HECHOS – PERCEPCIONES, RESPUESTA – CONFIANZA

Los elementos que inciden sobre la seguridad ciudadana, son múltiples, diversos, de distinta e imprecisa categoría: social, política, económica, cultural, medioambiental, de salud pública, personal y colectiva.  Refirámonos únicamente a aquello que es afectado por la violencia criminal, es decir a su definición restringida y muy limitada.

Viéndolo en ese limitado ámbito, tomamos en cuenta cuatro aspectos inseparables, mutuamente determinantes, dos, desde la dimensión objetiva, es decir, lo que ocurre independientemente de nuestra manera de verlo o sentirlo, y otros dos desde la dimensión subjetiva, es decir, nuestra percepción sobre lo ocurrido, cómo lo entendemos, interpretamos y valoramos, qué temores, dudas, riesgos sentimos por aquello que es exógeno a nuestra propia subjetividad individual y social, que nos puede tocar directa o indirectamente, ¿Qué tan próximo, peligroso, difícil o amenazante es? Analicemos los componentes sobre los cuales es imprescindible actuar por el Estado, sus instituciones, y la sociedad, el individuo y la familia, desde el nivel local y central:

A.1) Decir que en el país los delitos conocidos por la policía se incrementaron en 11% en 2007 con respecto al 2006, y que, en el primer trimestre de 2008, con respecto al primer trimestre de 2007, el incremento fue del 20%, nos indica, cuantitativamente, “un aumento de la violencia criminal” (solamente 2 de cada 10 hechos podrían explicarse por reducción de cifra oscura). Esto es parte de “la dimensión objetiva de la inseguridad”.  Es evidente: hay más hecho y más graves.

A.2) Paralelo los casos ocurridos, viene la otra parte, ¿Cuál ha sido la respuesta que las instituciones encargadas han dado a esos hechos y sus afectados? ¿Los han resuelto, capturado, acusado y condenado a sus autores? ¿Qué atención han tenido las víctimas? ¿Qué acciones preventivas son sentidas por los pobladores? ¿Por qué no pueden evitarlos? ¿Ha sido su respuesta eficaz, respetuosas de los derechos humanos y la ley? ¿Se han excedido en el uso de la fuerza, han causado daños afectando con su actuación, el temor y la incertidumbre? El esclarecimiento policial (la medida de eficacia que la policía, a partir de la convicción basada en su información y evidencias, identifica como conocido el autor), se redujo, en 2007 con respecto al 2006 en 9.2%, es decir, hubo aproximadamente 5,200 hechos que no tuvo, la institución, capacidad de resolver. No disponemos de otros datos como el nivel de acusaciones emitidas por el Ministerio Público ni las sentencias efectivas del sistema judicial penal, pero es evidente que, ante el incremento de los delitos, las instituciones encargadas son rebasadas en su capacidad de respuesta.

B.1) Nosotros, los ciudadanos NO VEMOS ni nos afectan directamente todos los hechos, sabemos de su ocurrencia parcialmente por las noticias, comentarios de amigos o vecinos, la información que las instituciones brindan. El año pasado la Policía conoció de 70 mil víctimas, ese universo puede vincular a 350 mil personas (familias de cinco).  Ese total de hechos denunciados (no denunciados: 43 – 48 %), ¿Cómo los sentimos? ¿Qué efecto causaron en nuestra vida personal y comunitaria? ¿Qué temores e incertidumbres sembraron en nosotros? ¿Qué medidas nos vimos obligados a tomar al enterarnos? ¿Cómo nos afectó de manera cercana o lejana?  En dependencia de cómo los delitos y sus circunstancias son percibidos, tendremos mayor o menor afectación en la seguridad.

B.2) Se espera, por parte de los habitantes, que el Estado, HAGA ALGO ANTE LOS HECHOS DELICTIVOS Y VIOLENTOS que ocurran. Si hay robos en un vecindario, en paradas de buses o la ruta, en semáforos, una trifulca con heridos en una fiesta patronal, violencia en la salida de los institutos, exceso de ruido, pleitos y agresiones frecuentes en un bar, cantina o centro nocturno… ¿con qué prontitud asisten ante una emergencia? ¿Con qué transparencia y ética atienden a los ciudadanos?  Las personas, no ven todo lo que una institución puede hacer, a veces ven pasar a la patrulla policial rondando, o a las autoridades fiscales o judiciales sentenciando o informando.  La gente espera le trasmitan, en el discurso público, confianza refrendada en su actuación. Escuchan comentarios, críticas, denuncias por abusos, éxitos y fracasos, esfuerzos de profesionalización, capacitaciones, actuaciones ponderadas o inadecuadas, oportunas, partidarizadas o no, todo, se percibe y crea en la opinión personal y social un nivel de confianza/desconfianza, credibilidad/incredibilidad en dichas instituciones (policía, fiscales, judiciales, forenses, gobierno), en sus autoridades y símbolos.

¿Qué está pasando con la seguridad ciudadana en Nicaragua? A pesar de nuestra relativa condición favorable con respecto a los países del Norte de Centroamérica, dos cosas son ciertas:

1. a) incremento anual (últimos tres años) de los hechos delictivos superior al 10%.
2. b) percepción de aumento de inseguridad en las personas.

Reducir la inseguridad obliga a actuar sobre los cuatro ámbitos:

1) Indispensable reducir los hechos, principalmente los más graves.

2) Necesario mejorar la eficacia y respuesta de las instituciones encargadas.

3) Hay que establecer políticas para influir en la sensación de temor de las personas (revisar enfoque de medios de comunicación social, información oportuna, completa y profesional de las entidades estatales)

4) Recuperar la confianza y credibilidad de los pobladores en sus instituciones, en caso contrario, podrán decir una cosa, pero es probable que la opinión social no crea (importante: profesionalización, transparencia, actuación oportuna y ética). Todo ello no se logra sin la integración de las instituciones estatales con una activa participación social.