Ballardo: narrador coloquial con humor.
Centroamérica Historia Personajes Poemas Reflexiones

Ballardo: narrador coloquial con humor.

on
February 14, 2025

“El hombre de una sola dimensión”
Ballardo Altamirano

“Todo lo que aprende, enséñalo y serás feliz”
Conchita Palacios.

Ballardo Altamirado López (Estelí, 15 de agosto de 1938 – Managua, 28 de enero de 2025) tiene la relevancia histórica de haberse dejado contagiar con la propuesta y el compromiso visionario de Carlos Fonseca, cuando, con otro grupo de jóvenes, se juntaron alrededor de la práctica y el pensamiento sandinista para impulsar la larga lucha heroica que llevó a la victoria popular de julio de 1979 como continuidad de la herencia de Sandino con la capacidad de recoger las legítimas aspiraciones de soberanía, independencia, solidaridad y prosperidad del pueblo nicaragüense.

Ballardo: narrador coloquial con humor.Cuando escribía su nombre, no faltaba quien corrigiera el Ballardo por Bayardo, pero no, su nombre quedó con doble ele, así fue inscrito y así fue conocido por circunstancias similares por las que Saramago quedó con ese apellido, el apodo familiar, o por las que muchos llevan el apellido o el nombre con alguna letra distinta a lo que se considera común o correcto. Los nombres, se ha dicho, son caprichosos, aunque en realidad, el caprichoso fue el registrador que cometió el error o tuvo la mala intención de alterarlo, o los progenitores que nombraron al hijo con identidades extrañas o presuntos errores que, al inscribirse, dejaron de serlo asumiendo la legalidad que el registrador público suele dar a lo que pasa por sus manos. Así que el único Ballardo que quizás conoceremos será éste, un nombre único para un hombre único.

Ballardo era un ingeniero ingenioso, -no todos lo son-, un hidalgo ingenioso bastante quijotesco, era un maestro que no aburría –tampoco es virtud común-, era un platicador que a veces provocaba risa al que escuchaba atento por el sutil humor en sus comentarios, era capaz de incluir en los asuntos serios el doble sentido y la broma, siempre respetuoso, sin ofender, al menos sin intención de hacerlo.

Ballardo: narrador coloquial con humor.Era un bromista muy serio, enamorado del amor y de la belleza, conversador inagotable, poeta natural de lo cotidiano. Hombre sencillo con inocencia y sonrisa de niño, con la seriedad y la lucidez de viejo, la agilidad contagiosa del joven y la paciencia del maestro que escucha y enseña… Parecía un hombre feliz a quien no le perturbaban ni le quitaban el sueño las dificultades, no creo que alguna vez se “ahogara” en “un vaso de agua”, que no era de quienes reniegan por su lento caminar y pausado en el largo camino recorrido. Al pasar la honorable edad de los octogenarios, no se rindió a pesar de que la agilidad física de antaño quedó en el recuerdo de las experiencias acumuladas, nunca se desanimó de seguir andando y amando en la vida. Era un atento observador que conservaba en la memoria los recuerdos de su historia y de la Historia de la que fue parte desde su manera de ser y existir.

Pudo haber escrito más –habló y escribió mucho-, pero publicó solo un libro de relatos en dos partes con anécdotas históricas desde la evidencia y la ficción con humor, para contar con seriedad y para reírse de él y de otros, para enseñar sin aburrir, para explicar y captar la atención del interlocutor común. Dice Melvin Wallace, mecenas y editor, que dejó aparte, de otros relatos, unos treinta poemas que esperan ser publicados. Su libro fue: “Voy a dar un pormenor” (parte 1: Impresiones y Troqueles, 2008; parte 2: Amerrisque, 2024).

En marzo de 2020 encontré al maestro en los pasillos de la Unan Managua, tomamos café en una caseta de comida del recinto Rubén Darío. Eran, como él mismo dijo: “tiempos de psicosis” por el inicio de la “incierta pandemia Covid 19”. Contó sobre sus escritos y recibió un folleto de lo que sería la futura publicación. El título de la portada: “Cuentos malablados y peorescritos” con veintidós relatos muy bien escritos, con la calidad del narrador breve que atrae. Comienza: “Con licencia del hideputa Quijote”. Algunos con ciertos cambios fueron incluidos en la publicación de 2024 (parte 2).

Ballardo: narrador coloquial con humor.Leí con placer las agradables historias que Ballardo recrea con imaginación. El relato inicial: “La lavandera poetisa”, dice: “Cuando Rubén oscilaba los 18 años, como es natural, padecía tanto de urgencias poéticas como sexuales y viajaba todos los días a espiar a las mujeres que lavaban ropa ajena en el río chiquito de León”. (Una recomendación: no crean que todo lo que escribe, -aunque algo de cierto tengan-, los escritores de ficción, como Ballardo y otros -entre quienes me incluyen- son, por naturaleza, “mentirosos”). A esa edad Darío residía en Managua. Miren lo que escribió en el párrafo siguiente: “Decidió entonces emboscarla siendo en ese precursor del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, aunque con disímiles multas y armas”.

En “Semblanza de nuestro líder”, narra: “Era muy alto y muy flaco… Rosendo Rosales lo bautizó como el `hombre de una sola dimensión`… Era miope… en el análisis político veía más que todos… Disciplina ejemplar de espartano…”, se refiere a Carlos Fonseca a quien conoció en 1955 en el Instituto Ramírez Goyena. Desde aquella época mantuvo relación con el fundador del FSLN involucrándose en las acciones previas, en el movimiento de El Chaparral y con los sobrevivientes del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional que fueron el vínculo fundamental para la continuidad de la lucha sandinista, entre ellos Santos López, Juan Gregorio Colindres y Ramón Raudales, y en la guerrilla de Raití y Bocay (1962-63) con el seudónimo de Sebastián Soto.

Recuerda la época previa a la fundación del Frente Sandinista, la campaña del general Raudales en “Alejandro y el gringo”, con las travesuras y provocaciones en medio de la seriedad y a pesar del riesgo. Un gringo que comenzaba a aprender a hablar español y al que los compañeros le jugaron una broma, en vez de decir: “Tengo un hambre atroz”, decía “Tengo un hombre atrás” … Otros relatos: “Doctores revolucionarios”, habla de Alejandro Dávila Bolaños y Conchita Palacios, y “Diputado de la bicicleta”, cuenta sobre Orlando Pineda, esteliano.

En la primera parte de “Voy a dar un pormenor” incluye diez capítulos con relatos y reflexiones históricas y biográficas (96 pp.) y en la segunda (66 pp.), 31 relatos o cuentos.  En la publicación de 2008 incluyó: Acontecimientos de 1960, Sucesos en Cuba, Playa Jirón, Del Patuca al Coco 1962, el Regional México 1963 – 1970 y Nueva etapa en Honduras, 1971.

Ballardo: narrador coloquial con humor.En la segunda parte están, entre otros: “Todos los espías”, “Excelentes alumnos”, “David y la Diplomacia”. En “Políglotas”: con la avalancha de gringas que llegaron a estudiar al Tecnológico de Monterrey “principiamos intercambiando nombres y lugares de origen y después de un rato de trivial conversación, le propuse intercambiar lenguas. No sean mal pensados, me refiero al estudio de los idiomas español e inglés” …

Lo de Ballardo no es puro cuento, hay “mentiras verdaderas” y siempre un final inesperado que, en la mayoría de los casos, te harán reír, aunque no son chistes, son la seriedad dicha de manera particular por este espigado escritor de tez morena y sencilla compostura que ha aprendido sobre tantas cosas y que sigue de travieso por la vida, aunque dicen las malas lenguas que ha muerto, pero no es cierto, él no le tuvo miedo a la muerte, al perderse el miedo a la muerte, lo único que queda después de la vida, es seguir viviendo, “muerte: ¿Dónde está tu victoria?”.

Ballardo: narrador coloquial con humor.Al modesto Ballardo se le puede contar entre los precursores del proceso fundacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista fue capitán del Ejército Popular Sandinista, vicerrector de la Universidad Autónoma de Nicaragua, vice ministro del Instituto de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR), Embajador en Checoslovaquia, vicerrector de la Universidad Nacional de Ingeniería y finalmente, y al final: dedicado profesor universitario, conversador coloquial, silencioso y entusiasta escritor y poeta. El último libro publicado concluye: “Escrito todo lo anterior, solo me resta recomendar a todos la práctica constante de la relación amorosa, aunque lluevan críticas por prejuicios o por envidia. La presencia de un acompañante incita a escribir cuentos, crónicas o relatos que dan vida, aunque andemos muy lejos del Nobel de Literatura”.

 

No sé ustedes, pero cuando leo y escucho algo dicho o escrito por Ballardo, recuerdo la manera traviesa y fresca de escribir y hablar del poeta del buen humor y la amistad don Chepito Cuadra Vega (Granada, 1914 – Managua, 2011).

 

 

TAGS
RELATED POSTS

LEAVE A COMMENT

FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

Buscar