MULTITUDES: Acompañante
La tomo sin esfuerzo en mi mano,
alcanza y queda
sobrada sobre la palma extendida,
sostengo la textura de su piel frágil
de sus precisos bordes que ondean,
veo cubierta de verde su espigada estructura,
el peso ligero que con un soplo
se impulsa y levanta sin dificultad alguna.
La observo, dudo, me veo, la veo,
la siento, me siento, la escucho,
me habla, le cuento, pregunto:
¿en qué nos parecemos?
¿cuáles son las diferencias?
¿de dónde vienes y hacia dónde vas?
Me rondan los enigmas, y vos,
¡tan indiferente!
¡tan irónicamente silenciosa!
cosa pequeña, de flora y de tierra,
incapaz de reflexionar y explorar
por los rumbos en donde divago,
¿es acaso porque lo sabes?
A fin de cuenta, somos,
desde distintas coincidencias
y similares dimensiones,
de agua, de aire y de luz,
de partículas distantes, de polvo,
hemos sido, y seguiremos siendo,
de manera nueva en caminos distintos,
allí donde el miedo me perturba,
y a ti,
hoja suelta del pasto que crece sola,
que en el abandono encuentras hogar,
nada te distrae ni angustia,
eso distinto que ignoro,
¿lo sabes?
¿con esa simpleza que envidio?
mientras,
rondo entre lo que no entiendo
ni podré nunca entender,
permaneces quieta,
meciéndote en el tiempo,
acostada en tu lecho de suelo,
sacudida por el aire que te alza,
machacada por huellas que pasan,
movida en la inagotable transformación
que en lo efímero te arrastra,
y a mí,
aunque me resista,
aunque me agote en esta inútil persistencia racional
que me es inseparable,
también me lleva contigo…