Inicio de la vida pública y el milagro de Sandino
“Todo ser humano tiene una misión que llenar… Yo moriré… buscando la coronación de nuestros ideales”.
AC Sandino (27.05.1933).
La vida pública del Héroe Nacional de Nicaragua general Augusto C. Sandino, de trascendencia continental e inmutable vigencia histórica, se inauguró de manera sorprendente en mayo de 1927 cuando cambió radicalmente el carácter de la lucha: de guerra civil –en el contexto de la ocupación militar-, pasó a ser de resistencia antiimperialista en contra de la intervención norteamericana por el rescate de la soberanía nacional. Entonces se hizo único, gigante, milagroso, referente y ejemplar, como los santos. El milagro ocurrió por descubrir lo inexplicable, sucedió más allá de la razón, del análisis y del cálculo material y humano, tuvo un halo de misterio o de divino, pudo ser la manifestación desbordada de la desconocida y poderosa fuerza humana personal y colectiva que es capaz de desencadenar lo imposible.
Antes fue un personaje inadvertido, de contextura pequeña, escasa experiencia militar –apenas la obtenida durante seis meses de participación en la Guerra Constitucionalista, desde octubre 1926-, sin protagonismo político ni capacidad económica, con educación formal básica, proveniente de estratos populares, de liderazgo natural y sensibilidad social que encarnó las más sentidas demandas socioeconómicas de los excluidos, se sobrepuso a sus fragilidades y resultó ser un hábil estratega militar y un sólido líder popular de “espíritu indomable”, se alzó con dignidad patriótica incorruptible en contra de la dependencia. extranjera, la vergonzosa y sumisa política local entreguista y el atropello perenne a la soberanía, la independencia y la autodeterminación de Nicaragua.
Desde el nacimiento en Niquinohomo el 18 de mayo de 1895, hasta octubre de 1926 en la mina de San Albino, -en donde percibió las dramáticas condiciones laborales de los mineros-, su vida transcurrió durante 31 años en la cotidiana privacidad de sus autos, preocupaciones , ocupaciones, conflictos personales, familiares y laborales, recorrió la escuela de la vida, observó y asimiló lo que le tocó vivir, incluido su paso por Honduras y Guatemala y su estadía en México durante unos cuatro años entre 1921 y 1925. El Cronista de Tegucigalpa escribió: “Sandino era un anónimo perfecto” (1934). De octubre de 1926 a mayo de 1927 consideró una decisión que fue el preámbulo de su radical e impactante vida pública: el alzamiento con algunos centenares de hombres para instalarse en el norte del país.
Sandino, al igual que Darío, es un “cisne negro”. Se asemeja a la antigua metáfora que se refiere a un suceso o personaje impredecible, impronosticable, que surge repentinamente y causa gran impacto. ¿Alguien duda de lo inesperado y de la contundencia del impacto que provocó aquí y más allá?
Surgió de la oscuridad a la luz para gozar de fama mundial convirtiendo su figura en una leyenda heroica. Es un ser casi mitológico, una ficción hecha realidad, un milagro encarnado que surgió y se renueva, se actualiza y se vuelve eterno, se transfigura y se hace credo, rito, origen y propósito, que se alzó de las cenizas de la indignidad y del olvido para hacerse memoria y conciencia, para ser insurrección y victoria que vence al agresor y superar la traición una y otra vez. Es la antítesis de los traidores y de la rendición, es sinónimo de dignidad, patriotismo y antiimperialismo, es símbolo, bandera e instrumento de soberanía, independencia y autodeterminación.
El valiente acto de rebeldía que rayaba con la locura de un general disidente fue percibido con menosprecio por los actores americanos y nacionales, los principales medios de comunicación de la época lo calificaron como acciones aisladas sin posibilidad de vencer al poderoso ejército extranjero que ocupaba las principales. plazas, rutas y puertos del país, que contaba con la obediencia incondicional de políticas internas. Fue, sin embargo, la expresión legítima de la indignación, de la toma de conciencia patriótica, de la esperanza de quienes preservaban la herencia de resistencia y dignidad histórica. Comenzó a encarnar el anhelo y el compromiso que nunca había sido extinguido a pesar del colonialismo español, de los voraces apetitos imperialistas y del predominio oligarca libero-conservador confrontados por pugnas de cúpulas excluyentes que con frecuencia obviaron de sus fines los intereses populares, preservaron sus privilegios y disfrazaron la desigualdad.
Aunque la acción inmediata de sus actos se manifestó en el escenario nicaragüense con la invasión americana imperialista expansionista, por sus planteamientos y consecuencias tuvieron impacto continental, su nombre y acciones provocaron resonancia hemisférica, fue un despertar que atrajo la solidaridad de los pueblos de Nuestra América. , concentró las aspiraciones de la raza indo hispana, rescató el Supremo Sueño de Bolívar, e incluso, mas allá de la región, “Siempre más allá”, su voz, por la contundencia de los hechos y lo que parecía la imposibilidad de vencer al gigante e inescrupuloso enemigo, se revistió como el mayor ejemplo de rebeldía, digno de observar, de reconocer y venerar frente a las amenazas crecientes de cómo se materializaba el Destino Manifiesto en el siglo XX.
Su vida pública inició el milagro de la victoria popular y antiimperialista por resistir 69 meses, desde el rechazo al acuerdo asumido por Moncada, Sacasa y Díaz e impuesto por Stimson, hasta el Acuerdo de Paz del 2 de febrero de 1933 que cambió de nuevo el carácter de la lucha sandinista ante las circunstancias políticas, militares e internacionales después de la salida vergonzosa de los marines el 2 de enero de 1933 quienes ocuparon el país estableciendo un absoluto control militar, político y económico durante veinte años (1912-33) por la infame entrega libero-conservadora.
La vida pública de Sandino tuvo dos etapas que suman 6 años y 9 meses: la primera de mayo de 1927 a febrero de 1933 cuando protagonizó la resistencia popular antiimperialista en contra de la intervención, y la segunda, cuando propuso el compromiso por la paz para construir una nación soberana e independiente y revertir la herencia de dependencia impuesta, fue desde el acuerdo de febrero de 1933 hasta el vil asesinato en febrero de 1934 que pretendieron truncar el porvenir. Recorrió sin tregua y desde la adversidad el camino del sacrificio y entrega para inmolarse y hacerse la eternidad. Del asesinato premeditado y alevoso que causó profundo y prolongado daño a Nicaragua ya las aspiraciones de los pueblos latinoamericanos, los Estados Unidos, la oligarquía libero-conservadora y la dictadura somocista no pueden deslindar responsabilidades históricas.
La decisión con la que irrumpió en el escenario nacional e internacional y que a la vez logró por su persistente valentía el milagro de la victoria, no solo tuvo vigencia temporal, sino que se incrustó en la memoria nacional y latinoamericana como bandera de lucha y principio. de identidad, dignidad patriótica y de resistencia. Es referencia imborrable del antiimperialismo frente a las agresiones de viejo y nuevo tipo, continúa siendo fundamental para la lucha de los pueblos del mundo por preservar su independencia por hacer valer el principio de autodeterminación que recoge el derecho internacional y por retomar, en el siglo XXI. , la necesidad de superar la unipolaridad y construir la multipolaridad para la preservación colectiva y la sobrevivencia humana.
Aquella incursión lo convirtió en protagonista principal de los acontecimientos, a pesar de los intentos de descalificación y menosprecio de los agresores y cómplices, no pudo ser disminuido, se acrecentó con el tiempo, no pudo ser doblegado, su firmeza fortaleció la legitimidad de sus planteamientos. y la justeza de su rebeldía. Fue una enorme ola que se acrecentó con las circunstancias, fue un eco de voces a las que se sumaron de todos los rincones de la tierra y que evidenció la naturaleza del agresor quien fue descalificado por sus acciones y perdió consenso para seguir manteniendo la presencia militar. en Nicaragua por lo que ideó la manera de disfrazarse ante la insostenibilidad militar, política, económica que resultaba la intervención directa. Los costos que tenía que pagar eran mayores, la complejidad bélica mundial lo desgastaba, la crisis económica interna lo agotaba y por añadidura, el rebelde general nicaragüense se mostraba invencible y continuaba controlando buena parte del territorio nacional en el centro y norte. Su presencia perturbaba el propósito de preservar el control geopolítico en la región, de asegurar el canal interoceánico por Nicaragua, de garantizar la fidelidad-dependencia política de las autoridades locales y de mantener para el largo plazo la estabilidad necesaria para tales fines.
Fue llamado héroe de Las Segovias, héroe de epopeya nacional, figura continental libertaria, el invencible, General de Hombres Libres, … El académico mexicano José de Vasconcelos escribió: “Sandino es una de las más grandes figuras de la historia iberoamericana” ( 1935). El prestigio entre los latinoamericanos fue evidente en 1928 cuando el presidente electo de los Estados Unidos, Herbert Hoover, visitó los países latinoamericanos y por todas partes le gritó: “¡Viva Sandino!” (periódico Panamá América , feb. 1934). La presión de la opinión internacional denunciaba con creciente insistencia la ocupación militar directa de Estados Unidos en Nicaragua. En enero de 1929 las fuerzas de la marinería invasora alcanzaron un máximo de 5.217 hombres además del contingente aéreo y los buques de guerra anclados en Corinto.
La decisión de Sandino fue un proceso asumido paulatinamente que pudo haber despertado, desde sus raíces sociales y de exclusión, el sentimiento antiimperialista cuando a los 17 años y vio pasar los restos del héroe Benjamín Zeledón (octubre 1912), precursor antiimperialista, al inicio de la ocupación norteamericana. Se consternó al observar la prolongación de la intervención y la pérdida de cualquier vestigio de soberanía que había sido cedida a los americanos. En él, como parte de un colectivo social de ese tiempo se cumplió la ley dialéctica de “los cambios cuantitativos en cualitativos” y en un momento dado, se produjo el cambio radical que enrumbó al porvenir.
Tengo un supremo destino, lo supo y dijo. Vino al mundo, comenzó a tomar conciencia de su existencia y propósito a partir de su extracción social, del despertar espiritual trascendente, de su práctica laboral, de la inicial incursión política y militar, fue testigo de la dinámica corrupta y dependiente de la clase política. , expresó las necesidades y derechos de las clases populares de las que era parte. Después de pasar desapercibido y del silencio en el transcurso de una vida corriente, fue la voz más contundente que con sus proclamas libertarias y heroicas acciones aterrorizó a los invasores y agitó la esperanza, el compromiso y la lucha antiimperialista de los pueblos de Nuestra América.
La decisión final en el proceso de toma de conciencia se intensificó y manifestó entre el 4 de mayo y el 1ro. de julio de 1927, pasando por la reunión del 11 en Boaco en donde conoció oficialmente de Moncada los términos del pacto con Stimson y que habiendo sido el único de los doce generales del Ejército liberal que se negó a firmarlo, la noticia recorrió el mundo, el desconocido general de Niquinohomo estaba siendo identificado a nivel internacional, planteó su distinción ya a pesar de la posterior insistencia de Moncada, su padre, Somoza y los oficiales americanos para que depusiera las armas, rechazó las amenazas y se atrincheró en la no rendición y en exigir el retiro inmediato de las fuerzas de ocupación. En esos dos meses terminaron de asumir una posición política radical que lo llevó al Manifiesto de San Albino y unos días después, a romper los fuegos de manera irreversible en la toma de Ocotal que, aunque fue una derrota militar, significó una contundente victoria política que puso en evidencia al brutal invasor que desplegó el escuadrón aéreo para bombardear la ciudad.
La suerte estaba echada, Sandino, desde entonces habiendo salido a la luz, es Sandino y comenzó, desde el milagro de su existencia, a personificar en la inmortalidad todo lo que representa.
Nota: portada pintura de Lezamón, 2008.