Diciembre y seguridad ciudadana en Nicaragua
Link: https://www.youtube.com/watch?v=wN-mDab6YOo&t=6s
Programa “15 minutos”, Canal VIVANICARAGUA Canal 13.
Managua, domingo 1 de diciembre de 2019.
Entrevista de Roberto Zúñiga a Francisco Bautista Lara
Diciembre es un mes de mucho movimiento, en los centros comerciales, en los centros de recreación, y el tema de la seguridad ciudadana en este mes es vital para el disfrute de las familias. Desde el punto de la seguridad ciudadana, ¿qué debe garantizar la Policía Nacional para la seguridad de todos?
Diciembre es un mes de paz, un mes de convivencia, de familia, de comercio también, de celebraciones emblemáticas en la historia de Nicaragua, como la Gritería el 7 de diciembre, los nacimientos también es una actividad muy tradicional de fin de año, de evaluación de los años pasados y propósitos para los próximos años. La población en este mes requiere tranquilidad, serenidad, la Policía tiene responsabilidad institucional de contribuir a la seguridad, a la libre circulación, al libre disfrute de las personas, de las posibilidades que ofrece el mes. Es un tiempo de sol claro y cielo celeste, de mucha meditación religiosa y festividades, es decir, hay una mezcla interesante en el mes.
La Policía está obligada a preservar el orden, la seguridad pública, esa es su labor fundamental, es decir, una labor de prevención y de coerción frente a cualquier amenaza que perturbe la convivencia de los ciudadanos. El comportamiento delictivo en Nicaragua, y en general en el mundo, tiene lo que algunos expertos criminológicos llaman cíclico, o temporal, es decir, que los aspectos climáticos, y los cambios estacionales modifican los comportamientos delictivos. ¿No sé si sabíamos eso? Pero es una teoría que es válida y que se puede evaluar.
Entonces, hay meses del año donde la incidencia delictiva tiende a subir de manera cíclica. Cuando ves la gráfica de un año, fácilmente se observa que hay meses cuando aumenta, y en otros, baja. En las últimas semanas del año suele darse un pequeño incremento de la incidencia delictiva por una razón práctica: suben particularmente los robos contra las personas, y el otro pico que suele darse ocurre entre marzo y abril, que es el período de Semana Santa. Algunos dicen que está vinculado al clima, las temperaturas cálidas suelen provocar la exacerbación de los ánimos en las personas.
Más o menos, el año tiene esos dos picos, en marzo – abril, un pequeño incremento de los robos contra la propiedad, y a fin de año, otro pequeño incremento. Después se dan algunas bajas importantes, por ejemplo, los meses de menor incidencia delictiva suelen ser enero y febrero, baja actividad económica también, el comercio se reduce, la movilización de las personas en las calles disminuye. También la violencia delictiva está vinculada a eso: a mayor movilización de personas y de recursos, suele haber mayor incidencia delictiva; aumenta el delito más común, que es el delito contra la propiedad: el robo.
Hay una responsabilidad importante de la Policía: informar, porque la principal posibilidad de prevención está en la misma persona, es decir, no ser descuidado, no ostentar los recursos, porque hay otros que verán eso “con hambre”, y fácilmente van a poder sustraer tu dinero. Creo que esta es una de las principales recomendaciones: no ostentar los excesos que cada familia tiene.
También hay que ser prudente, en las casas de habitación, por ejemplo, no la dejen sola. Siempre hay un vecino que te puede ayudar a cuidar la casa; y en los negocios, usen alguna seguridad básica para prevenir y no dejen que el dinero en la caja se acumule, sino que lo depositen oportunamente, porque todo eso se convierte en factores de atracción para cometer ciertos delitos.
A fin de año, en noviembre, se da más movilización de dinero: la cosecha de café por ejemplo comienza a salir, el dinero también circula en el campo. Ese flujo de efectivo provoca ciertas actitudes o comportamientos de gente que puede interesarse en apropiarse de ese dinero.
Para saber cómo se encuentra hoy el tema de la seguridad ciudadana en Nicaragua hay que ver en perspectiva cómo estábamos en los últimos tres años, y cuáles son las perspectivas futuras: Nicaragua entre el año 2011 y 2017 tiene un descenso significativo de los niveles de violencia delictiva, pasó de 13 homicidios x 100 mil habitantes, a 7 homicidios por 100 mil habitantes en 2017. Se convirtió en 2017 en el país con menor homicidios de Centroamérica y uno de los cuatro países de menor tasa de América Latina, es sorprendente y sin lugar a dudas, es una cualidad del país.
En 2018, se dio un brote de violencia de naturaleza delictiva que tuvo propósitos de naturaleza política, por esa explosión delictiva la tasa pasó de 7 a 11 x 100 mil habitantes, pero a pesar de ese conflicto, a pesar de esos resultados del año 2018, Nicaragua tuvo el segundo índice más bajo de Centroamérica, solo después de Costa Rica.
Sin embargo, en lo que vamos de 2019, y cerca de cerrar el año, según las cifras que hay, la tasa de homicidios va a concluir con 8 o 9 x 100 mil habitantes, es decir, volverá más o menos a los niveles del 2017, muy cerca; y volverá a ser, según esos resultados, la tasa más baja de Centroamérica, y una de las cuatro o cinco más bajas de América Latina.
¿Es real esa expresión de “Nicaragua: el país más seguro de Centroamérica”?
Es importante estar claro que ese es un “eslogan”, pero quiere decir que Nicaragua tiene las menores tasas delictivas de la región, porque la seguridad es un concepto mucho más amplio que no solo incluye el riesgo de la violencia delictiva. La seguridad también está vinculada con la estabilidad económica, la estabilidad política, la estabilidad jurídica, etc., pero desde el punto de vista de la seguridad delictiva, y el riesgo de las personas a ser víctimas de un delito, sin lugar a dudas, Nicaragua tiene los resultados más favorables.
El hecho que Nicaragua tenga, al concluir 2019: 8 homicidios x 100 mil habitantes, no quiere decir que no tenga homicidios, significa que Nicaragua al terminar el año desafortunadamente habrán muerto unas 500 personas producto de la violencia delictiva: esa es una cifra importante. Pero, comparada con el norte de Centroamérica, te das cuenta de la sorprendente diferencia: mientras en Guatemala esa cifra sube a 4000 personas, o en El Salvador, 3000; o en Costa Rica, 700. En Nicaragua son 500 personas, personas que perdieron la vida, 500 familias que sufren un duelo producto de la violencia delictiva que sufrió el país. Ojalá que poco a poco vayan bajando más las cifras.
Hay una realidad que tampoco podemos obviar: la convivencia humana, la relación con las personas, en todos los ámbitos siempre va a generar conflictos. Esos conflictos pueden convertirse en delitos, y esos delitos pueden traer daños, económicos y humanos, y es lo normal en las sociedades. Lo que pasa es que las sociedades tienen que trabajar en que esos conflictos sean razonablemente administrados, y permanezcan en niveles razonables.
La salud perfecta no existe, la seguridad absoluta no existe, pero existen niveles de seguridad, es decir, si tuviéramos un parámetro de seguridad ciudadana, por ejemplo en el caso de Nicaragua, donde 10 es seguridad absoluta, y 1 es inseguridad absoluta, la realidad es que no estamos en ese parámetro máximo: no es 10 de seguridad, Nicaragua está, quizás en 8 y medio o 9, porque tiene un nivel de seguridad alto desde el punto de vista delictivo, pero la perfección absoluta en las sociedades reales no existen.
¿Cómo evalúa hoy el reaccionar de la Policía Nacional?
Hay que reconocer que la seguridad ciudadana es consecuencia de un proceso social e histórico, donde los distintos actores influyen en un resultado concreto. La Policía es un actor importante en ese resultado, pero no es el actor único, hay que integrar a todos los elementos socio económicos y culturales que interactúan en un contexto social.
Por ejemplo, es imposible garantizar niveles de seguridad altos sólo con una policía competente, necesitás atender los sectores vulnerables, mejorar la infraestructura urbana de las ciudades, mejorar los niveles de la información, de comunicación y de educación de la población; también atender a los jóvenes en situaciones de riesgo, promover actividades culturales y deportivas, mejorar el sistema de salud pública, reducir los niveles de pobreza. Cuando articulás dentro del estado, dentro de la sociedad todos esos elementos y tenés una fuerza policial que actúa con responsabilidad frente al conjunto de fenómenos, es posible que los resultados sean buenos. Pero, te podría decir, por ejemplo, que la Policía Nacional Civil de El Salvador, es una buena policía, ¿pero por qué los resultados son tan malos? El problema no es la policía, es el problema social, no podés atribuir los beneficios y los déficits, los éxitos y los fracasos de la seguridad ciudadana a una institución porque la seguridad ciudadana es un problema de naturaleza social, y tiene que tener un abordaje integral. Es erróneo pensar que un alza en la violencia delictiva tenés que articular únicamente el instrumento policial, tenés que articular los instrumentos sociales, políticos, institucionales, económicos. urbanísticos, y solamente la articulación armónica de todos esos instrumentos va a tener un resultado positivo.
Desde el 2005 usted ya no pertenece a la institución policial, y hemos visto a Francisco Bautista en los últimos años como escritor, ese cambio tan radical de jefe policial a escritor ¿Cómo lo entendemos?
Fui bendecido por una decisión arbitraria del gobierno de Bolaños, y digo: “no hay mal que por bien no venga”, por eso siempre tengo ese criterio. Además, pienso que “las crisis son grandes oportunidades”, es decir pude seguir en la policía el tiempo que me tocaba estar, pero el gobernante decidió. de manera arbitraria e ilegal, sacarme. Yo lo denuncié, lo demandé, el sistema de justicia me dio la razón, y tomé una decisión: me puse a pensar durante una semana, ¿qué hago? ¿cómo organizo mi tiempo? Después de consumir todo mi tiempo en función de la policía, me quedo en el aire. Tenía una novela pendiente, que ya estaba escrita pero que no la había corregido, y digo “¡tengo la oportunidad!”. Una semana después, pasé en la computadora, y me quedé concluyendo lo que sería mi primera novela: Rostros Ocultos. Si no hubiera tenido esa oportunidad que me brindó una decisión arbitraria, no hubiera podido publicar esta novela. Y después publiqué otro, y otro libro, de textos que ya había escrito parcialmente antes pero que no había publicado o corregido. Ya hoy tengo trece libros publicados, sobre novelas, cuentos, poesía, ensayos, etc., y disfruto compartir eso; disfruto compartir la información, el conocimiento, mi experiencia con los jóvenes en los colegios, en los institutos, me invitan a dar conferencias. La semana pasada estuve en Estelí hablando sobre poesía, sobre un poeta nicaragüense, Leonel Rugama, y después estuve en Granada hablando de Leonel Rugama, y antes sobre Rubén Darío, y ahora de seguridad ciudadana.
A veces lo que parece contradictorio es más próximo de lo que parece. Lo que pasa es que la Policía se crea en un contexto histórico un poco distinto, y nos integramos estudiantes, poetas, escritores, sociólogos, es decir gente que tenía visiones distintas, y nos integramos por un proceso político revolucionario que ocurrió así. Estando ahí nos dedicamos a ser policía.