Los 10 libros que se deben leer para conocer a Darío
Transcripción corregida:
entrevista de Manuel Espinoza, Canal Extraplus, Adelante Nicaragua,
Managua, 8 de febrero de 2019, a Francisco Javier Bautista Lara.
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Rubén Darío es un tema obligado para Nicaragua, y para el mundo hispanoamericano. Es imposible obviar a Rubén Darío, como personaje y en su vida, en su creación literaria, porque él marcó una pauta y marcó una época, una época que sigue influenciándonos en el presente, por lo tanto, no podemos ver a Rubén Darío sólo como un fenómeno histórico, sino como un fenómeno histórico que ha trascendido 103 años en la historia. Más de 150 años después de su nacimiento, su huella en Nicaragua, en Centroamérica, en Latinoamérica, en Hispanoamérica, y en la literatura universal, es incuestionable.
Indudablemente la obra de Rubén Darío es vasta, abundante, diversa, incluso hoy, su obra no está reunida: no existe una publicación que se llame “Obras Completas de Rubén Darío”. Existen obras escogidas, o existen selección de poemas o selección de crónicas, pero ninguna es completa. No tenemos en 10 o 15 tomos con lo que podríamos decir es su obra completa en prosa, en verso, del cronista, narrador, cuentista y el prologuista, Rubén Darío, eso aún no existe. Es una tarea pendiente para Nicaragua, y para la literatura latinoamericana.
En vida, Darío publicó unos 26 o 27 libros, y después de él se siguieron publicando otros que fueron reuniendo obras o escritos que había dejado o juntando las crónicas en otras publicaciones que fueron editadas después de su muerte. Por ejemplo, “Historia de mis libros”, es un libro de Rubén Darío, pero publicado póstumamente en 1916, donde reúne tres ensayos, de tres de sus obras cumbres, sobre Azul…, Cantos de vida y esperanza y Prosas profanas, es decir, él cuenta lo que esas tres obras significaron para él, y las circunstancias en que las produjo, son tres ensayos que juntos formaron “Historia de mis libros”.
Cuando nosotros nos referimos o dirigimos al ciudadano nicaragüense, al estudiante, al maestro, al profesional de cualquier ámbito del conocimiento, de cualquier profesión u oficio, aquel que le gusta y disfruta la literatura, la pregunta que quisiera responderle es: “¿Cuál debería ser el camino para conocer a Rubén Darío?”. Diría que la mejor forma de conocer a Darío es leyendo sus obras, y les voy a compartir una síntesis puntual de diez (10) libros escritos por Rubén Darío que me parece serían las lecturas básicas, necesarias para un estudiante, un maestro, un profesional o un nicaragüense, que no necesariamente se va a dedicar a escribir o estudiar sobre Rubén Darío, pero que está obligado e interesado en conocer sobre su creación literaria y el recorrido de su vida, no solamente por el origen común que tenemos, somos nicaragüenses, sino también por el idioma común que nos une, que es el español, y por la belleza que encierra la obra literaria de Rubén Darío.
1. Azul…
Si queremos explorar a Rubén Darío, es obvio que la primera obra que estamos obligados a leer es Azul…, porque es la obra que inicia el ascenso vertiginoso en la literatura de Rubén Darío. Un muchacho de 21 años, que estaba en Valparaíso, Chile. Reúne poemas y cuentos, reúne versos y prosas en un libro que llama Azul… en el año 1888, cuya primera edición fue en ese momento, luego, unos años después, surge otra edición en Guatemala, la única que publicó en Centroamérica, todavía en vida Darío, y posteriormente han surgido múltiples ediciones. Esa es la obra que todos tenemos que leer de arranque: Azul…
2. Prosas Profanas y otros poemas
El nombre es “profano” en sí, provocador en la época. Publicado en Buenos Aires, Argentina, en 1896. En Prosas profanas, al inicio hay unos cuantos párrafos muy interesantes que es el prefacio de él, su planteamiento, un pequeño ensayo que llama “Palabras Liminares”, donde reconoce que en él hay una mezcla de sangre africana, indígena, española, es decir, reconoce esa identidad múltiple que tiene en su sangre pero no solamente es en su sangre, sino también en su cultura, que la cultura nuestra es una mezcla de culturas: no es una cultura estrictamente española, o estrictamente indígena, sino que también tenemos en nuestro comportamiento cultural y en nuestra idiosincrasia una mezcla de esos elementos. Por ejemplo, a manera de comentario, la marimba de Nicaragua, es africana; la marimba de arco es estrictamente africana, no ha sido reformada a pesar de los siglos, pero es de origen africano, e incluso muchas palabras que usamos en el idioma español son africanas. Así que Darío, es Prosas profanas, en la introducción reconoce algo de eso. Quiero referirme a uno de los poemas escritos al inicio en este libro, muy popular, se llama “Sonatina”:
Sonatina
“La princesa está triste,
¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan
de su boca de fresa.
Que ha perdido la risa,
que ha perdido el color.
La princesa está pálida
en su silla de oro.
Está mudo el teclado
de su clave sonoro,
Y en un vaso olvidado
se desmaya una flor.”
Es el poema con el que arranca Prosas profanas. El libro confirma la innovación literaria firme del Modernismo en la lengua española. Aunque Azul…, es la introducción, el inicio, lo preliminar del modernismo, es Prosas profanas (1896), cuando Darío, con esta nueva incursión de poesía, logra confirmar esa tendencia literaria que había marcado en los últimos años.
Así que Prosas profanas, debería ser uno de los libros que hay que anotar en nuestra lista de libros que hay que leer, es poesía, pero también estás palabras liminares, esa introducción de Darío, aunque es breve, tiene mucha profundidad y mucha calidad.
¿Por qué Rubén Darío no recibió nunca un premio Nobel de literatura?
No hay una respuesta contundente, pero básicamente creo lo siguiente: el Premio Nobel comienza a inicios del siglo, de tal forma que, hay 15 años en la vida de Rubén Darío que estaba vigente el premio Nobel de Literatura, sin embargo, a Darío no se lo dieron. Y en parte creo, porque en su origen era Europeísta, es decir que sólo miraban europeos, y no es casual que todos esos galardonados de esos primeros años habían sido europeos. Así que Darío, a pesar de estar teniendo un impacto dentro de la literatura, no lo veían desde la visión centralista europea como un referente literario a reconocer. Pero también hay otra razón, y es la rebeldía misma de Darío, es decir, que él se oponía a la Real Academia Española de la Lengua, cuestiona las academias en aquel poema que decía “…de las academias líbrame, Señor”, es decir que la Academia no identifica a Rubén Darío como un referente oficial institucional porque más bien es un rebelde de la lengua, es alguien que está innovando y obviamente, para innovar, tiene que desconocer y buscar cambios que no están instituidos en esa institución académica. Pienso que eso lo excluye a Darío del premio Nobel de Literatura que tendría más que merecido.
3. Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas.
Este libro fue publicado en 1905, en Madrid, y quiero referirme a uno de los poemas iniciales del libro que también son conocidos y sus versos son populares:
“Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana,
en cuya noche un ruiseñor había
que era alondra de luz por la mañana.
El dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lago”
Es uno de los poemas con los que inicia precisamente Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas. Estos poemas de los cisnes que más adelante aparecen en el libro, tienen una complejidad que algunos han reconocido que es “muy elaborada”, de tal forma que, si nosotros analizamos Azul…, como libro primigenio, inicial, que abre el Modernismo; “Prosas profanas” que profundiza en el modernismo; pero “Cantos de vida y esperanza” viene siendo un libro que consolida con madurez el Modernismo, porque la calidad de la poesía, de los versos que integran Cantos de vida y esperanza, tienen una notable mejoría. Y aquí también está aquel poema famoso que muchos conocemos:
“Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.”
…/…
4. El canto errante
Fue publicado en 1907, año en que Darío viene a Nicaragua después de casi 15 años de ausencia. Aunque el libro se publica en Madrid, cuando Darío llega a Nicaragua estaba recién publicado en 1907. Hay una frase con la cual concluye una introducción del libro que quiero leer textualmente porque me parece que tiene una profundidad particular y denota un poco la visión personal que Darío tiene sobre su éxito, y dice:
“Toda la gloria y toda la eternidad están en nuestra conciencia”.
En este libro “El canto errante”, también hay otros poemas que son muy conocidos, y dice:
“El cantor va por el mundo
sonriente y meditabundo;
El cantor va sobre la tierra
en blanca paz o en roja guerra;
Sobre el lomo del elefante
por la enorme India alucinante”
…/…
Este sería el cuarto libro que recomiendo a todos los que queremos conocer un poco sobre la obra de Rubén Darío, sin que lleguemos a cubrir todo, pero es un cuarto libro fundamental.
5. El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical
Este quinto libro, Darío lo escribe a partir de su visita a Nicaragua en 1907, aunque se publica en 1909. Eso significa que este año 2019, el libro está cumpliendo 110 años de publicado. El libro tiene unas crónicas de viajes, donde habla de Masaya, León, de la belleza natural de Nicaragua, habla de las mujeres, de tradiciones y de la historia de Nicaragua, del encuentro del Cacique con Gil González.
De tal forma que hay una recuperación a Darío con Nicaragua, y Nicaragua recuperando a Darío. Hay un reencuentro afectivo, histórico, emocional y cultural que es fundamental. Así que los nicaragüenses estamos obligados a leer El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical. En este libro también podemos encontrar, además de la narración que Darío hace de Nicaragua, hay diez poemas, dos de ellos muy conocidos entre los nicaragüenses, uno es “A Margarita”, así comienza:
“Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar…”
…/…
Ese poema lo escribió estando en Nicaragua, en 1908, en la isla del Cardón,
Corinto, a una niña de 8 años, hija del doctor Luis Henry Debayle, su amigo, compañero de clases en León.
También está otro poema que es muy emotivo, se llama “Retorno”, muy popular en Nicaragua:
“El retorno a la tierra natal ha sido tan
sentimental, y tan mental, y tan divino,
que aún las gotas del alba cristalinas están
en el jazmín de ensueño, de fragancia y de trino.”
…/…
Y más adelante están aquellos versos que también nos atraen entre los nicaragüenses:
“Si pequeña es la patria, uno grande la sueña,
Mis ilusiones y mis deseos, y mis esperanzas
me dicen que no hay patria pequeña,
y León es hoy en mí como Roma o París”
…/…
6. Los Raros
Ya he mencionado cinco (5) libros que son fundamentalmente poesía; pero la prosa la tenés en Azul… y en El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical, pero esos cinco libros serían como los fundamentales y primarios para leer, para comenzar a conocer a Rubén Darío, pero quiero referirme a tres libros más que son en prosa, uno: Los raros. Publicado el mismo año de Prosas Profanas, aunque Prosas profanas eran versos, poesía, y Los raros era un libro de pequeños ensayo, reúne unos veinte escritos que se refieren a veinte personajes de la literatura y la cultura de la época, ahí habla de Allan Poe, norteamericano y cuentista, autor de aquel famoso poema “El cuervo”, también refiere al francés Verlaine, también a Léon Bloy, Paul Adams, Henry Ibsen, el noruego, autor de la obra de teatro muy conocida: “Casa de Muñecas”, que se ha presentado varias veces en Nicaragua y también se refiere a José Martí, escritor y prócer cubano, entre otros.
Hay unos veinte personajes de la literatura y la cultura de la época en la cual describe e identifica con habilidad interesante, porque destaca los valores estéticos y las cualidades estéticas que él reconoce como válidas, de tal forma que “lo raro”, no es solamente la descripción los autores, sino que es identificación de los valores estéticos de estos autores en el contexto del Modernismo literario que él impulsaba, de tal forma que se convierte en un referente, en un parámetro de referencia, por eso es que se considera, cuando se habla del Modernismo, las obras primarias, no solamente Azul… y Prosas Profanas, sino que también Los raros. Es decir, Los raros son ambas obras, una en verso y la otra en prosa, pilares importantes en el movimiento Modernista que impulsó Rubén Darío. Por lo tanto, leer Los raros, desde mi opinión, es un libro obligatorio, sería el sexto que recomendamos a leer.
¿Cómo hacía Rubén Darío para conocer tanto?
Era un lector incansable, un curioso persistente, un observador constante, esas son las tres virtudes de Darío, porque de Darío no podemos sacar un currículo de universidades visitadas o títulos obtenidos en institutos académicos, él no lo tiene. Lo que Darío tiene es, que es un lector constante, nunca deja de leer, así que un camino de éxito comienza en una lectura constante, pero además Darío es un observador, es decir, es un hombre que está pendiente de los detalles, del entorno, no es ajeno de percatarse del entorno, pero también es curioso. La curiosidad lleva a Darío a la observación y a la lectura. y hay otra cualidad que quisiera enfatizar. y es que era un hombre que escuchaba, la habilidad de Darío no es el discurso hablado, la habilidad de Darío es escuchar porque él es hábil escribiendo el texto, pero no es orador, nunca se destacó como orador. No fue su habilidad hablar y hablar sin soltar la guitarra, Darío fue un hombre que escuchó y aprendió a escuchar desde temprano en las tertulias de León.
Desde niño, en los brazos de la abuela, ahí estaban discutiendo ¿Y quiénes estaban? Máximo Jerez, los intelectuales de la época, profesores de la universidad, alumnos, estudiante, políticos, militares, poetas, es decir, ese círculo de intelectuales que llegaba a la casa; desde niño él vió ese círculo y participó, sin poder hablar, en ese círculo, solamente escuchando, y por lo tanto ahí marcó la pauta de su aprendizaje.
¿De dónde le viene el Modernismo a Rubén?
Es una discusión compleja que sería objeto de otra conversación. Algo de León tuvo que haber salido y él tuvo la habilidad de captar ese momento histórico, esa florescencia cultural, académica, política y social que había en León para que él tuviera, como las luces primarias para desencadenar un movimiento que después logra confirmar en San Salvador con Francisco Gaviria y que después logra formular en “,Azul…, en Chile, pero el embrión que siembra la semilla del modernismo, sin lugar a dudas, está en León y Managua.
7. Tierras solares
Quisiera referirme a un séptimo libro, y éste libro son crónicas. Diría que las crónicas es lo menos leído de Rubén Darío, casi nadie sabe que Darío escribía crónicas; incluso, hace unos años hablaba en una escuela de comunicación social, y ellos nunca habían leído las crónicas de Darío, son reportajes periodísticos de Darío: son observaciones de sus visitas a distintas países, escribe como periodista que publicaba durante más de 25 años en el diario La Nación de Buenos Aires, de tal forma que es un maestro del periodismo, un maestro de la crónica, no solamente de la poesía. Sugeriría un libro obligado para aproximarnos en la calidad de las crónicas de Darío, no agotamos todos los escritos de Darío de este género con esta lectura, pero nos asomamos en algunos rasgos de su erudita, agradable e informada crónica.
El libro se llama Tierras solares, publicada en 1904, en Madrid, en esta hay 19 relatos que Darío hace, son visitas a 19 países o ciudades europeas, principalmente, por ejemplo, hay un pequeño estudio o crónica sobre Barcelona, Berlín, Málaga, Granada, Sevilla, Florencia, Waterloo, Viena, etc., es decir, son visitas que Darío hace como viajero en Europa, escribe reportajes y los publica en el periódico La Nación de Buenos Aires, después las reunió, en 1904, y publicó éste libro que llamó Tierras Solares. Hay otros libros de crónicas publicados en la época y hay una multitud de crónicas que aún no han sido reunidas en libros, pero, para asomarnos en la crónica rubendariana, el séptimo libro que recomendaría que leyéramos todos, es Tierras Solares. La Asamblea Nacional de Nicaragua publicó una edición corregida en 2015, previo a la celebración del primer centenario de la muerte del poeta inmortal.
8. El oro de Mallorca
Aquí viene otro temas que casi no hemos leído de Darío, él era novelista, escribió seis (6) novelas, quizás algunas inconclusas. Una novela que tendríamos que leer, que fue publicada completa hace poco en Nicaragua (2014, novela completa, no es inconclusa), se llama El oro de Mallorca, una novela que comienza a crear en 1913, cuando viaja a Palma de Mallorca, España, donde tiene la oportunidad de estar en ése entorno, también, en ese contexto, crea el poema muy conocido La Cartuja. La novela fue saliendo en capítulos que va publicando parcialmente hasta que, el último capítulo, posiblemente, fue escrito en el último año de su vida.
En la novela hay un personaje central que se llama Benjamín Itaspes, quién es Darío personalizado en la novela, en la ficción de la narración que cuenta, y él se describe en ese personaje. Existe una frase que me gusta mucho y siempre la repito porque demuestra la calidad personal, la sencillez de Darío, dice Benjamín Itaspes: “¡Yo disfrutaba hablar con los espíritus sencillos!”. Darío siempre tuvo la capacidad de hablar con gente sencilla a pesar que había alcanzado la cumbre de la literatura, no es cierto que el círculo exclusivo de Darío eran intelectuales, él tenía la posibilidad, la actitud de relacionarse con la gente común, con los amigos, con los conocidos, con una amplitud extraordinaria. Es esta novela, el octavo libro que recomendamos, el personaje que está ahí, Benjamín Itaspes, de alguna forma encarna a Rubén Darío en la ficción.
9. La vida de Rubén Darío, escrita por él mismo
El noveno libro que recomendamos es precisamente la “Autobiografía de Rubén Darío”, pero realmente este título que le ponen las editoriales, no es el título que Darío le puso. La nombró: La vida de Rubén Darío escrita por él mismo, ¿porqué? Bueno, él tenía sus particularidades y fue un libro que él dictó y corrigió, se lo transcribieron, y publicó en crónicas, en La Nación, es su autobiografía, de tal forma que relata las cosas, como diría Gabriel García Márquez, no necesariamente como ocurrieron sino como se recuerdan para contarlas, y la verdad es que a veces las cosas son así; las concebís y las recordás de una forma y las contás de esa forma, por eso a veces, en la narración que hace Darío, uno encuentra acontecimientos que pasan en épocas diferente pero lo que está ahí es la percepción de Rubén Darío, la percepción sobre su vida, sobre sus años, sobre su origen, su primer recuerdo en Honduras, en San Marcos de Colón, cuando estaba pequeñito, él despierta a la vida, quizás de dos años o tres, estando entre unas vacas en el campo, donde su mamá lo había llevado y donde el coronel Félix Ramírez, su padre de crianza, lo fue a traer para regresarlo a León. Entonces un noveno libro fundamental, es La vida de Rubén Darío escrita por él mismo o la “Autobiografía de Rubén Darío”.
10. Historia de mis libros
El décimo libro que recomendaría leer, que completa los diez libros para darnos una idea general sobre su obra y sobre su vida, es Historia de mis libros, lo mencioné al principio, es un libro póstumo, pero, que los tres ensayos que reúne se refieren a Azul…, Prosas Profanas y Cantos de vida y esperanza.
Así que el camino para conocer a Darío desde mi opinión son la lectura de estos diez (10) libros: “Azul…”, de 1888, “Prosas profanas y otros poemas”, de 1896, “Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas”, de 1905, “El canto errante”, de 1907, “El viaje a Nicaragua e intermezzo tropical”, de 1909, “Los raros”, de 1896, “Tierras solares”, crónicas, de 1904 y “El oro de Mallorca”, novela, que comenzó a escribir en 1913, “La vida de Rubén Darío escrita por él mismo”, de 1912 e “Historia de mis libros”, de 1916. Con esos diez (10) textos prioritarios pienso que los nicaragüenses, los lectores, los hispanoamericanos e hispanohablantes, tendríamos una visión general de Rubén Darío.
Darío escribió siempre, desde su niñez, diríamos que las últimas cosas escritas son quizás tres o cuatro meses antes de su muerte.
¿El origen del modernismo puede estar en la intelectualidad leonesa?
En el ambiente sociocultural y político de León creo que ahí hay un germen importante del Modernismo, unas corrientes liberales, anticlericales quizás también, rebeldes en la época, una efervescencia académica de León alrededor de la universidad, pero también una influencia colonial y clerical porque León era la capital, la sede del obispo de Nicaragua y había sido la capital histórica de Nicaragua, todavía con las contradicciones entre León y Granada, es decir, ese ambiente de León particularmente, creo que permite que Darío desarrolle ciertas inquietudes, acceso a la lectura, a la discusión, la tertulia, la cultura, la poesía, el interés que tenía Darío sobre la revolución francesa, los liberales se interesaban mucho por los franceses, y por eso Darío también se identifica mucho con el francés. Y desde León, Darío conoce a Víctor Hugo, por ejemplo, que era el poeta francés por excelencia de mediados del siglo XIX, Darío logra acceder a él y tiene acceso a libros en ese contexto, en ese entorno, quizás en las bibliotecas de la universidad y de la ciudad de León, libros que marcan su formación inicial de los primeros años de su vida, así que sin lugar a dudas, León tiene una gran influencia fundamental, sumada a la influencia que pueda tener en Managua, porque en Managua él permaneció unos años como adolescente en la Biblioteca Nacional, y trabajando en la biblioteca desarrolla la lectura de una biblioteca recién fundada, llena de libros recientes que acaban de llegar a Nicaragua, y él los devora con ansiedad, con entusiasmo.
Y finalmente, la presencia de San Salvador, a sus 15 años, también logra tener contacto con Francisco Gaviria, que hablaba francés y quien lea a Darío los poemas en francés, y que ya había identificado las virtudes del verso alejandrino francés, y que las logra transmitir a Darío.
Creo que esos tres lugares: León, Managua y San Salvador, marcan fundamentalmente el germen del Modernismo literario de la lengua española de fines del siglo XIX.
¿Conoció Darío al obispo de León, qué vínculos tuvieron?
Darío conoce al obispo de León, cuando él regresa en esta visita apoteósica de 1907. En noviembre, Rubén vino a Nicaragua y el obispo de León es Simeón Pereira y Castellón. Pero a Darío le llama profundamente la atención y le agrada el proceso de renovación y de decoración que está desarrollando en la catedral de León. Creo que ese es el punto clave: Darío es un amante de la cultura, es un amante del arte. Cuando ve que en la catedral el obispo estaba haciendo obras, que está remodelando y rebozando la catedral, la vieja catedral que él conocía de niño: aquella catedral que era solemne, majestuosa pero muy simple, y le está poniendo esas decoraciones que hoy todo mundo conoce. El obispo había viajado a Europa y había traído ideas, y en esa relación Darío conoce también a Navas Cordonero, que es el maestro que está trabajando las esculturas, y el maestro Sarria, el pintor. Y los ve trabajando en las pinturas, y en las esculturas, están ahí. Incluso Navas, después, es el mismo que hace la escultura del león que está sobre la tumba de Rubén Darío. Él desarrolla cierta simpatía con el obispo, no solo porque es obispo, sino fundamentalmente creo, por las innovaciones arquitectónicas y la decoración que está impulsando en la catedral de León.
En noviembre de 1915, en el último viaje sin retorno que hace Rubén a Nicaragua, el obispo está todavía en León, y se mantiene en comunicación con él. Cada día el obispo se encontraba pendiente de qué pasaba con Darío, había orientado al maestro Navas Cordonero que pasara diariamente por su casa para averiguar cómo seguía la salud del poeta, lo asistió en su confesión final y también lo asistió en los momentos finales de su vida. Él desarrolló las honras fúnebres del poeta en febrero de 1916, siendo el maestro de ceremonias el sacerdote leonés, ahora Siervo de Dios (2016), Mariano Dubón Alonso.
¿Los nicaragüenses de esa época reconocieron a Darío o tuvo sus detractores?
En el libro El viaje a Nicaragua, e Intermezzo tropical, Rubén Darío reconoce que en ese viaje de 1907 “mataron el mejor cordero”, es decir, que él se sintió realmente reconocido. Hay una cosa que es lógica: no es fácil ganarse el prestigio y la fama entre la gente del entorno que te conoce, “nadie es profeta en su tierra”, y Darío sufrió esas realidades, realidades humanas que no son sólo de los nicaragüenses, pero en esta visita de 1907, Darío conquista el corazón de los nicaragüenses, y los nicaragüenses reconquistan el corazón de Darío. Él lo reconoce.
11. La dramática vida de Rubén Darío
Aunque mencioné diez (10) libros para conocerlo y aproximarnos a Rubén Darío, hay dos libros más que son fundamentales que no son escritos por él. Uno es La dramática vida de Rubén Darío del profesor Edelberto Torres Espinosa, que es el estudio más detallado y más completo, porque prácticamente el profesor dedicó su vida a estudiar, investigar, documentar, a buscar evidencias sobre Rubén Darío, y logró una recopilación interesante y por lo tanto, una voluminosa publicación, cuya última edición corregida y definitiva que conozco es del año 2009, por la editorial Amerrisque de Nicaragua.
12. Vida de Rubén Darío
Hay otro libro, el último que sugiero: La vida de Rubén Darío, escrita por Valentín De Pedro, argentino, en 1961. Las virtudes del libro es que entra en otros análisis, en otros detalles y es breve. Mientras la Vida de Rubén Darío, de Valentín De Pedro, es breve, la La dramática vida de Rubén Darío, de Edelberto Torres, es voluminosa y extensa, pero ambos libros complementan perfectamente el conocimiento adicional sobre la vida y obra de nuestro poeta universal, Héroe de la Independencia Cultura de Nicaragua, padre del Modernismo literario de la lengua española, Rubén Darío.