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Reflexiones: crisis y oportunidad, Nicaragua, un año después…

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May 30, 2019

 

Managua, Nicaragua, 20 de abril 2019.

 

Un año después de los dramáticos sucesos (abril 2018 – 2019) que generaron un panorama de violencia y confrontación, que provocaron una profunda fractura en la sociedad, entre las familias y colectivos nicaragüenses, y han traído consecuencias lamentables en el ámbito económico, social, político, y desactivaron las óptimas condiciones de seguridad, el ambiente de crecimiento económico y de prosperidad en distintos ámbitos de la vida nicaragüense, creo que vale la pena reflexionar con sentido constructivo y positivo, hacer un alto en el camino, para identificar aquellos asuntos que no solamente podrían ser útiles al grupo opositor, al gobierno y al sandinismo, sino que en general, para toda la sociedad nicaragüense, para las personas de buena voluntad que nos comprometemos por una Nicaragua mejor para todos.

 

Por esta razón, quisiera introducir quince (15) elementos, que puedan contribuir a la reflexión madura, responsable, donde podríamos identificar o perfilar de manera muy rápida, y quizás superficial en algunos casos, ciertos aspectos o insumos para la discusión y que nos podría llevar a identificar y asumir una gran oportunidad para que la crisis se convierta en aprendizaje, y sea así una oportunidad histórica para el país.

 

Esta crisis nos ha afectado a todos, sin embargo, si la vemos en perspectiva, con sentido constructivo, si aprendemos de ella, si recurrimos a la razón para tratar de valorarla con serenidad, creo que se puede convertir en una experiencia, algo que no debió ocurrir nunca en Nicaragua, pero al ser un suceso dado, podría ayudarnos a comprender y asumir lo que debemos y no debemos hacer en el futuro, pensando con responsabilidad para las generaciones siguientes.

 

  1. Método errado: la violencia no es el camino.

 

El primer punto que quisiera mencionar, de estos quince (15) elementos que apenas voy a enumerar, es sobre el método utilizado para platear una aspiración política legítima, que es la de asumir el poder político: me parece que el método fue errado, como instrumento, al usar la violencia y la confrontación, prácticamente se renuncia al camino cívico constitucional, y se recurrió a mecanismos destructivos, violentos, que pretendían de facto asumir el control político. Es obvio que ese método es errado, ese camino no nos lleva a los nicaragüenses a ningún resultado positivo. Nada que se construya a partir de la destrucción y del enfrentamiento violento, puede ser bueno. Nada que se promueva a partir de generar daños humanos y materiales, puede ser sostenible, de tal forma que no nos podemos sentir orgullosos, al contrario, profundamente consternados, por ese escenario de confrontación, odio y exacerbación de violencia que trajo dramáticas consecuencias.

 

Creo que deberíamos aprender y aceptar algo con mucha convicción: la violencia no es el camino. El camino es la discusión cívica, constitucional y legítima de las personas, de los grupos políticos que aspiran al poder político de manera legítima pero que tienen que recurrir, y están obligados a recurrir al camino de la legitimidad, en el marco de la ley.

 

Entonces, las aspiraciones de la oposición política, aunque podrían haber tenido algunos planteamientos correctos, creo que el método no lo es; fue contaminado y deslegitimado el “propósito”. No es un método aceptable para nadie. No debería ser la alternativa que deberíamos asumir, ni promover ni permitir. Al contrario, creo que debemos rechazar cualquier alternativa de violencia, de confrontación y odio, debemos privilegiar el método de diálogo, de la conversación y discusión cívica, de los derechos ciudadanos a expresarse con libertad, pero respetando las restricciones y obligaciones que implican cada derecho al que recurramos y demandemos.

 

Este es un primer punto fundamental que debemos tenerlo siempre sobre la mesa.

 

  1. Alimentado con información falsa.

 

Hay un segundo punto para la discusión pública y es que, esa confrontación violenta, que explotó de manera inesperada en abril de 2018, y que se prolongó en su etapa más crítica hasta junio de 2018, y que afortunadamente después entró en un proceso de reducción, tuvo como insumo fundamental, para exacerbar la confrontación, un abundante e inusitado flujo de información falsa, especulativa, parcialmente verdadera a veces, pero en general, los fake news proliferaron de manera irresponsable, y pretendían exacerbar las contradicciones que siempre existen en cualquier sociedad, y en cualquier grupo humano, y exacerbaron también las actitudes negativas, las emociones negativas de las personas: odio, ánimo de venganza, saña, desconfianza, miedo, inseguridad, resentimiento, venganza…, de tal forma que, sacaron a luz lo peor de cada uno. Pasó como en la película del Increíble Hulk, se fue poniendo verde, monstruoso y violento, volviéndose un peligro, esa persona que uno pensaba que era serena y tranquila, de repente, se le nubla la razón y actúa de manera totalmente inesperada e impulsiva.

 

El ser humano es capaz de provocar, en situaciones de violencia, de confrontación, resultados dramáticos y trágicos; puede esperarse lo mejor de cada uno o podemos sacar lo peor en dependencia de cuáles emociones activemos. La sociedad mostró cosas que no son buenas porque se exacerbaron, con información falsa, las emociones negativas, los bajos instintos, las actitudes negativas, pesimistas; fueron alimentadas principalmente por noticias falsas, fake news, muchos creyeron y siguen creyéndolas; renunciaron a la obligación de la comprobación de la evidencia, muchos medios de comunicación convencionales y no convencionales, lamentablemente se prestaron a eso.

 

Este es un segundo elemento que me parece importante, y sobre el cuál deberíamos reflexionar.

 

  1. Plataforma de lo virtual y redes sociales.

 

Un tercer punto, vinculado al anterior, es la plataforma por la cual circuló la información, esas “noticias”, esos fake news, fluyeron a través de una nueva plataforma que se ha impuesto a nivel global: es la plataforma virtual y de las redes sociales. Eso hace tres décadas no existía en la magnitud de hoy.

 

Las redes sociales tienen una gran ventaja: pueden llegar a millones de personas de manera inmediata, pero circulan sin ningún filtro, y así como uno puede hacer circular basura, también puede circular cosas útiles, educativas y constructivas. En este caso, circularon muchísimas noticias falsas o mensajes que alentaban odio, resentimiento y destrucción del otro. Llegamos a la lamentable circunstancia de que esas noticias falsas, proviniendo de cualquier lado, se reproducen de manera exponencial y van exacerbando las posiciones emotivas de las personas, porque no es cierto que estas noticias que circulan, en general, pretendan, en la mayoría de casos, buscar equilibrio, balance, y alimentar la razón, sino que son breves, precisas, provocadoras, imágenes que impacten y lo que pretenden es activar y manipular el ámbito emocional-instintivo de las personas.

 

Esa plataforma virtual fue creando un escenario de conflicto virtual que se trasladó a un escenario de conflicto real, y viceversa, es decir, fue un círculo vicioso donde lo virtual confrontativo, creaba lo confrontativo real, y lo confrontativo real se exacerbaba con lo confrontativo virtual en un círculo vicioso de no acabar, y lograba exacerbar las contradicciones. Este es un tercer elemento sobre el cual también hay que reflexionar.

 

Estos dos últimos son vinculados, tenemos que aprender a tomar posiciones y reaccionar a partir de referencias, datos, evidencias lo más objetiva posibles, a debatir nuestros puntos de vistas con razonamientos balanceados, buscando la verdad, no dejarnos llevar a la ligera; tenemos que usar con racionalidad las plataformas virtuales, las redes sociales, con sentido de responsabilidad, porque tienen un gran poder y ese gran poder, obliga a usarlas con la mayor prudencia y sensatez posible.

 

  1. Activar emociones negativas

 

Hay otros asuntos en los que podríamos reflexionar, ya los hemos mencionado, pero conviene diferenciarlos: es que esos fake news, en esas plataformas, activaron emociones negativas y promovieron sentimientos desafortunados: fueron alimentados con odio. Puedo decir, en mi caso y el de muchas personas, que, en sus redes sociales, de repente, personas con las cuales existía relación cordial, comenzaron a destilar odio contra uno, de manera inesperada, fue una actitud que proliferó basada en supuestos o predisposiciones apreciaciones ligeras.

 

También generaron miedo, hubo temor, eso se transforma en inseguridad, en terror y puede llevar a reacciones de violencia impulsiva. Es decir, no solamente odio, miedo e inseguridad, sino que también terror, paranoia. El terror se convierte en comportamiento depresivo o agresivo, consecuencia cultivada por emociones negativas, que trastocan el razonamiento personal, influyen en núcleos familiares, laborales, religiosos y comunitarios.

 

Esos elementos en conjunto tampoco son un buen camino. No tiene sentido que los nicaragüenses promovamos de manera irresponsable estos sentimientos negativos, porque expresados en palabras o en hechos, al final se convierten en comportamientos, actitudes y reafirman una cultura adversa, negativa, que afecta al individuo y a la sociedad, destruye el presente y afecta la oportunidad de un futuro de prosperidad y desarrollo.

 

  1. Plataforma internacional

 

Un quinto punto es que, esas redes sociales, esa información se montó en una plataforma internacional, utilizó mecanismos internacionales porque la virtud que tienen las redes sociales, es que podés estar simultáneamente dentro del escenario nacional y en el escenario internacional, y eso puede generar el “impacto simultáneo deseable” en España, México, Estados Unidos, América Latina, de manera ágil. Creo que la oposición política, o los grupos adversos al gobiernos comprometidos en esa provocación no cívica que rompía el orden constitucional, a través de organizaciones no gubernamentales participantes, de actores religiosos, empresariales y políticos, tenían esa plataforma con tentáculos externos, que  permitió hacer llegar esa “información – desinformación”, alterados y sesgados muchas veces, y generar una opinión externa parcializada, manipulada, adversa y desfavorable al gobierno de Nicaragua.

 

Creo que aprovecharon muy bien esa plataforma, y paralelo a eso, señalaría: el sandinismo y el gobierno, no tenían esa plataforma internacional, pero no solamente no la tenían en términos virtuales, sino pienso que, desde Relaciones Exteriores, los vínculos con organismos internacionales, los comités de apoyo, o la gestión de comunicación que el país ha tenido a través de distintos actores, partidos políticos, amigos, etc., en el extranjero se había descuidado. Creo que el gobierno no lo valoró importante, a pesar que, en la década de los ochentas, fue una plataforma fundamental, pero bueno, estos últimos años, parece ser, no me consta, la apreciación que tengo personal, el gobierno y el sandinismo como partido político, no estaban consolidando ni manteniendo una comunicación fluida y efectiva externa con esas posibles alianzas, manteniendo respaldo para la comunicación, el apoyo político internacional. Esos dos aspectos van de alguna forma juntos.

 

  1. Carencia orgánica opositora

 

Otro asunto, me parece importante señalar que, esta confrontación generada, con las consecuencias conocidas, no se realiza necesariamente con un mecanismo organizativo claro, algunos líderes de estos grupos, un obispo católico, dijo, en una reunión privada que se hizo pública, que eran “un montón de siglas” sin bases populares, es decir, siglas que se crearon de manera improvisada, muchas de ellas, y organismos que estaban abocados a funciones de otra naturaleza, se juntaron en ese barco temerario hacia posiciones políticas de confrontación, o de oposición política no cívica, no necesariamente coincidentes con la naturaleza de su función como organizaciones que tenían un perfil determinado, modificaron su razón social de hecho, y se embarcaron como parte del proyecto político que pretendía alterar el orden constitucional.

 

  1. Liderazgo disperso, fragmentado y transitorio

 

El liderazgo era y sigue siendo disperso, pero también transitorio. Puede hoy estar Juan, mañana Pedro o Carmen, simplemente cambian, no tiene solidez para articular acciones orgánicas razonables. Hay liderazgos improvisados y figuras transitorias que se crean virtualmente y se explotan, pero pasan rápido. Imágenes o referencias para despertar sensibilidad y manipular emociones, el gran énfasis que se exacerba.

 

  1. Sin programa político

 

La carencia de una organización estructurada, de un liderazgo legítimo plantea otra carencia relevante: ausencia de un programa político congruente y articulado con visión de futuro, ello representa dificultad en la negociación política para la solución de la crisis, de tal forma que, los actores gubernamentales tienen problemas para identificar los liderazgos legítimos de la contraparte, con los cuales dialogar y encontrar soluciones aceptadas, asumidas y con capacidad de cumplirlas, eso dificulta el caminos de solución del conflicto.

 

Hay carencia de un programa político congruente y propositivo, lo que hay, naturalmente, es una “actitud de oposición”, o actitud de negación del otro, pero no necesariamente un planteamiento positivo constructivo de qué hacer, qué construir y cómo hacerlo. Creo que es incipiente en términos de planteamiento político.

 

Esa dispersión presenta un problema de anarquía serio. Cada quien jalando por su lado y a veces confrontado, juntos solamente por la actitud de “oponerse” o estar “en contra de”. No es casual que, en los primeros días de protestas, los organismos que hacen una convocatoria para movilizarse, fueron precisamente organizaciones de naturaleza distinta a los fines político partidarios, uno fue el COSEP, representante de la gran empresa privada nicaragüense, que convocó a una marcha política, cuando fundamentalmente el COSEP es un gremio empresarial. Y la otra fue la Iglesia Católica, convocada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua, cuya naturaleza, es de carácter religioso, pero aquí asumió un rol político, principalmente algunos líderes católicos se comprometieron con lo ocurrido, como promotores y partícipes. Algunos siguen siendo líderes políticos con posiciones políticas y violentas, más que religiosos, lejos de la posición evangélica que correspondería.

 

Eso tiene su explicación. En Nicaragua prevalece un pensamiento cristiano, y la iglesia católica, a pesar que los fieles que se reconocen parte de ella se han reducido, la cantidad de nicaragüenses católicos, quizás anda por el 50% de los que tienen alguna afiliación religiosa. La Iglesia Católica ha tenido históricamente una posición de poder relevante, y continúa teniendo fuerte influencia en el pensamiento popular.

 

Por otro lado, el sector empresarial, durante la última década, y mediante reformas constitucionales, el gobierno creó un mecanismo de diálogo -que generó beneficios en la economía nacional-, de tal forma que el COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada), asumió roles, no solo en la gestión empresarial, sino en la política, en la gestión pública en distintos ámbitos, tenía presencia privilegiada en el Banco Central, en la Superintendencia de Bancos, en el INSS, su voz era escuchada en todos los ministerios de estado; tenía el gobierno un canal fluido en la atención e incidencia del sector privado; el sector privado “estaba en palco en el escenario político” durante los últimos 10 años; eso fue aprovechado con  creces, no solo para incrementar su capital en términos económicos, sino que también para fortalecer su posición e influencia política.

 

Ante la carencia de una organización política, legítima, orgánica, un liderazgo legítimo, un programa, hay mucha dispersión de organizaciones, una sopa de siglas sin contenido ni base popular, estos dos organismos, el sector privado empresarial y la iglesia católica, con algunos líderes católicos, asumieron en la practica un liderazgo político. Eso también es una situación planteada sobre la cual habría que reflexionar, para el presente y el futuro del país; la sociedad requiere organizaciones legítimas que desempeñen los roles que le competen y sean capaces de expresar y hacer según el interés nacional y sectorial.

 

  1. Limitación gubernamental en redes sociales

 

Otro elemento que deberíamos considerar es que, mientras el grupo opositor no cívico que encabeza de manera inesperada, y también improvisada –aunque con intencionalidad-, la confrontación contra el gobierno, había desarrollado una amplia capacidad en redes sociales, y virtuales, sin embargo, el gobierno y el sandinismo en general, no estaban prestando atención suficiente a generar esa capacidad de comunicación virtual efectiva, y no tenían una expansión significativa como los otros. Creo que se estaba enfocando en medios de comunicación convencionales, y aunque tenía algunos mecanismos virtuales que reproducían lo que se decían los medios convencionales, no es cierto –eso percibo-, que era una amplia red, no habían potencializado esa perspectiva que se ha venido incrementando a nivel global.

 

Me parece que eso restó posibilidad de contrarrestar los abundantes fake news que comenzaron en abril (incluso antes, particularmente lo del incendio en reserva Indio-Maíz), y que el gobierno reaccionó después; fueron reactivos los planteamientos del sandinismo y del gobierno, cuando esas noticias se habían posicionado, como primera impresión, en las emociones y mentes de muchos, y a nivel internacional incluso. Cuando reaccionó, trató de aclarar y plantear la otra cara de la moneda, fue quizás tardío, a veces insuficientes, eso restó posibilidad de aclarar muchos asuntos que contaminaron y viralizaron las redes.

 

  1. Postergar decisiones

 

Un punto adicional es que, hay elementos en la sociedad nicaragüense que me parece que el estado postergó, no atendió suficiente, no valoró en su magnitud. Uno de ellos, creo el más visible, es que procrastinó la necesaria reforma electoral. Me parece que el sistema electoral nicaragüense tenía un proceso de desgaste alto, había desconfianza, falta de credibilidad, y el gobierno no le dio importancia a eso, lo fue postergando, no introdujo las reformas necesarias, y eso fue generando un ambiente, un nivel de descontento entre los grupos políticos opositores, que aprovecharon el descontento, y enfatizaron esas carencias. Creo que esa omisión es relevante: no se prestó atención a esa demanda de reforma electoral, que ahora, en el proceso de diálogo, se sigue planteando como uno de los puntos claves más visibles, y esperamos prospere para generar confianza en todos los sectores nacionales.

 

Hemos mencionado diez puntos, agreguemos cinco más que podrían ser útiles a considerar en conjunto con los diez anteriores:

 

  1. Espacio excesivo al gran sector privado y postergar reformas económicas

 

El punto número 11, que también considero importante es que, me parece, que el gobierno de Nicaragua cedió un espacio excesivo al sector privado, al sector gremial del COSEP, y ese espacio aparentemente contribuyó al crecimiento económico observado en la última década, pero me parece que se extralimitó, pasó los límites estrictamente empresariales, asumió un rol político, y se consolidó como actor político.

 

En ese marco, el Estado nicaragüense, pospuso dos reformas fundamentales y que se vinieron postergando durante las últimas tres décadas, y es la reforma fiscal, y la reforma a la seguridad social: para nadie es desconocido que el sistema de seguridad social requería cambios a partir de la modificación de la estructura demográficos, es deficitario, amenaza con colapsar. No es un problema solo nicaragüense, es un problema del modelo de seguridad social a nivel mundial, particularmente en América Latina, es tarea pendiente que el Fondo Monetario Internacional señaló como urgente, y el gobierno postergó, primero por una posición política indudable, pero también por la presión del sector privado que tenía influencia determinante.

 

Otra decisión postergada es la reforma tributaria que necesitaba implementarse para reducir el carácter regresivo de la tributación, es decir, gravar la renta es una demanda principal en América Latina, de tal forma que los impuestos no recaigan sobre el consumo, sino sobre la renta, de tal forma que el que gane más, indudablemente pague más. Eso es más o menos el esquema que funciona en Europa, donde la carga tributaria en lo general, llega al 40% – 45%. En Centroamérica, esa carga tributaria con respecto al PIB, en la mayoría de países, no pasa del 15%, por ejemplo, en Guatemala apenas es del 11%, El Salvador del 13%, Nicaragua está por el 14%, apenas Costa Rica llega al 20% con respecto al PIB. Me parece que ese es un gran problema, es decir, el desarrollo, la institucionalidad, la seguridad, la salud pública, la educación pública, el desarrollo urbano y social, la atención a sectores vulnerables, requiere fondos públicos mayores. No solamente es un asunto de manejo transparente de los recursos, ese es un factor que contribuye, sino que de magnitud de los recursos disponibles: un 11% o un 15% de carga tributaria, en general, con relación al PIB, es, según el FMI y BM, insuficiente para crear una plataforma de desarrollo del país. Lo mínimo que se necesitaba para sentar esas bases es el 20%, así como el mínimo nivel escolar que se requiere es noveno grado para plantear posibilidades de desarrollo. Nicaragua apenas pasó sexto grado como promedio de educación, el único país en Centroamérica que tiene esos niveles es Costa Rica: noveno grado; otros países de América Latina que han logrado superar el noveno grado son Uruguay, Cuba, etc. Eso solo es posible si hay un ingreso fiscal para sostener la educación gratuita que aumente la capacidad de generar desarrollo humanas: salud pública, justicia, etc.

 

Me parece que se vino postergando, hay un momento que no es posible seguirlo posponiendo. Hoy sigue siendo una demanda, las reformas que se han hecho a inicio del año 2019 siguen siendo parciales. El país requiere reformas de fondo a la seguridad social: ampliar la edad de retiro, por ejemplo, es un planteamiento que hecho. Nicaragua no lo ha asumido: tiene costos políticos altos, y más en este contexto. Hoy la edad de retiro en Nicaragua sigue siendo una de las más bajas de Centroamérica. Es un asunto que deberíamos reflexionar.

 

  1. ¿Cuándo pudo iniciar el proceso para provocar la crisis?

 

El punto doce (el orden no quiere decir el grado de importancia, sino que es para articular las ideas), me parece que, de todos los elementos que mencionado, el asunto arranca en una fecha de referencia que estimo es junio de 2013.

 

En junio de 2013, se comienzan a crear algunas condiciones movilizadoras, despertando o creando incomodidades, inicialmente incipientes, que podrían haber previsto un conflicto futuro. Fue en esa fecha cuando se aprobó el proyecto de la concesión para el canal interoceánico a un consorcio chino. Es un mega proyecto, parte de las aspiraciones de Nicaragua de los últimos cinco siglos, particularmente en el siglo XIX fue una constante en la vida política, económica e internacional de Nicaragua y a principios del siglo XX la decisión se decantó a favor de Panamá. Ha sido tema recurrente, Nicaragua, por su posición geopolítica: el Gran Lago, el río san Juan, el istmo de Rivas, siempre ha permitido plantear esa posibilidad; se interesaron los ingleses, los norteamericanos e incluso los japoneses. Esta nueva ley es la concesión de un proyecto importante que tuvo insuficiente consenso, y empezó a generar, en particular en la franja geográfica afectada y el eco promovido a nivel nacional, un movimiento anticanal que fue reproduciendo un discurso de protección al medio ambiente, ecológico, pero también de desinformación, frente a la posibilidad de algo que era anteproyecto, que generó desconfianza y manipuló de manera mal intencionada. Esa fecha es junio 2013. No prestar atención a esa inconformidad debería ponernos a reflexionar, se vincula a lo que después ocurrió.

 

  1. Un Cisne Negro

 

A diciembre de 2017, cuando se realizaron los juegos centroamericanos, y miles de atletas y turistas de Centroamérica estuvieron en el país, fueron inaugurados importantes, inmensos y modernos centros deportivos, el nuevo estadio nacional de béisbol, la piscina olímpica, el polideportivo, diferentes complejos deportivos cerca del parque Luis Alfonso Velásquez. La presencia de los deportistas extranjeros, y de las federaciones del comité olímpico centroamericano, fue espectacular. Hubo eventos impresionantes, el ambiente era realmente de fiesta, la seguridad y confianza prevalecía.

 

Las condiciones económicas, a concluir el año: Nicaragua tenía crecimiento económico, por lo menos, durante los últimos 10 años había sido sostenido. La afiliación a la seguridad social había subido, la recaudación tributaria era buena, la estabilidad macroeconómica excelente, la inversión pública, privada y extranjera era creciente, el incremento de turistas era importante: algunos sectores tenían crecimiento extraordinarios como los sectores de turismo y construcción, había empresas nuevas que surgían, pequeños negocios que abrían, la infraestructura urbana había mejorado mucho: se crearon y remodelaron parques, lugares de recreación, escenarios que recuperaban la identidad nacional y recuperaban la posibilidad turística de Managua, por ejemplo, de cara al lago, como el parque Salvador Allende, el paseo Xolotlán, la avenida de Chávez a Bolívar, se habían convertido en escenarios atractivos e interesantes. Una ciudad iluminada y mejorada, las capitales de los departamentos también cambiaban su rostro. En ese escenario, económico, político, social, turístico, de seguridad, etc., era imposible que alguien pudiera pronosticar la posibilidad de una tragedia o de una situación de confrontación tan dramática como la registrada entre abril y junio de 2018.

 

Hoy, un año después, podríamos decir que hubo elementos a considerar y valorar, pero en aquel momento, la verdad es que organismos internacionales y nacionales, datos oficiales y no oficiales, Fondo Monetario, Banco Mundial, Banco Centroamericano de Integración Económica, secretaría del SICA, ONU, OEA, cualquier organismo formal, no tenía elementos para pronosticar un desenlace adverso ni la situación de violencia ocurrida.

 

Ante esos hechos, he utilizado un concepto a manera de metáfora, para representar como “cisne negro” lo que sucedido, es decir, es un hecho improbable, estadísticamente imposible de pronosticar, que sucedió de manera repentina y provocó gran impacto en la sociedad nicaragüense, en todos los ámbitos, por lo tanto, alguien podría decir que habían grupos que se estaban preparando para hacer acciones violentas y derrocar al gobierno, si pero, una cosa es que alguien vaya pensando hacerlo y en un intento, un segundo intento, o tercer intento, trate de provocar o desencadenar el conflicto de tal magnitud, y otra cosa es que ese conflicto avance, prospere, y desemboque en lo que desembocó. En cierto momento la provocación funcionó. Eso fue totalmente impredecible. Hoy, un año después, podemos ver algunos matices previos del problema, podríamos especular sobre los pronósticos desde el pasado.

 

  1. No ajeno a crisis geopolítica

 

Adicionalmente menciono dos elementos de carácter internacional, uno de ellos es que la crisis de Nicaragua, no es ajena a la crisis geopolítica regional, y particularmente, de un socio económico y político importante de Nicaragua: Venezuela. La relación con Venezuela, le generó a Nicaragua, en términos económicos y políticos, importantes beneficios públicos y al sector privado: exportaciones de carne, el combustible, eso también se convirtió en inversiones sociales, porque los beneficios y las utilidades del petróleo, creo que se trasladan para la construcción de parques, escuelas, casas para el pueblo, etc., eso mejoró el nivel de vida de la población y la atención a grupos vulnerables.

 

Hay, por el crecimiento económico, reducción de la pobreza extrema, aumento en el nivel de empleo, y mejoría en general del desarrollo humano de los nicaragüenses, eso es evidente, ahí están las cifras hasta diciembre de 2017. Pero, el deterioro en Venezuela, reduce la capacidad de apoyar económicamente a Nicaragua, y por lo tanto, reduce las exportaciones y los beneficios económicos del sector privado, de la cúpula empresarial, por lo tanto, comienza a sentir que se beneficia poco, o ese beneficio se extingue. Este es un factor que es imposible obviar.

 

  1. Estados Unidos: influencia e intereses

 

Otro elemento ineludible de carácter internacional: Estados Unidos. Asumió un gobierno republicadno nuevo (2016), el controversial empresario Donald Trump, en la misma línea histórica de la política norteamericana de injerencia y para preservar sus intereses, pero que tiene una característica particular: impone un estilo que parece “improvisado”, provocativo, agresivo, confrontativo, que tiene consecuencias en la situación política nicaragüense, dado que el gobierno nacional es de izquierda y plantea un discurso y práctica independiente que no es del agrado  del poder norteamericano y no coincide con el diseño de su modelo político.

 

La administración actual de EU sume una posición dura, ha generado conflicto con los inmigrantes, con la población que se mueve a Estados Unidos, insiste en construir el muro en la frontera con México, tensiona sus relaciones con América Latina y con otros países del mundo al romperse la unipolaridad y perder espacio en el ámbito económico y comercial mundial frente al vertiginoso crecimiento de China y otros. Exige, como siempre, posiciones de sumisión política y económica de los vecinos del Continente, en el marco de la vieja Doctrina Monroe.

 

Por otro lado, notamos que existe una tendencia global, hay un revés, un retroceso de los gobiernos de izquierda, que básicamente se caracterizan por enfatizar o priorizar los beneficios sociales a las poblaciones vulnerables, y hay un predominio de grupos políticos de extrema derecha, que fortalecen el poder económico de los grandes capitales, y de las grandes oligarquías tradicionales; sucede en Europa particularmente, y en América Latina: hay un revés político de Brasil, Ecuador y Argentina, por mencionar algunos.

 

Finalmente:

 

Todo este escenario internacional, sumado al escenario interno, con los conflictos internos, los intereses exógenos, y las tendencias de la comunicación virtual, creo que desembocaron en esta dramática situación inesperada.

 

Creo que los nicaragüenses tenemos la oportunidad de aprender de la crisis, y transformarla en una oportunidad extraordinaria para aprovechar nuestro gran potencial de recursos naturales, nuestro potencial humano y cultural.

 

Nicaragua tiene la ventaja de tener la mayor extensión territorial de Centroamérica, abundante belleza natural, personas hospitalarias, los nicaragüenses somos reconocidos por ser afables, amistosos, por tener un carácter que a los extranjeros y a los visitantes les agrada, y eso creo que podría ser un potencial de crecimiento interesante.

 

El territorio nacional está lleno de variadas riquezas naturales, tenemos abundante agua (dos grandes lagos), tenemos bosques todavía, las ciudades, Managua se renueva, es una ciudad verde, con muchos árboles: esas ventajas no la tienen muchas ciudades de América Latina, y el mundo; León y Granada, con gran tradición colonial e histórica. Tenemos de privilegio la naturaleza, “El paraíso de Mahoma”, dijeron los cronistas en el siglo XVI.

 

Estoy convencido que, si los nicaragüenses nos entendemos, podemos conversar y encontrar soluciones sensatas, responsables y sostenibles, no pensando en el corto plazo ni en beneficio particular ni externo, sino en el mediano y largo plazo, por el bienestar común, para una auténtica solución nacional, sin injerencias contaminantes, sin dudas, Nicaragua tendrá la oportunidad de ser un país con prosperidad sostenible, y ofrecer prosperidad a todos los nicaragüenses.

 

 

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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