena a la herencia, lo racional y emocional. Y el vínculo primario y común de todos es ser humanos, condición natural e inseparable de nuestra existencia, desde la concepción, -origen de la vida-, y el nacimiento que en consecuencia lleva a pertenecer a una familia y una nacionalidad, derechos irrenunciables.
La fidelidad a dichas pertenencias, resultan en mí fundamentales, cada quien podrá tener las propias, aunque, seguramente, en al menos una coincidimos todos, somos uno y a la vez muchos.