Managua, 21.6.2021
Viajando en el asiento de la orilla de la ventana disfruto el fresco aire matutino que se filtra, sostengo en la mano una divertida novela que leo “Todo esta iluminado” –de un autor judío norteamericano-, sobre mis piernas, la mochila, y encima , la edición de bolsillo de Rostros ocultos que dejaré en el asiento al bajar. Alguien sube, se queda al lado. Levanto la vista. Es una joven delgada, morena, de rasgos finos, de quien apenas distingo la parte superior de la cara. Usa mascarilla por la incierta pandemia prevención y miedo que nos perturba, un velo cubre su cabeza y la toca blanca rodea su rostro, lleva hábito rojo de mangas largas.
Me atrevo a hablarle: Hola, buen día ¿de cuál institución religiosa sos? Algo desconfiada, me vuelve a ver; después del brevísimo silencio, responde: de las Siervas del Divino Rostro . ¡Ah! Conocí a la fundadora y superiora, a la madre Teresa Ortez. –Queda atenta, quizás incrédula-. A fines de la década del noventa, cuando fui director de la Academia de Policía, veníamos al Crucero con los estudiantes a hacer trabajo social para apoyar al hogar que acogía a niños y niñas. Una vez me regaló unos pañuelos con mi nombre bordado por una religiosa. Después de veintitrés años, aún conservo uno.
¿Fue usted policía? –Pregunta doblemente sorprendida- ¿En realidad la conoció? Ella nos fundó en 1989, era originaria de Nueva Segovia. En 1993 instaló el centro aquí.
Trabajé en la policía desde su inicio, durante más de 25 años ¿Qué edad tenés? 21 –dice-, inicié a los 15. Mi familia es de Matagalpa. ¡Estabas muy joven! ¿Qué dijeron tus padres? ¿Dejaste a un novio adolorido? ¿Seguirás?
-Ella ríe y se sonroja-. Mis padres me apoyan, al principio sorprendidos. Tuve un noviazgo infantil que pasó sin consecuencias. Seguiré, si Dios quiere. En octubre renuevo los votos temporales por dos años más. Después vendrán los perpetuos.
¿Como te llamas?
Sor Hipólita.
¡Hermana Hipólita! Poco común ¿Sabes que es el nombre de un obispo, escritor y mártir de la iglesia cristiana primitiva del siglo III en Roma?
Si -dice-, algo he sabido.
Te cuento, el 12 de octubre próximo, coincidente con tus próximos votos religiosos, cumpliré un año de haber encontrado al Papa Francisco.
¡¡¿Si?!! –Cuestiona, otra vez sorprendida- ¿Usted ha viajado mucho?
-Parece que no cree. ¡Este debe ser un charlatán! Creo que podría pensar. Busco unas fotos guardadas en el teléfono. Se las muestro. Ve admirada las imágenes: ¡con el Santo Padre! ¡Qué dicha!
Así es –no le comento que fui un efímero embajador ante la Santa Sede-.
¿Para dónde vas?
Voy a clases. Estudio los sábados el cuarto año de secundaria, -o el décimo grado se dice ahora- en un instituto público.
¡Que bueno! ¿Cómo te va? ¿Y las relaciones con los compañeros ?, me imagino debe haber necios y bromistas.
Voy bien, me tratan bien. Participo en las actividades escolares y me divierto. Trato de comprender a los compañeros según la realidad de cada uno.
¿Te gusta leer?
Si. Quiero aprender. –Así lo percibo en ella-
Te regalo esta novela. La iba a dejar aquí, pero mejor, si es de tu interés, te la llevás vos.
Ella ve la portada, lee la contraportada, hojea el texto, lee la dedicatoria: “Al lector que encuentre este libro. Saludos. Del autor … ”.
¿Usted lo escribió? !! –Por tercera vez está algo incrédula-.
Sí, soy escritor. Es una edición fácil de llevar y leer, para la gente que viaja en bus, sobre gente de buses en la cotidianidad de lo común.
¡Claro, lo leeré! ¿Usted viajando en bus? ¿Es fácil escribir?
Aquí vamos, disfrutando el viaje y la conversación con vos. Todo tiene un esfuerzo y un costo personal, emocional y económico, dificultades y satisfacciones no faltarán. Si a uno le gusta algo, lo hará con pasión, es una vocación, una manera de vivir para servir y compartir.
Quisiera escribir sobre mi propósito de vida. Como religiosa debo hacerlo. No sé cómo comenzar.
He dado algunas charlas para la creación literaria, sobre leer y escribir. Podes ver en el canal de YouTube: franciscobautista.com quizás te sea útil.
Creo que me servirá, se lo agradezco.
¿Querés esta estampita ?, puede ser como separador de páginas. -Mira la imagen-. Le explico: Es cuando la visita del Papa a la cripta de San Francisco en Asís, fue cuando firmó la encíclica Fratelli tutti , el 4 de octubre de 2020.
¡Si! Leí sobre eso … / …
El tiempo juntos se ha ido. ¿Puedo contar algo de esto para las redes sociales e incluir la foto que nos tomamos?
Asienta. Aunque dice que no tiene Facebook.
Llegó el momento de bajar. Todo pasa, somos pasajeros … Ella seguirá un poco más. Cada quien continúa su rumbo. Fuimos compañeros de tránsito en el bus, es como la metáfora de la vida, a veces vamos con unos y otras veces con otros, nos acompañamos, -a veces indiferentes y sin percatarnos del otro-, en un tramo del camino, unos bajan, otros suben, otros quedan para seguir … Es posible que no volvamos a coincidir. ¿Quién sabe? Después de unos días de este pasajero encuentro de conversación perdurable vendrá el olvido y quedará, quizás, lo esencial.
Ella conserva, en su temprana juventud, una expresión sencilla y limpia, diré que “no ha perdido la inocencia ni la capacidad de sorprenderse” frente a las pertinencias e inciertas circunstancias de la existencia, los conflictos internos y de la convivencia humana que, en el recorrido que nos toca y / o escogemos, pueden llevarnos a perder la esperanza, desperdiciar la riqueza de existir y dejar de lado el valor privilegiado de la simplicidad. Apenas inicia el rumbo que parece ha elegido.
Que sea feliz en el servicio, en la comunidad, la fraternidad y en el silencio …
Así esperamos.