Panamá y puntos de inflexión: encrucijadas de Rubén Darío
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Panamá y puntos de inflexión: encrucijadas de Rubén Darío

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January 30, 2021

Roma, 18 de enero de 2021

Panel virtual para Panamá, en el 154 aniversario del nacimiento de Rubén Darío.

Academia Panameña de la Lengua y Embajada de Nicaragua en Panamá.

Dr. Arístides Royo Sánchez, presidente de la Academia Panameña de la Lengua,

ministro para Asuntos del Canal de Panamá y ex presidente de la República de Panamá.

Estimados amigos y colegas profesor y escritores Rafael Ruilloba y Harlan Olivas.

Estimados amigo y colega compañero Marvin Ortega, embajador de Nicaragua en Panamá.

 

Amigos y amigas panameños, nicaragüenses, centroamericanos, hispanoamericanos de la Patria común de la Lengua Patria quiero agradecerles la invitación y la oportunidad que me han dado de comunicarme y compartir estos puntos de vistas sobre Rubén Darío en ocasión de celebrar hoy 18 de enero, el aniversario 154 aniversario de su natalicio, circunstancialmente ocurrido en la humilde Metapa nicaragüense en 1867. Compartiré algunos breves comentarios sobre este poeta indispensable, Prócer de la Independencia Cultural de Hispanoamérica. He titulado esta conferencia a través de este espacio virtual por le está llegando a ustedes: Panamá y punto de inflexión: encrucijadas de Rubén Darío.

Comenzaré señalando seis comentarios previos para concluir con lo que considero son los tres puntos de inflexión claves en el emprendimiento modernista de esto poeta, escritor y prosista de la literatura española, Rubén Darío.

En primer lugar, decir lo que es obvio, que ustedes saben perfectamente, y es que Panamá es un Istmo, un canal y un lugar de tránsito, un lugar de paso y de unión, un punto de conexión indispensable. Era, cuando Darío conoció Panamá, por primera vez en 1886, cuando iba de paso para Chile, un departamento de la Gran Colombia y después, en 1903, una república independiente a la que Darío se refirió como “la benjamina de Hispanoamérica”. Pasó por Panamá unas ocho veces y permaneció allí trece semanas aproximadamente. La mayor parte del tiempo de estadía fue en los años de 1892 y 1893.

Segundo comentario: por Panamá pasó por primera vez, como decía antes, cuando iba a Valparaíso, Chile, en 1886 y después, por segunda vez (1889), cuando regresó para Nicaragua después de publicar Azul… en 1888, con lo que inauguraba un movimiento que le iba a traer, como él dice: “grandes satisfacciones”. Aquel movimiento modernista iniciado con Azul…, provocó elogios y críticas, trajo muchos triunfos y múltiples señalamientos. Tres años después, tuvo la oportunidad de volver a pasar por Panamá cuando fue designado por el gobierno de Nicaragua como parte de la delegación que participaría en la celebración del cuarto Centenario del Descubrimiento de América en 1892 y en aquel momento, el joven de 25 años, quizás por ingenuidad, con su capacidad extraordinaria de observador, percibió, en el entorno de Panamá, decadencia, destrucción, suciedad y abandono, porque el proyecto de la construcción del canal de Panamá, que había iniciado la empresa francesa de Ferdinand de Lesseps, había fracasado y entonces en la ciudad deambulan desempleados, hay maquinarias estacionadas, movimiento de tierra y suciedad, esa fue la percepción que tuvo Darío, quien, con mucha franqueza, lo expresó por escrito en una publicación. Señaló lo que observaba y siguió su viaje para España. Sin embargo, aquel comentario del joven poeta dejó inquietudes y malestares en los lectores y en la intelectualidad panameña, que vieron un atrevimiento osado del muchacho al señalar los defectos de la ciudad en decadencia producto de aquel primer proyecto fracasando.  Darío, estando en España, pensó no regresar por esa ruta, pero no era fácil evadir ese tránsito obligado y volvió por Panamá a fines de 1892. Decidió quedarse en la ciudad, pasó la navidad y el fin del año de 1892 y, a sugerencia de su amigo escritor Darío Herrera, publicó algunas piezas extraordinarias en prosa que conquistaron el corazón de los panameños. Permaneció ahí los primeros días de 1893. Algunos escritos que fueron recogido en El Cronista, en diciembre de 1892, son piezas en extraordinaria prosa. Publicó Santa Claus en Panamá y Croquis de Panamá, entre otras. En abril de 1893: Sanguina, La marea, A una bogotana y otros artículos como Centroamérica. Durante estos años profundizó su amistad, entre otros, con Darío Herrera, Ricardo Miró y Guillermo Andreve, políticos e intelectuales, relaciones que, a pesar de la distancia, permanecieron durante toda su vida y, aquella generación reconoció en el joven escritor su liderazgo literario con aprecio y afecto.

Tercer comentario: Darío volvió a pasar por Panamá cuando iba a su tierra natal después de casi 15 años de ausencia, en 1907, y 1908 cuando retornaba a Europa después de permanecer varios meses en Nicaragua, recuperando el vínculo afectivo por la patria y la patria recuperando al poeta errante que estaba fuera. Aquel recibimiento apoteósico entusiasmó tanto Darío que produjo el libro El viaje a Nicaragua e intermedio tropical, prosas y poemas. Panamá volvió a ser su ruta de tránsito para ir a Nicaragua y para regresar a Europa después del providencial reencuentro con sus orígenes y con los nicaragüenses.

Aquel Darío, aquel poeta errante, ya era un poeta universal, pero dual: universal y local, era cosmopolita y local, es decir era Félix Rubén García Sarmiento y Rubén Darío, el hombre y el genio, en esa dualidad inseparable, como dos caras de la misma moneda, entre lo divino y lo humano, entre la simplicidad y la grandeza, entre la fragilidad cotidiana y la solidez creativa, es el Darío que viaja y pasa por Panamá.

Un cuarto comentario. Panamá es también un lugar de destino que sigue siendo puente del mundo es, podríamos decir, punto de inflexión ineludible de todo viajero que va o viene de un lugar a otro y Darío es un viajero que utilizó Panamá para pasar   y seguir unas ocho veces al menos, encontró en el punto de tránsito y un lugar de unión entre un destino y otro. Fueron momentos de inflexión en cada circunstancia importante de su vida, en el recorrido del camino emprendido.

Rubén Darío tuvo en el inicio, en el establecimiento de su proceso innovador, tres puntos de inflexión claves, tres “tránsitos por el Panamá de su vida”, tres momentos en los que se pudo determinar el rumbo que iba asumir y el que iba a dejar, son encrucijadas de la vida, son  momentos o circunstancias donde uno decide asumir un rumbo y dejar otro, y “Panamá” es un lugar físico pero también “Panamá” puede ser una metáfora, un espacio y un momento de inflexión, y “los panamá” de la vida de Darío no solo fueron aquellos momentos en los que pasó por la ciudad en el transito físico para moverse de un lugar a otro, sino aquellos “Panamá” que fueron punto de inflexión en su trayectoria literaria, en su vida de hombre y de creador.

Sexto comentario: Muchos autores y críticos, en particular el escritor mexicano Octavio Paz quien publicó un ensayo extraordinario con el título “El caracol y la sirena” en 1964, reconocen que él es el líder indiscutible del movimiento modernista y que la corriente literaria se impuso entre 1888, precisamente con la publicación de Azul… y más o menos 1910, en ese rango de más de dos décadas, reina como líder modernista, pionero de las letras hispanoamericanas que impuso una reforma de gran impacto, de tal forma que Darío es un emprendedor de éxito, pionero, líder indiscutible, referente ineludible del modernismo literario. La reforma de los modernistas hispanoamericanos consiste, en primer lugar, en apropiarse y asimilar la poesía moderna europea. Su modelo inmediato fue la poesía francesa no solo porque era la más accesible, sino porque veía en ella, con razón, la expresión más exigente, audaz y completa, de las tendencias de la época y continúa afirmando Paz, Rubén Darío, es el punto de unión entre ambos momentos. Es la primera expresión realmente independiente de la literatura Hispanoamérica. Continua Octavio Paz comentando, “no es únicamente el más amplio y rico de los poetas modernistas es uno de nuestros grandes poetas es el origen”. Finalmente, Octavio Paz reconoce que “el contacto con otros hispanoamericanos perdidos como nosotros en las grandes urbes modernas nos hace redescubrir inmediatamente una identidad que rebasa las artificiales fronteras actuales impuestas por la combinación del poder extraño y la opresión interna. La generación de Darío fue la primera en tener en cuenta esta situación y muchos de los escritores y poetas modernistas hicieron apasionadas defensa de nuestra civilización”.

Una conclusión fundamental es que Darío es el líder modernista y el modernismo se impuso en la lengua española desde Hispanoamérica, es una revolución literaria. A partir de estos puntos previos enuncio tres momentos claves de inflexión “en el Panamá de la vida”, en el camino recorrido.

En primer lugar: León – Managua – San Salvador son las fuentes que sembraron la semilla para concebir el modernismo literario en Rubén Darío.

El niño y el joven Félix Rubén García Sarmiento y Rubén Darío, en esta dualidad inseparable de dos nombres distintos y una sola persona, él hombre común y el otro el genio literario, aquí ¿cuál fue el Panamá? ¿cuál fue el punto de inflexión? Darío estaba en León de Nicaragua, era un estudiante de secundaria irregular, decidió romper con el sistema educativo. Decidió quitarse la camisa de fuerza del sistema educativo, impedir que el sistema lo absorbiera y lo moldear, que las condiciones académicas y culturales prevalecientes en su entorno colonial lo capturaron, no quiso dejarse atrapar, conoció, aprendió, pero no se cortó las alas, aprendió a alzar el vuelo y a volar sin ataduras, es la única forma de crear e innovar. No se sometió el sistema educativo, no se sometió a las academias, no se conformó con los esquema literarios prevalecientes, aprendió a escuchar y siguió escuchando siempre, aprendió a leer y fue un lector incansable y diverso, recurrió a la tertulilla de León, a la tertulilla de Managua y San Salvador en donde encontró a Francisco Gaviria como el principal espacio de aprendizaje y no el aula de clase ni el sistema formal, cuestionó el sistema porque se salió de él, no pudo ser sometido a la camisa de fuerza del modelo vigente ni de las reglas y normas vigentes, ni de los paradigmas, rompió los paradigmas, y ahí fue el punto de inflexión. Preguntémonos qué hubiera pasado si Darío se queda en León de Nicaragua y continúa en el sistema educativo, se bachiller, quizás se incluye y matricula en la Universidad de León de aquel entonces, quizás estudia derecho y se vuelve un profesor destacado. Hubiera pasado que hoy Darío no existiría, hubiera sido un anonimato perdido en el tiempo, un profesor destacado registrado en alguna referencia tangencial, quizás un poeta de tercera categoría, no un innovador, quizás un académico, un maestro o un funcionario, pero nada más. Darío rompió el esquema y ese es un punto de inflexión, “es un Panamá de su vida” dejar todo atrás, no bachiller, renunciar a los esquemas prevalecientes y asumir un rumbo distinto, es el punto de inflexión número uno para el proceso de crear y concebir la semilla del modernismo que logra cimentarse en las emociones y en la mente de Rubén Darío en tres ciudades claves: Managua, León y San Salvador.

Segundo punto de inflexión: Concluye esta primera etapa de San Salvador, ya Darío tiene la semilla modernista, ha percibido la necesidad de renovación de la lengua, tiene una visión modernistas, tiene la inquietud modernista, descubrió la bonanza del verso alejandrino francés que no existe en el español, comprendió los temas que hay que buscar, comprendió que necesita otro aires para respirar, entonces quiere ir a Estados Unido, piensa quizás en España, quiere viajar a otro lugar, sabe que su espacio es limitado en Nicaragua, incluso en Centroamérica, no hay suficiente aire para volar y expandirse. Encuentra providencialmente a un intelectual y político salvadoreño, Juan José Cañas y, ante la inquietud del joven, le dice “no, tenés que ir a Chile, debés ir a Chile”. No tengo dinero, dice Darío, no importa, “aunque sea a nado, tienes que ir a Chile”. Ahí viene la segunda decisión clave, ir a Chile, no a otro lado. Tiene un valor fundamental porque es Hispanoamérica. Darío necesita sembrar la semilla que tiene en él, necesita verla florecer y germinar en Hispanoamérica, sólida de entusiasmo, con sangre hispánica, porque la semilla aun no ha germinado, está sembrada en León, Managua y San Salvador, está lista para germinar, necesita un poco de agua, quizás un poco de sol, algunos aires hispanoamericanos que alimenten el retoño que va a nacer.

Darío va a Valparaíso, Chile, y pasa por Panamá, el Panamá físico pero también “el Panamá de su punto de inflexión”, y aquí diremos ¿qué hubiera pasado si Darío regresa a Nicaragua y se queda en Nicaragua y se acomoda, se casa, tiene hijos y se dedica a la familia? o se queda en el Salvador, simplemente y si viaja a Estados Unidos y el mundo anglosajón lo absorbe y quizás lo anula, si se va directo a España cuando todavía era prematuro el proceso, inacabado, cuando no había germinado la plantita y solo estaba sembrada la semilla, quizás no hubiera sido Darío, no hubiera venido la reforma de aquí, de Hispanoamérica para España y para el mundo español, pero Darío asumió la decisión, se fue para Chile. En Chile, en 1888, nació Azul… y después inició un camino largo, sin retroceso, de profundas satisfacciones, Azul… despertó inquietudes y críticas, esperanzas, fuerza y visión de eternidad, despertó y floreció en Chile, en Hispanoamérica.

Después el tercer punto de inflexión. El tercer momento clave en la decisión rubendariana, “el tercer Panamá de la vida de Darío”, que no es el Panamá físico solamente, es Panamá de la gran decisión de la vida, el punto de tránsito, el puente de unión entre algo y otro, entre ir y venir, el Panamá de la existencia de las grandes decisiones, el punto de inflexión, cuando Darío tiene Azul… ya la plantita germinó, pero la plantita es pequeña, apenas han brotado sus primera hojas, esa plantita necesita crecer y alimentarse en suelo hispanoamericano, florecer y dar fruto. Darío regresa y vuelve a pasar por Panamá, regresa Centroamérica y ocurre otra providencial circunstancia.

Buenos Aires, cosmopolita, Buenos Aires, Hispanoamérica, donde había efervescencia creativa, literaria y cultural, un espacio propicio para que la pequeña planta que había florecido en Chile, que había sido sembrada la semilla en León, Managua, San Salvador, pudiera crecer y comenzara a dar frutos. Ocurre la providencial circunstancia que el presidente Núñez de Colombia, en Cartagena de Indias, le ofrece la posibilidad de ser nombrado cónsul de Colombia en Buenos Aires. Darío acepta la oportunidad, fue a Buenos Aires.  Para ese viaje  volvió a pasar por Panamá y pasó por Nueva York donde encontró a José Martí,  siguió alimentando la chispa hispanoamericanista, el aliento breve que Martí le dijo: “hijo”, lo estigmatiza como sucesor o pionero, quizás identifica las aureolas que comenzaban a florecer en el esplendor dariano, ya había sembrada la semilla modernista y comenzaba a florecer la planta modernista en Hispanoamérica, aquí, en esta región necesitaba crecer, y aunque pasó por España, se quedó en Buenos Aires, la segunda patria dice Darío, la patria intelectual, y desde el ambiente de Bueno Aires, salió Los raros y Prosas profanas, comenzó la plataforma para consolidar e imponer, desde Hispanoamérica, el movimiento que después se expandió a España.

Después de Buenos Aires, viene lo demás, pero no antes de Buenos Aires, después de León, Managua y San Salvador, cuando siembra la semilla, hay un punto de inflexión que lo lleva a Chile. En Chile florece la primera planta modernista, esta pequeña planta es incipiente; después de Chile, Buenos Aires, Argentina, ahí comienza a ser cosmopolita, y a ser sólida y frondosa, a creer y florecer, se levanta una ola inmensa que arrasa América Latina y llega a España, y después Darío llega España, a fines del siglo XIX, a principio del XX, va a París y a Europa, ya es una realidad impuesta, ha crecido imponente y frondoso el árbol modernista.

Estas son tres circunstancias providenciales, tres momentos claves en la decisión de Darío. La primera romper con el esquema educativo, zafarse las ataduras del sistema académico y literario para innovar, no hay otra forma de hacerlo. Segundo, decidir ir a Chile y allí permitir que floreciera la planta inicial del modernismo, segundo punto de inflexión clave. Y tercero: Buenos Aires, para que esta planta se convirtiera en arbusto, se fortaleciera e hiciera cosmopolita, para invadir Hispanoamérica y conquistar España. Estas tres circunstancias providenciales permitieron que el modernismo saliera de Hispanoamérica y que Hispanoamérica entrara en la modernidad literaria con voz propia, e imponer, desde aquí, en sentido en inverso, la conquista de España y del español, a partir de la innovación y el refrescamiento del idioma que nos une.

Muchas gracias.

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2 Comments
  1. erotik

    February 15, 2021

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FRANCISCO JAVIER BAUTISTA LARA
Managua, Nicaragua

Comparto referencias de mis libros y escritos diversos sobre seguridad, policía, literatura, asuntos sociales y económicos, como contribución a la sociedad. La primera versión de esta web fue obsequio de mi querido hijo Juan José Bautista De León en 2006. Él se anticipó a mí y partió el 1 de enero de 2016. Trataré de conservar con amor, y en su memoria, este espacio, porque fue parte de su dedicación profesional y muestra de afecto. Le agradezco su interés y apoyo en ayudarme a compartir.

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