APORTE histórico para REFLEXIONAR el pasado y el presente
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APORTE histórico para REFLEXIONAR el pasado y el presente

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June 7, 2021

Ir poco a poco allegando nuestros intereses a los de las otras repúblicas Hispano-Americanas

y con especialidad a nuestros hermanos del Centro, hoy más que nunca ligados por un destino común.

Manifiesto, toma de posesión del presidente Fernando Guzmán (1.3.1867).

Álvaro Guzmán Cuadra (Granada, 1954), tataranieto del segundo presidente (1867-1871) de los “Treinta años de gobierno conservador” (1857-1893) o mal llamada “República conservadora”, don Fernando Guzmán Solórzano (Villa de Tipitapa, 1812 ) – Granada, 1891) y bisnieto del académico, periodista e intelectual granadino Enrique Guzmán Selva (Granada, 1843-1911), reconocido por sus polémicos escritos de acuciosa y aguda sátira política, social y literaria, ha presentado en el libro Presidente Fernando Guzmán. En la Nicaragua del siglo XIX. Su obra y descendencia (Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, mayo 2021), una interesante y detallada investigación de carácter histórica, biográfica y genealógica que, desde el conocido relato de acontecimientos de la segunda mitad del siglo XIX, presenta nuevos hallazgos con breves y útiles reflexiones desde el camino recorrido en esa etapa crucial de conformación del estado nacional después de la tragedia de la Guerra Nacional y en particular durante la administración de Fernando Guzmán. El Dr. Jorge Eduardo Arellano, secretario de la AGHN, comenta en la introducción del libro: “el privilegio que Álvaro tuvo de recibir en herencia, a través de tu tío abuelo Enrique Guzmán Bermúdez (1882-1973), el archivo de sus antepasados ​​Y que ha sabido aprovechar al máximo”.

El Lic. Álvaro Guzmán (Comandante de Regimiento en retiro, 1993), con quien tuve la oportunidad de trabajar a fines de la década del ochenta cuando asumió la jefatura de la Policía de Managua como subdirector general de la Policía Nacional, desarrolló una eficiente y ordenada gestión que combinó con su natural habilidad personal en el trato cordial con las personas, creando vínculos de respeto y afecto, ahora, con esta publicación de 296 páginas, se muestra como un estudioso de la historia, en el que aprovecha el acervo de documentos y referencias familiares para compartir con amena claridad literaria, no solo un legado familiar, sino un relevante aporte para continuar pensando el relato histórico que siempre puede complementarse, volverse a revisar y discutir, porque sabemos que es posible observarla desde múltiples puntos de vista, en particular durante ese traumático y a la vez venturoso punto de partida que permitió continuar el proceso de transición y la conformación del proyecto de nación desde intereses y posiciones diversas –a veces contradictorias- de sus actores más visibles. Según Álvaro: “A partir de esta duradera alianza Martínez-Guzmán-Jerez se forjará el más extenso periodo de paz y desarrollo de Nicaragua en el siglo diecinueve”.

Aunque durante el llamado período de “gobiernos conservadores” fue el predominio de la oligarquía conservadora granadina tradicional cuya herencia familiar, económica y política se ha expandido e impuesto a lo largo de casi dos siglos, hubo relativa estabilidad y consenso después de derrotar al filibustero William Walker mediante la necesaria unidad nacional y centroamericana (no sin desencuentros), que proscribió a la opción liberal de Jerez por la culpa de traer al yanqui invasor que osó nombrarse presidente, no podemos obviar que fue en esencia una componenda de cúpulas familiares. La entrega oportunista, sumisa e “ingenua” al filibustero norteamericano dejó huella profunda por la traición a la patria, lo que parece, a veces, se repite como una ilusa y atrevida intención anacrónica. ¿Hay quienes todavía llaman al invasor extranjero, imploran su complacencia y piden financiamiento para venderse y ceder la soberanía y la dignidad nacional? Lamentablemente sí.

Las circunstancias de la tragedia interventora llevaron a un “Pacto providencial” (1856) que trajo la unidad y la expulsión del invasor (1857), seguido de la consecutiva sucesión (no sin conflictos) de ocho presidentes (Martínez, Guzmán, Quadra, Chamorro, Zavala, Cárdenas , Carazo y Sacasa) para establecer la incipiente institucionalidad –desde su modelo político económico y social-, hasta su agotamiento y ruptura con la Revolución Liberal de 1893 que lideraba José Santos Zelaya, cuya renovada visión unionista y por un estado nacionalista moderno, laico e independiente y una economía dinámica que superara el latifundio ganadero, -no ajeno a aciertos y desaciertos- fue frustrado unos 16 años después (1909), por la injerencia expansionista de Estados Unidos, con la complicidad de la nueva camada conservadora y del liberalismo desnaturalizado despojado de los rasgos progresistas de su gestión política y social, desvaneciéndose el patriotismo y la dignidad al someterse, por afinidad o coincidencia de intereses hegemónicos y de supremacía, por miedo, presión o halagos, a la potencia extranjera.

Entre las interesantes curiosidades que encontré en el libro comento, desde mi apreciación, algunas:

  1. Fernando era hijo de Rosa Guzmán, una joven guatemalteca hija de una viuda, y del presbítero granadino Camilo Solórzano, párroco de La Merced y vicario episcopal de Granada. Fue uno de los últimos funcionarios de la Inquisición en Nicaragua, -institución abolida en 1820-, que era “una especie de filtro e inspección religiosa para la defensa de la fe y persecución de las ideas contrarias a las prácticas y creencias impuestas por la Corona”. Según el historiador Ortega Arancibia, en 1948, el padre Camilo y su hijo Fernando estaban en posiciones políticas distintas, el primero en las filas de los calandracas o liberales, y el segundo era timbuco o conservador. El padre Camilo –procreó dos hijos más-, estudió en Guatemala, fue ordenado en 1808 y destinado a la Iglesia de San Pedro de Metapa (Ciudad Darío),
  2. Es recurrente en la historia pasada y presente la descendencia de sacerdotes y religiosos. Dice René Vivas Lugo que los Vivas descienden también de un cura; René González Mejía reconoce que viene de la estirpe del padre Prado (Chontales) y su compañera, una valiente mujer que, a la muerte del presbítero reclamó sus derechos, y en 1909, logró obtener la primera sentencia del máximo órgano judicial que reconoció “la unión de hecho estable”. Sabemos de otros, el primer presidente de Nicaragua, don Frutos Chamorro Pérez, era nieto de cura. El padre Vigil, cómplice de los esclavistas filibusteros, y el padre Policarpo Irigoyen también dejaron descendencia…  Recuerdo un refrán que refería con humor un maestro y religioso español: “Nunca digas que este cura no es mi padre”.
  3. Julián Solórzano, sobrino del futuro presidente, fue conocido como “El tamborcito rubio de Walker” -el filibustero lo menciona en sus memorias- integraba las fuerzas leonesas que participaron en la toma de Granada el 13 de octubre de 1855; fue la única baja reportada por los invasores.
  4. Al fallecer Frutos Chamorro el 12 de marzo de 1955, su féretro fue cargado por cuatro futuros presidentes: Fernando Guzmán, Pedro J. Chamorro, Vicente Cuadra y Joaquín Zavala. Quizás ello evidencia la sucesión institucional de amistades y parentelas en el esquema oligárquico conservador granadino, según sus “reglas del juego político”.APORTE histórico para REFLEXIONAR el pasado y el presente
  5. Don Fernando asumió la presidencia de Nicaragua el 1ro. de marzo de 1867, el decreto que declaraba que había sido “popular y constitucionalmente electo” es del 18 de enero, el mismo día, mes y año en el que, en Metapa, nació Félix Rubén, Rubén Darío. En agosto de ese año también nació Gustavo, el segundo hijo varón de don Fernando.
  6. Enrique Guzmán Selva primogénito del expresidente y de doña Fernanda Selva Estrada de Guzmán (1817-1892), –cuya madre Sabina Estrada es originaria de Liberia, Costa Rica-, fue el primer miembro de número de Nicaragua en la Real Academia Española (carta del 20 de noviembre de 1891). La Academia Nicaragüense de la Lengua mantiene tres sitios de honor, uno a Rubén Darío (D), otro al Dr. Edgardo Buitrago (J) y el tercero a Enrique Guzmán (G).
  7. Hubo en Granada un interesante grupo de jóvenes progresistas afines al pensamiento liberal y a la Revolución francesa que se llamó “La montaña” (1862), lo fundó, -al inicio como club literario-, Enrique Guzmán, –aunque concluyó su vida como conservador- y con el que también simpatizaron más tarde, Tomas Ayón, José Dolores Estrada y el propio ideólogo del liberalismo Máximo Jerez. Según el autor, fue este “movimiento” (no llegó a constituirse partido político) y no el “martinismo” el que apoyó el inicio de la gestión de Guzmán lo que agudizó las contradicciones con Tomás Martínez quien lo confrontó política y militarmente. Es contradictorio que antes de su designación presidencial enfrentó la férrea oposición de los Chamorro quienes le señalaban “que era una pantalla para la continuidad del general Martínez”.
  8. En misión diplomática realizada por Enrique Guzmán al Vaticano para negociar, como secretario de Tomas Ayón, ministro de Relaciones Exteriores y Culto, asuntos relativos al Concordato con la Iglesia y la reorganización de la diócesis de Nicaragua, que incluía a Costa Rica, dirigida por un obispo radicado en León; pretendía que se nombraran dos nuevos obispados en Granada y Costa Rica, lo que no fue aceptado por el Papa aduciendo razones financieras. “Se comenta que durante el encuentro con el papa Pio IX, este, informado de las ideas radicales de Enrique, le dijo, poniéndole la mano en la cabeza: Joven, recomiendo que defienda el catolicismo” (1868).APORTE histórico para REFLEXIONAR el pasado y el presente
  9. Enrique Guzmán, “defensor obsesivo de la pureza de la gramática castellana llegando a límites conflictivos”, incluso con Rubén Darío, quien ya mayor, a la par de enviarle copia autografiada (1897) de su libro Los raros, le expresó también: Agradeciéndole en mi edad madura las lecciones críticas que me dio en su en mi juventud ”. Según Pedro Joaquín Chamorro Zelaya en la obra Don Enrique Guzmán y su tiempo: “su fama terrible de crítico, de escritor saleroso, se lo debe Guzmán a Persius (seudónimo), y de entonces data el miedo que inspiraba su pluma burlesca a los escritores chafallones y poetas de la lengua”.
  10. El cuarto presidente de la sucesión conservadora, Pedro Joaquín Chamorro recibió el 14 de enero de 1876 una carta personal del presidente de Costa Rica Tomás Guardia, con una extraña propuesta para que formaran una sola nación compartiendo recursos: “lo invito a que ambas repúblicas formen una sola para acabar así toda diferencia entre ellas; al efecto, ambos presidentes se reunirán en Liberia; que allí organizarían un gobierno provisional; que los dos renunciarían, y el nuevo gobierno convocaría una Constituyente”. El autor comenta que ello reflejaba la eterna ambición política costarricense por expandirse hacia el norte y adquirir soberanía sobre el Río San Juan.
  11. Gustavo Guzmán Selva (Granada, 1867 -San Salvador, 1915), educador y periodista, liberal, ateo y anticlerical militante, segundo hijo varón del expresidente, es considerado el primer escritor de novelas de Nicaragua. Tiene seis títulos: Escenas de Londres, El viajero, Margarita Roccamare, En París, En España, En Italia y El conflicto. Según Jorge Eduardo Arellano, “las impresiones de viajes ambientan historias de folletín romántico a través de una prosa castiza y amena”, dice que “predomina en sus páginas una admiración por Europa”.
  12. Guzmán, al concluir su mandato, fue enviado en misión diplomática a Europa. En París representó a Nicaragua en la querella legal del caso Allard, “Consistente en una demanda puesta por el capitán Allard en la razón del descomiso en nuestros puertos de un cargamento de armas que traía su barco, alegando que eran artículos de comercio perfectamente legalizados”. También representó al país “ante el gobierno inglés para la aplicación del tratado sobre los derechos de soberanía de la Mosquitia, firmados en 1860” entre los ingleses y el Gral. Martínez. Fue sometido al arbitraje del Emperador de Austria, cuyo laudo emitido el 2 de julio de 1881, reconoce la soberanía de Nicaragua sobre la Mosquitia, pero limitada esta por la autonomía reconocía a los indios misquitos, dándoles a estos prerrogativas de gestión económica y comercial…”

Hay muchas otras cuestiones que valdrá la pena referir de la abundancia que ofrece el libro según el interés de cada lector.

El autor muestra con moderación, aunque evidente afecto familiar, los méritos de la figura multifacética del expresidente Guzmán, “un personaje civil sin ropaje de caudillo”, quien además fue intendente departamental, alcalde, diplomático, presidente del Senado y uno de los políticos conservadores más activos, enérgicos y prudentes, de “singular talento” de la segunda mitad del siglo XIX, que contribuyó en articular la continuidad política de esas tres décadas, apoyando la pacificación y la superación de los localismos, al colocarse “en el eje de la alianza que otorgó estabilidad al país ”, y ser quien“ mueve los hilos de las alianzas políticas ”. Sobre él, su hijo mayor escribió: “Gracias a su prudencia se ha salvado del descrédito que hoy pesa sobre todos los que hemos andado de seca a meca, intranquilizando tonta e inútilmente al pobre Nicaragua” (1876).

Álvaro reconoce la ocasión de la publicación en este año 2021, cuando cumple 150 años la conclusión de su periodo de gobierno (1871), 170 de haber sido alcalde de Granada (1851) y 130 de su muerte (1891). Agrego: en el emblemático Bicentenario de la Independencia de Centroamérica (1821-2021) que obliga revisar el pasado para visualizar el futuro posible con visión integradora, sostenible y duradera, para avanzar y continuar construyendo la nación en el concierto centroamericano como una región de paz, desde la soberanía, la independencia, la dignidad y la autodeterminación, sin injerencias externas, por el bien común con solidaridad y equidad.

 

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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