Legítima e ineludible defensa del bien común
“Nosotros hemos salvado el honor de Nicaragua. No todos somos traidores”.
Benjamin Zeledón (1912)
“Parece que el Destino Manifiesto se va convirtiendo en un manifiesto desatino”.
José de Marcoleta (1857).
Es lamentable que un ciudadano de una nación soberana se preste a ser instrumento de agresión, de desestabilización, de violencia, de destrucción de una potencia extranjera. Que reciba instrucciones y financiamiento del extranjero para socavar la vida económica, social, cultural y política de su país, que deteriore la subsistencia y perturbe la tranquilidad pública, que se convierta en traidor a los intereses nacionales y afecte a sus propios hermanos. Al hacerlo, ese individuo, reniega del origen, reniega de su nación, atenta contra ella y se excluye, por lo tanto, el estado de Nicaragua y de cualquier nación, está obligado, por ese bienestar general que justifica su existencia, a actuar en consecuencia utilizando todos los instrumentos jurídicos, políticos e institucionales para protegerse con dignidad y preservar la independencia, la soberanía y la autodeterminación.
La existencia del estado tiene como propósito fundamental cumplir el bien común, asegurar su integridad por la persona humana, ello obliga, en función de ese fin ineludible, a que se actúe con prontitud y efectividad desde sus propias capacidades frente a cualquier nociva circunstancia o provocación individual o colectiva, interna y externa, que pretenda desestabilizar o romper la naturaleza del estado nacional que precisamente debe defender el interés y beneficio de la mayoría de sus ciudadanos. Al evadir esa obligación, al no hacerlo, cualquier estado, y en particular el de Nicaragua, por ejemplo, estaría incumpliendo su propósito. De tal forma que es imperativo actuar con beligerante prontitud, anticiparse de manera oportuna y en el marco de la institucionalidad, para protegerse de las agresiones sistemáticas, brutales e inescrupulosas, de los actos delictivos individuales, de las acciones terroristas inhumanas, de todos aquellos procesos desestabilizadores, de las amenazas o incidencias que perturban o pretenden perturbar el funcionamiento del estado.
El beneficio colectivo representa la aspiración esencial de los nicaragüenses de buena voluntad. Cualquier afectación destructiva que pretenda fracturar el modelo social de bienestar asumido desde la institucionalidad y la sociedad para restaurar y preservar la dignidad humana, con equidad solidaria, preservando la independencia, la soberanía y la autodeterminación, y que siguiendo sumisas instrucciones hegemónicas imperiales y retrógrados esquemas coloniales, neocoloniales y oligarcas movidos por el egoísmo y la manipulación perniciosa para preservar la dependencia y la exclusión, atentan contra el bien común por lo que deben ser eficaz y pertinentemente coartados, limitados e impedidos. De tal forma que las acciones anunciadas por Nicaragua el día 9 de febrero de 2023 en ámbitos legislativo, judicial, operativo e institucional son legítimas y obedecen a ese propósito fundamental. El artífice, financiador, organizador y azuzador principal externo que ha exacerbado esos comportamientos, es perenne promotores de traición, propagador de desestabilización y agresor calumnioso en contra de la dignidad y autodeterminación de los pueblos de Nuestra América, es el receptor obligado de lo que ha creado.
Los nicaragüenses continuamos avanzando por el rumbo de paz y prosperidad, por la soberanía, la independencia y la autodeterminación, con la convicción que enseña la historia, desde Nicarao y Diriangén, con Tomás Ruiz, prócer independentista y de emancipación indígena, Cleto Ordoñez, líder popular, anti oligarca y antiimperialista, hasta Darío, prócer de Independencia Cultural, Sandino, padre de la Lucha Antiimperialista, Carlos Fonseca, jefe de la Revolución Popular Sandinista, irreversible proceso de liberación, con tantos héroes conocidos y anónimos, artífices de independencia y soberanía, que forjan, defienden y alientan ese propósito.
Con inagotable esperanza e inclaudicable compromiso, desde la fe y la buena voluntad patriótica y cristiana que anima a la mayoría de los nicaragüenses, continuaremos firmes por ese camino…