Veinte circunstancias claves en Rubén Darío
A 110 años del retorno de Rubén Darío a Centroamérica
(Guatemala, 20.04.1915) hacia el cementerio de su tierra natal.
En memoria al Papa Francisco, profesor de literatura,
conocedor de Darío, de la segunda patria del autor de Azul…
En la vida de Félix Rubén García Sarmiento que transcurrió durante cuarenta y nueve años (49) y dieciocho días (18), desde el viernes 18 de enero de 1867 hasta el domingo 6 de febrero de 1916, hubo unas veinte encrucijadas/circunstancias claves en las que tomó, consciente o inconsciente, por sí mismo o por decisión de otros, un rumbo que determinó las consecuencias de lo que llegó a ser. La penúltima circunstancia fue la que lo trajo a Guatemala en donde arribó el 20 de abril de 1915 y la última fue dirigirse a Nicaragua para quedar en el “cementerio de su tierra natal”; desembarcó en Corinto el 26 de noviembre de 1915.
Un refrán dice: “En la vida no hay premios ni castigos, solo consecuencias”, “cada quien es dueño de su propio miedo”, cada decisión que se toma o se deja, se pospone u olvida, enrumba la vida en determinada dirección. Son hechos o acontecimientos fundamentales, en el relativo y limitado “libre albedrío” para hacer las cosas de una u otra forma, a dejar de hacer, dejarse llevar o pasar.
Darío vino y vivió una época y lugar concreto, transcurrió en un contexto, tiene un origen y una herencia genética, social y cultural, asumió y emprendió el camino cuyos resultados son un monumental legado. De ese tiempo y entorno, se remontó de las adversidades. Estuvo en el momento apropiado para, desde las inquietudes y propósitos que se cultivaron desde niño, emprender con persistencia, sacrificio y éxito, la conquista de la literatura, imponiéndose como líder del modernismo para trascender como clásico de la literatura universal y prócer de independencia cultural.
Clasificamos en tres (3) grupos las circunstancias/encrucijadas en las que en cada una se bifurcó el camino a seguir. En el primero hay cuatro (4): aquellas en las que la decisión fue impuesta, tomada por otros, ocurrió en los primeros tres años de vida. En el segundo son doce (12): las que asumió con distinto nivel de conciencia y que, motivado por el entorno, comprometido con su visión y atraído por sus inclinaciones, emprendió desde la infancia hasta 1913. En el tercer grupo enumeramos cuatro (4) circunstancias/encrucijadas que llevaron a las decisiones de la etapa final en su decadencia física, creativa y emocional después de percatarse del triunfo logrado y del deber cumplido, fue desde el inicio de la Gran Guerra Europea en julio 1914, hasta su deceso veinte (20) meses después.
I.- Circunstancias-encrucijadas dadas o asumidas por otros:
1.- Nacer de los padres que tuvo en el lugar y época que le tocó después de un traumático viaje de 80 kilómetros desde León en carreta de bueyes, a través de pedregosos y polvosos caminos azotados por los vientos para ver la tenue luz en Metapa, después de nueve meses tormentosos de embarazo de Rosa Sarmiento, trasladando miedos, resentimientos e inseguridades al recién nacido. Los primeros días, en el misterio providencial de la existencia humana, el niño se debatió entre la vida y la muerte y una voluntad desconocida lo empujó a sobrevivir pudiendo haberse resignado a la muerte frente a las conflictivas circunstancias que le rodeaban.
2.- Pudieron dejarlo en Metapa o en Olominapa adonde lo llevó su madre, pero, antes de cumplir cuarenta días, su tío el coronel Félix Ramírez Madregil, esposo de doña Bernarda, lo trajo junto a su progenitora para León en donde fue bautizado en la capilla del Sagrario de la catedral el 3 de marzo de 1867. Son dos inicios posibles en la existencia del niño. ¿Qué rumbo hubiera sido si el niño quedaba en aquella zona rural de Matagalpa?
3.- Rosa, ante el fracaso de la relación con Manuel García que le duplicaba la edad, decide, salir con el niño de León para San Marcos de Colón con Juan Benito Soriano, hondureño. Los primeros recuerdos de Darío son en una finca en Honduras (Las Lajas) cercana a la frontera de Nicaragua. Unos meses después Félix Ramírez lo trajo de regreso a León. El recuerdo de la madre se perdió en la memoria del niño. Quedó en la antigua sede de la diócesis de Nicaragua y Costa Rica, capital colonial, ahora centro universitario de predominio liberal y efervescencia cultural.
4.- Quedó en la casa de las cuatro esquinas bajo cuidado de los tíos abuelos a quienes considera sus padres. Su abuela fue su referente de vínculo y afecto familiar. La niñez y adolescencia transcurren en esa dinámica urbana que es una mezcla histórica, política, cultural y religiosa, acogido en una familia de pensamiento liberal, progresista, unionista y clerical, que influye en su aprendizaje e inclinaciones. ¿Qué hubiera pasado si el niño se quedaba en San Marcos de Colón, en la apartada hacienda hondureña bajo cuidado de Rosa y Juan Benito? Aquella decisión trajo consecuencias determinantes en el rumbo de la vida del niño.
II.- Circunstancias y encrucijadas que asumió:
5.- En la casa de León, todas las noches había una tertulia en la que asistían diversos personajes. Hablaban de política, historia, poesía, libros, de revolución, del unionismo, de la recién concluida Guerra Nacional de Centro América (1856-57). Rubén cuenta que se quedaba en aquella tertulia en el regazo de la abuela hasta que los párpados se le caían. ¿Qué hacía un niño de unos 3 años allí? Seguro no opinaba, pero escuchaba y absorbía “con memoria de esponja”. Aquella práctica es determinante en el futuro del Darío, no sólo escuchó como instrumento constante de aprendizaje, sino también asumió un pensamiento político liberal, unionista y revolucionario, fueron sembrándose en su memoria motivaciones literarias claves para el rumbo que asumió. La decisión de quedarse en ese círculo fue asumida por curiosidad, como elemento principal en su búsqueda constante que lo llevó a leer, observar, viajar y descubrir. Se formó a partir de esta tertulia y todas las otras que integró (Managua, San Salvador, Valparaíso, Santiago de Chile, Buenos Aires, Madrid, Barcelona, París), como instancia de conversación y aprendizaje.
6.- Ajustarse al sistema educativo formal de la época o zafarse de él fue una opción ante la preocupación de la abuela que, ante el fracaso escolar pensó enviarlo a que aprendiera el oficio de sastre. Un expediente policial por el delito de vagancia le fue abierto en León por inasistencia a la escuela, aunque motivado por sus críticas políticas al gobierno conservador. El curioso joven lector que desde temprano escribía poemas, aprendía con celeridad sobre asuntos de su interés, se perfilaba como autodidacta que organizaba su aprendizaje. Una vez adquiridos los conocimientos de le interesaron, se resistió a someterse al sistema de educación formal y emprendió la búsqueda de lo que quería saber y hacer. ¿Qué hubiera pasado si continuaba el bachillerato? Quizás al someterse al modelo prevaleciente, hubiera continuado en la universidad y quizás destacaba como catedrático o escritor que, un siglo después, nadie hubiera recordado. Para innovar, para revolucionar la prosa y la poesía, tenía que romper esquemas prevalecientes y emprender su rumbo contra corriente. Sin someterse a los paradigmas vigentes decidió erigir otros.
7.- El grupo político liberal leones propuso enviar al joven a estudiar a Europa, sin embargo, la mayoría conservadora en el Congreso y el gobierno del presidente Joaquín Zavala, no aprobaron la beca por considerar que sus ideas anticlericales y liberales se exacerbarían. Aunque no fue una decisión que asumió Darío, frente a ella, antes que desanimarse, buscó opciones para continuar el camino de su propósito. ¿Qué hubiera pasado si Darío va a estudiar a Europa sin haber agotado su aprendizaje en Centro América, ni concluir la concepción modernista que gestó aquí? Seguramente otras serían las consecuencias.
8.- Viajar a Managua. Agotado el aprendizaje en León, tuvo la oportunidad de ir a Managua, capital de Nicaragua desde 1852. El espacio leonés limitaba sus aspiraciones en el mundo de la literatura. El trabajo en la recién formada Biblioteca Nacional en 1885 le permitió acceder a una amplia y actual colección de libros que leyó con avidez, se incorporó a la tertulia en Managua en la que interactuó con otros personajes de la vida política, académica y cultural lo que le amplió sus horizontes. Salir de la ciudad de su infancia fue una decisión que marcó el nuevo rumbo en su camino.
9.- El primer viaje fuera de Nicaragua para El Salvador (1882) fue pertinente para el propósito de su búsqueda. Encontró a Francisco Gavidia de quien percibió que en el español no estaba la musicalidad del verso alejandrino francés. Escribió el poema en el centenario de Bolívar y fue recibido por el presidente Zaldívar. La participación en la tertulia de San Salvador y la cercanía con Gavidia fueron fundamentales para completar la concepción modernista que desarrolló como líder del movimiento renovador. Si el destino de Darío era otro ¿hubiera percibido las luces de la concepción revolucionaria que atrajo a las generaciones literarias de su época? En 1890 en San Salvador contrajo matrimonio con Rafaela Contreras, de quien nació Rubén Darío Contreras, el primogénito que le sobrevivió.
10.- Ir a Chile, por sugerencia del diplomático salvadoreño Juan José Cañas, fue una decisión que asumió a pesar de las dificultades. Darío requería una plataforma apropiada para lanzar al mundo la concepción juvenil del modernismo que completó entre León, Managua y San Salvador. En Valparaíso presentó Azul…, libro de poesía y prosa con el que comenzó a ser conocido más allá de su país de origen. Fue percibido por el influyente académico y político chileno Eduardo de la Barra como novedad, la elaboración literaria del autor mostró la influencia francesa, había frescura en los versos y en la prosa, la innovación tomó lo clásico y lo viejo, presentó con ímpetu lo moderno y nuevo.
11.- Otra decisión importante fue ir a Argentina, su segunda patria. Encontró una acogida extraordinaria en las generaciones literarias y permaneció allí durante cinco años (1893 – 1898). Produjo para ese país algunos de sus más célebres poemas Canto a la Argentina, el más extenso, y Marcha Triunfal. Publicó Los raros y Prosas profanas. Argentina es el escenario que confirma el Modernismo, es la plataforma que asienta el arrastre de Darío en su tiempo los que, aunque lo acepten o rechacen, están obligados a conocerlo porque no pasará desapercibido.
12.- Publicó en La Nación de Buenos Aires desde febrero de 1889 hasta agosto de 1915 como un importante colaborador del reconocido diario argentino, fue el medio de publicación periódica de sus crónicas y poemas, y la fuente más estable de ingresos en su frágil economía. Durante casi veintiséis años fueron publicadas unas setecientas crónicas, también entre otros, El viaje a Nicaragua, Oda a la Argentina y La vida de Rubén Darío escrita por él mismo (Autobiografía, 1912).
13.- Viajar a España en 1898, después de la primera visita en 1892 al ser designado por Nicaragua para participar en la conmemoración del IV Centenario de Colón, fue una decisión necesaria para cerrar el ciclo de conquista del idioma e influir más allá de Latinoamérica. Su presencia en la decadente España, la relación con la Generación del 98, le permitió ser identificado como líder modernista por muchos reconocidos y nuevos académicos y literatos como Unamuno, Benavente, Machado, Jiménez. Conquistó España e impuso una nueva estética literaria convirtiéndose en precursor de independencia cultural. Era Latinoamérica conquistando España con voz propia desde la literatura y no a la inversa. En España conoció a Francisca Sánchez, la mujer con la que durante quince años pudo establecer una relación estable. De ella nació uno de los hijos que le sobrevivió: Rubén Darío Sánchez, “Güicho”.
14.- El viaje a Francia en ocasión de la Exposición Universal de París (1900) y su estadía allá le permitió conocer, desde el barrio Latino y la tertulia, el mundo del que escuchó hablar en su infancia, quizás por Máximo Jerez, amigo del tío Félix: Francia de la Revolución, Napoleón, la Comuna de París, la República, Victo Hugo, Verlaine y Mallarme… Esos contactos superaban los libros en la dinámica histórica y cultural del entorno, descubrió otros horizontes que lo hicieron más universal.
15.- Viajar a Europa, recorrer el viejo continente al que se había asomado a través de los libros lo llevó a escribir numerosas crónicas. Confirmó su carácter cosmopolita y dio madurez al movimiento modernista. Algunos libros que recogen sus crónicas son: Peregrinaciones (1900), Parisienses (1901), La caravana pasa (1902), Tierras Solares (1904) y España contemporánea (1907). En Madrid publicó Cantos de Vida y Esperanza. Los cisnes y otros poemas (1905).
16.- En 1907 Darío decidió regresar a Nicaragua después de quince años. El viaje fue el retorno del hijo pródigo como él dijo, la reconciliación con la patria, retornar a los viejos afectos y recuerdos de su niñez y adolescencia. En El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical (1908) reúne relatos y poemas que profundizan el sentimiento patriótico y preludian la autobiografía que publicará cuatro años después.
III.- Circunstancias y encrucijadas al final de su camino.
17.- Después de dictar y publicar su autobiografía en Buenos Aires, de la gira por América del Sur para promover las revistas Mundial y Elegancia con sede en París en las que era director literario, había alcanzado la cumbre, concluido el ciclo innovador de la poesía y la prosa, conocido la fama y recibido el reconocimiento de la época, regresó a París. En esas circunstancias personales estalló en julio de 1914 la Gran Guerra Europea, llamada Primera Guerra Mundial, cuya crisis llevó al cierre de las revistas, quedó sin empleo, los trabajadores se fueron a la guerra y tuvo que regresar aterrorizados por el conflicto a Barcelona. Aquí inició el principio del fin de Darío. Había quedado sin propósito para continuar, estaba angustiado por la falta de ingresos y por lo absurdo de la guerra.
18.- Tuvo la ilusión de emprender una campaña por la paz en Estados Unidos. Fue convencido de tal posibilidad y emprendió el viaje a Nueva York. Su salud se afectó por el invierno desde su llegada en noviembre de 1914. El estado de ánimo, la carencia económica y la pérdida de sentido agudizaban sus dolencias. Apenas pudo presentarse en una ocasión en la Universidad de Columbia con el poema Pax (04.02.1915). Percibiendo el fracaso de su misión, limitadas las opciones, pensó en regresar a Argentina, no quería ir a Nicaragua porque rechazaba al gobierno conservador de facto de Adolfo Diaz y sentía vergüenza por la ocupación militar norteamericana desde 1912.
19.- En esa incertidumbre fue invitado a Guatemala a través del amigo Máximo Soto Hall por el presidente Cabrera que se preparaba para una nueva reelección y a quien en alguna ocasión criticó por su posición hacia el presidente José Santos Zelaya. Ante las limitadas opciones aceptó. Permaneció en el país centroamericano entre abril y noviembre de 1915.
20.- Hubo intenciones para que pasara a Costa Rica o Argentina, ninguna prosperó. Fue persuadido por el arzobispo de Managua, Mons. José Antonio Lezcano de recibir a su esposa Rosario Emelina Murillo para que lo acompañara y lo trajera a Nicaragua. Ante el inminente fin de su vida, desanimado, con la esperanza de estar en el cementerio del querido León, regresó en noviembre de 1915 para fallecer tres meses después, en febrero de 1916. Si Darío no regresaba, su deceso hubiera ocurrido en Guatemala u otro país. La decisión dio a Nicaragua la oportunidad de tenerlo al final del camino, así como lo tuvo al iniciar su existencia.