Insólito “Mesías” en Los libros de Jacob
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Insólito “Mesías” en Los libros de Jacob

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May 1, 2024

“En su esencia, el mundo se compone de palabras que, una vez pronunciadas, se arrogan el derecho a determinar todo orden y todo parece ocurrir a su dictado, todo se les supedita”.

 

Olga Tokarczuk.

 

Una historia casi desconocida es la que se refiere a Jacob Frank, un judío hijo de rabino que se proclamó Mesías en el siglo XVIII, y que ha sido recreada desde la evidencia posible, las infaltables conjeturas y lo que la ficción cuenta con flexibilidad en la voluminosa y abundante novela histórica y biográfica Los libros de Jacob (2014) de la escritora y psicóloga polaca Olga Nawoja Tokarczuk (1962), Premio Nobel de Literatura 2018.

Insólito “Mesías” en Los libros de JacobLa autora, desde un minucioso y cargado relato de más de mil páginas (numeradas al revés desde la 1,064, ed. Anagrama, Barcelona, feb., 2023 –en la literatura todo es posible-), explora los raros y polémicos vericuetos de un personaje que parece ficticio y que, habiendo nacido en Korolówka, entonces territorio Polaco, -hoy parte de Ucrania que como toda Europa cambia con frecuencia sus fronteras- en 1726, se hizo rabino, después musulmán y finalmente católico, en una rara mixtura de creencias, supersticiones, pronósticos y conveniencias, cruzó la católica Polonia de entonces y el imperio Otomano del poderoso sultán para concluir en Alemania en donde falleció en la ciudad de Offenbach del Meno en 1791 a la edad de 65 años.

Durante su enredada vida, entre los ritos de iniciación y bautismos, entre sinagogas, mezquitas y catedrales, tuvo una multitud de seguidores que creyeron en su mensaje y en los poderes de sanación que le atribuían lo que despertó la efímera euforia colectiva y la desconfianza cuando imponía las manos, otros se fueron decepcionados por lo que no ocurría y lo que se decía de su vida disoluta, de las orgías en las que participaba, tuvo la habilidad de codearse con algunos poderes temporales y con la nobleza, fue un particular prisionero en una fortaleza y famoso monasterio polaco, estuvo a veces bajo la sombra del poder y cultivó el odio y el rechazo de judíos, musulmanes y cristianos que vieron en él herejía, traición, falsedad o manipulación, fue atacado y elogiado por lo que suponían o esperaban que representara.

El particular relato hilvana historias alrededor del raro personaje, recrea el contexto político, social, religioso y cultural de la época, nos traslada, como si fuera un largometraje con muchas escenas, a esos territorios, escarba las interioridades psico-emocionales particulares y colectivas con sus contradicciones para llevarnos a ser no solo espectadores sino partícipes de los conflictos. El lector se asomará a ese mundo a través de esta novela cargada de escenas teatrales, diálogos y correspondencia entre personajes reales e imaginarios.  Es posible observar a los distintos grupos sociales, políticos y religiosos, entre a ellos los judíos dispersos por el mundo asentados en la Polonia católica de aparente tolerancia, la protestante Alemania, las orientales y ortodoxas Ucrania y Rusia y en territorios del imperio Otomano. Kossakowska, una burguesa polaca expresa a Benedykt, el cura decano del pueblo, curioso lector de textos prohibidos, la Cábala y el Talmud, reconoce que “Cada libro es un nuevo injerto de conocimientos. El conocimiento debe ser útil y accesible”, es autor de “Nueva Atenas” que considera es el verdadero compendio del saber”: “Ahora hay judíos por todas partes: como esto siga así, se nos comerán crudos. Nuestros nobles no tienen ganas de trabajar ni de cuidar sus propias tierras, así que se las arriendan a los judíos y se dan la gran vida en la capital. Y mire donde mire, veo un judío ejerciendo de pontazguero, a otro administrando un latifundio o a otro confeccionando zapatos y vestidos; se han apoderado de todos los oficios”.

Algunos rabinos siguen esperando al Mesías, no a uno harapiento caído hasta lo más bajo, sino a un rey ataviado con armaduras que entrará en Jerusalén. En la historia ha habido varios que se proclamaron ungidos, algunos los han seguido. Jacob Frank, creador de la secta frankista, fue uno de ellos, Jacob eligió a siete mujeres y doce hombres de confianza a quienes ordenó adoptar los nombres de los apóstoles según el Evangelio.  Un siglo antes, el rabino Shabtai Tzvi (Esmirna, 1626 – Montenegro, 1676), fundó la secta turca de los sabateos y en Jerusalén convenció al teólogo judío Nathan de Gaza (1644-80) quien fue su profeta. Frank y Tzvi se convirtieron al islam y después al cristianismo. Se dice que “Los ricos y satisfechos no tienen prisa por ver al Mesías: al fin y al cabo, el Mesías es ese alguien a quien se espera eternamente. De manera que el Mesías es alguien que no viene nunca. En eso consiste la cosa”. Hay quienes creen que el verdadero Mesías debe pasar por todas las religiones. “Está escrito que la persona que se ocupa de las cuestiones de los Mesías, incluso de los fracasados, aunque solo sea para contar su historia, será tratada como aquel que estudia los eternos misterios de la luz”.

Desde la diversidad doctrinal y de creencias: “A veces Dios se cansa de su propia luminosidad y del silencio, la infinitud lo marea”. “¿Cómo puede existir el mundo si Dios está en todas partes? Si Dios es todo y está en todo, ¿cómo pueden existir cosas que no son Dios? ¿Cómo pudo Dios crear el mundo de la nada?”. “El mundo entero es Dios”. “Aquellos de nosotros que piensan que Dios nos habla a través de acontecimientos externos están equivocados, son como niños. Él susurra directamente a lo más profundo de nuestra alma”. “Ser impaciente quiere decir no vivir de verdad, sino vivir siempre en el futuro, en lo que ha de suceder, pero aún no ha sucedido”. Hablan de tres caminos para la búsqueda de la espiritualidad. El primero es el de los ascetas, que erradican cualquier imagen del mundo terrenal, el segundo es filosófico con la razón, y el tercero, el cabalístico que consiste en desplazar, pronunciar y contar letras que conduce a la verdadera espiritualidad para acercarse a la esencia de la creación y de Dios. Hay quienes afirman que los judíos usan sangre humana para cocer su pan llamado matzot (sin levadura) y con ese fin matan a los niños. El Santo Oficio estudia las denuncias.

Fue perseguido, encerrado y declarado culpable de hacerse pasar por el Mesías, el primado eclesial de Polonia dictó sin oposición la sentencia condenatoria de cadena perpetua que cumpliría en la fortaleza de Czestochawa, localidad de Jasna Góra, que era un centro de peregrinación por el ícono de la Virgen que se atribuye a Lucas el evangelista. Algunos dicen: “tuviste que ir a parar a la cárcel para que todas las profecías se pudieran cumplir”.  Se comenta que es buen católico porque participa todos los días en la misa del monasterio paulino, que es residente herético, que su encierro está lleno de misterios, que es sabio judío y no judío.

Insólito “Mesías” en Los libros de JacobJacob dice a sus seguidores que “durante siglos y siglos hemos sido expulsados de país en país, siglos y siglos sufriendo de constante incertidumbre sin poder echar raíces como personas de bien. Y quien carece de raíces, no es nadie”. Dice que “en su próxima visita a Polonia habrá que seguir a Esaú, es decir, la religión católica, para que lleguen los Últimos Días”. “Hay que ir al encuentro del cristianismo, decía a la gente sencilla. Reconciliarse con Esaú”. Afirma: “Desde ahora ésta será nuestra religión: callar”.  “Sin duda el mundo está hecho de oscuridad. Ahora estamos en el lado oscuro”. Presentan al obispo las tesis para bautizarse católicos: creer en el Dios del Antiguo Testamento y en las Sagradas Escrituras, que el Talmud son blasfemias contra Dios, que Dios es uno y trino, que Dios adoptó con Jesús un cuerpo humano sin cometer pecado, que ya no vendrá un Mesías porque el verdadero Mesías es Dios encarnado. Nachman, su discípulo cercano dice: “No nos queda otra salida que el bautismo. Aunque sea en apariencia…”, otro dice: “si es en apariencia, nunca dejarán de vigilarnos. Preparémonos para ello.” Los cristianos desconfiados afirman: “como no han conseguido legalizar su secta en el marco de su propia religión judía, pretenden un nuevo engaño”. Otros reconocen: “Qué mayor mérito ante Dios que el de atraer al seno de la Iglesia a todos esos herejes judíos… algo así solo puede suceder en la católica Polonia”. El 17 de septiembre de 1759, después de una misa solemne, Jacob Frank fue bautizado y adoptó el nombre de Józef.

Unos años después el nuevo cristiano se traslada a Alemania, llega a Offenbach. Envejece, enferma y adelgaza. “Pocos tienen derecho a entrar a la habitación del Señor”, una de sus visitantes le lleva unas niñas para que le calienten las sábanas, “cuanto más viejo es, más le gustan las jovencitas. Les ordena desnudarse y acostarse junto a él…” al principio se asustan, pero se acostumbran, ríen entre las sábanas”. Él ya no puede hacer nada más “otros serán quienes pasen fatigas para despojarlas de su virginidad. Ellas están para calentar al Señor”.

Por la noticia de la enfermedad muchos llegan a la ciudad. Tiene una audiencia cada tarde para dar su bendición. “El Señor posa las manos sobre los vientres de las mujeres encinta, sobre las cabezas de los enfermos”. La mayor parte del tiempo sus pensamientos están en otro lugar. Sus últimas palabras fueron: “Cristo dijo que vino a liberar al mundo de las manos de Satanás. Pero yo vine para liberarlos de todas las leyes y disposiciones que hasta entonces regían. Hay que destruirlo todo y sólo entonces se revelará el Dios Bondadoso”. Su cuerpo fue enterrado solemnemente el 12 de diciembre de 1791, fue patriarca de la secta religiosa polaca que lo siguió hasta Alemania, ordenó en vida que no lo llorasen ni guardasen luto.

El relato obliga en el contexto actual a algunas reflexiones adicionales:

Para el escritor israelí Yuval Noah Harari (1976) “el judaísmo dominante sostiene que el cosmos entero existe para que los rabinos puedan estudiar sus Sagradas Escrituras y que, si los judíos cesaran en esta práctica, el universo entero tocaría a su fin”, es una grandilocuente afirmación dicha con desfachatez. Agrega: “a diferencia de religiones universales como el cristianismo, el islamismo y el budismo, el judaísmo ha sido siempre una fe tribal. Se centra en el destino de una nación pequeña y una tierra minúscula y le interesa poco la suerte de los demás pueblos y países”, son unos 15 millones los que la profesan, ellos siguen esperando al Mesías.

Este cerrado grupo tribal fue visto con reserva desde los primeros siglos, cuando el cristianismo fue religión oficial del Imperio Romano y se expandió más allá de sus dominios hasta fines del siglo XIX por predisposición religiosa de la mayoría cristiana en Europa por haber sido quienes provocaron la muerte de Jesús, eran percibidos como el pueblo maldito que llevaba la pesada carga de la crucifixión del Mesías, el Salvador, el Hijo de Dios.  La discriminación por razones religiosas fue sustituida por el fascismo europeo con la exclusión racial al considerarlos inferiores y que afectaban la pureza aria. Contradictoriamente, desde mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, del drama del Holocausto, del oportunismo de intereses occidentales, la creación artificial del estado de Israel como enclave imperialista en medio oriente, llevaron a la expropiación y desplazamiento forzado a los palestinos, se convirtieron en sionistas fascistas contemporáneos que protagonizan con la complicidad de Occidente, en particular de Estados Unidos y Gran Bretaña, además de Alemania, culpable de exterminio –uno de los principales proveedores de armas a Israel para sostener la agresión-, en protagonista de invasiones, terrorismo y brutal genocidio contra el pueblo palestino.

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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