Colores que se sienten y transmiten
Managua, 30 de julio de 2020
En memoria de Juan José Bautista De León
L`art c`est l`azur (El arte es azul)
Victor Hugo
Aniversario de Azul… de Rubén Darío
(Valparaíso, 30 julio de 1888)
Percibo, con el riesgo de convencerme, que toda la vida puede expresarse y simplificarse con colores y que los colores, pueden pintar todos los estados de ánimo y descifrar los significados posibles de las ideas y emociones humanas, interpretar y construir el pasado, el presente y el futuro.
Cuándo estás triste o alegre, ¿de qué color ves las cosas? ¿Qué tonalidad adquiere el paisaje lejano y el entorno inmediato? Cuando ríes o lloras, cuando te embarga la nostalgia o estás eufórico, cuando permaneces sereno o cansado, cuando te entusiasma algo o alguien, cuando amas u odias, cuando sufres o gozas, cuando no puedes dormir, cuando expresas solidaridad o egoísmo, parece mentira, pero, si pones atención te percatarás de ello, las cosas adquieren un tono particular, un colorido específico y cambiante, el brillo o la opacidad, el matiz que asumen está directamente vinculado a los estados de ánimo y a las actitudes personales que adoptamos en cada circunstancia. Somos, cada uno, artistas y creadores que podemos pintar de colores todo lo que ocurre y existe en nosotros y fuera.
Cuando el joven nicaragüense de 21 años, Rubén Darío, decidió nombrar Azul… a su “libro primigenio”, -el que tantas felices consecuencias traería-, inaugurando así un movimiento literario que le tocó encabezar, si bien pudo pensar en la frase del poeta francés Víctor Hugo, que el académico español don Juan Valera identificó en la Carta-Prólogo (22.10.1888), creo que, el fundador del Modernismo pensó y sintió en realidad la inmensidad, la profundidad y el infinito, vio a través del texto, la voluntad de alcanzar la mayor altura, superar la adversidad y existir más allá de su tiempo: “la cabeza del poeta lírico era una orgía de colores y de sonidos” (RD,1887). Percibió con intensidad, como precoz profeta de las letras en su época, el largo camino, la extraordinaria hazaña que fuera de todo pronóstico emprendía, como Cisne negro, imperecedero, en contraposición al cisne blanco, símbolo modernista que feneció.
Decimos, el “panorama es oscuro”, la “cosa está negra” o “se ve negro”, cuando el color expresa pesimismo presente o frente a un futuro incierto. Cuando todo parece “color de rosa”, el asunto es fantástico, fácil u optimista. “Pondré mi arco en el cielo, como señal de alianza con la tierra” dice el Génesis (9:13), y allí se muestran cuando cesa la lluvia los fascinantes colores luminosos del arco iris.
Hay partidos, proyectos políticos, empresas, organizaciones y grupos deportivos que asumen el verde, rojo, blanco, colorado, azul, amarillo, …, como nombre o símbolo. Los artículos diversos pueden ser de “marca blanca” para decir que no tienen ninguna o son de una desconocida, y los electrodomésticos, como categoría, son “línea blanca”. En la construcción, las labores preliminares, se califican como “obras grises”.
Aunque la sangre que circula por nuestras venas es roja, se dice que algunos tienen “sangre azul”, por el “pedigrí” o la “alcurnia noble o aristocrática” que los contamina. Decimos que alguien “tiene color” o “está colorado” para referirnos, en sentido negativo, que “no es transparente”, es visible, está quemado, porque quizás, tiene color de borracho, mujeriego, ladrón, mentiroso o traidor, este último, posiblemente, el peor “color” que alguien puede tener, porque será advenedizo con los otros y repudiado de unos, diremos que “no pinta nada”.
Abundan los refranes: “El que quiere celeste que le cueste”, o “El que de amarillo de viste, a su hermosura se atiene”. A veces se dice que “las cosas no son ni blanco ni negro”, para referir los extremos y reconocer la posibilidad de posiciones intermedias. “Estoy en blanco”, cuando no ha comido nada o no tiene dinero, o “tengo la mente en blanco”, cuando faltan ideas. “Colorín colorado, este cuento está acabado”, relato o tarea concluida. “La leña verde mal se enciende”, “Plátano maduro no vuelve a verde”, “El que es chocoyo en toda rama es verde”, “Quien de verde se viste, bonita se cree”, “Trabajar como negro para vivir como blanco”, “Todo depende del color del cristal con que se mire” …
Proliferan las expresiones de diversa naturaleza: “viejo rabo verde”, inquietud del viejo que se distrae con las jovencitas; se dice que una persona o lugar que es fresa o rosa, por su carácter delicado, exclusivo o femenino, puede tener énfasis despectivo. “Es un individuo gris” para decir que es de dudoso comportamiento. Se dice “transparente” cuando no hay nada oculto, las cosas se han hecho correctas, los recursos utilizados de manera “clara” y la persona es honesta.
Aunque el significado de los colores está influido por la época, la cultura y las creencias, en general podemos considerar algunos valores que le atribuyen. Rojo, color del amor, pasión, virilidad, fuerza, revolución y martirio; amarillo es felicidad, riqueza, poder, aunque a veces lo percibo con sabor de melancolía y contradictoriamente también puede ser ira, envidia y traición; verde es ecológico, esperanza, juventud, vida nueva; azul de infinito e inmensidad, es el color del cielo y del mar; negro es elegancia, duelo, miedo, maldad, también puede ser fertilidad y crecimiento; blanco es pureza, inocencia, paz y virtud, la muerte realmente es blanca, y su blancura sobresale en la oscuridad; naranja es naturaleza, acción, sensualidad, divinidad y optimismo; morado es elegancia, espiritualidad y misterio; rosado es delicado, amistad y dulzura; celeste es juvenil, varonil; gris es mediocridad, impreciso o indeterminado.
En las últimas décadas se habla de “economía naranja” al referirse al desarrollo de la industria creativa, de innovación y herencia cultural. El economista y catedrático español Xavier Sala escribió “Economía en colores” (2017), como una divertida aventura a todo color.
La popular canción “De colores”, -relacionada al folklor mexicano colonial, s. XVI-, ha sido interpretada por varios, entre ellos, la cantautora norteamericana Joan Baez (Gracias a la vida, 1974), es identificada actualmente con los Cursillo de Cristiandad católicos y el sindicato United Farm Workers de América (E.U.), dice: “De colores se visten los campos en la primavera” … “De colores son los pajaritos que vienen de afuera”… “De colores es el arcoíris que vemos lucir / y por eso los grandes amores de muchos colores / me gustan a mí”.
Para analizar a profundidad asuntos de interés los gobiernos publican el Libro Blanco. Gabriel García Márquez escribió sobre las “mariposas amarillas” y Darío sobre las mariposas rosas o de alas azules y el pájaro azul. Mario Vargas Llosa “La casa verde”. “Me llamo rojo” y “El castillo blanco” del turco Orhan Pamuk. “La naranja mecánica” del autor inglés Anthony Burguess. “Los años de peregrinación del chico sin color” del japonés Huruki Murakami. “El color púrpura”, la norteamericana Alice Walker. La española Elia Barceló: “El color del silencio”. Arturo Pérez-Reverte: “Ojos azules”; John London, “Colmillo blanco”; de Stephen King, “La milla verde”; del francés Stendhal, “Rojo y negro”, …
Según el Feng Shui, milenaria disciplina oriental sobre el flujo de la energía vital y la armonía, los colores influyen en el nivel físico y emocional, aunque me atrevo a afirmar que es una doble incidencia, de nosotros a los colores y de los colores hacia nosotros. Podríamos pensar, sentir y expresarnos con colores: el azul de armonía, el rojo de energía, el amarillo optimista, el verde renovador, el negro reflexivo, el blanco purificador, el naranja creativo, el violeta espiritual y de equilibrio, el último tono que se extingue cuando se oculta el sol.
¿Has visto el color de la inteligencia, la ignorancia o la soledad? Y el del hambre, la sed, la orfandad… y el del placer, la amistad y el afecto… La muerte, la vida, el silencio, la alegría, la tristeza, la aflicción, el deseo, el amor, la pasión, el odio, la envidia, el egoísmo, la traición, la solidaridad, la virtud, el pecado, el bien, el mal, la mentira, la verdad, el engaño, la manipulación, el resentimiento, la venganza, la ofensa, la calumnia, la enfermedad, la salud, el poder, la escasez, la miseria, la abundancia, la humildad, la persistencia, el honor, la dignidad… tienen un color, el color con que los pintamos cuando vemos y sentimos, los colores realmente, más que verse, se sienten… Y hasta vibran, huelen o hieden…
Darío escribió: “La luz produce los colores: los colores no encienden la luz”. ¿Dónde está tu luz? ¿De qué color ves –pensás y sentís– las cosas? ¿Con cuál color contribuyes –o contaminas– al pintar –influir– el mundo –tu entorno– en el tiempo que te toca vivir y compartir?