https://www.youtube.com/watch?v=Ke8C1_lJxZo
(Versión transcrita corregida)
Fecha: Managua, jueves 26 de abril de 2018.
¿Cuál es su opinión sobre los recientes acontecimientos que vive el país?
Mira, aquí hay una inesperada sorprendente y preocupante explosión social que se desbordó, y de la cual se perdieron los límites, entre el 19 y el 22 de abril, el escenario en Nicaragua era sumamente complejo, violento, perturbador e inesperado. En esa complejidad social y política, se juntaron, a partir de la explosión que generó una reforma a la seguridad social, desde mi opinión, una multitud de inconformidades.
Al inicio las protestas no eran violentas. Hubo grupos de choque que atacaron ¿Por qué la Policía no hizo nada entonces?
Esas manifestaciones iniciales pacíficas y esos brotes concentrados, ocurrieron el primer día, pero en el primer momento, pero rápidamente como un fuego que se extiende por un viento fuerte, progresó. Ahora, lo que vos me decís de la presencia, digamos de grupos extraños que confrontaron la protesta de otros grupos, eso creo que pudo haber ocurrido ahí y en diferentes escenarios, porque se confrontaron distintos grupos en distintas ciudades del país, opuestos y a favor de una situación, y la policía estuvo en el conflicto, por eso es que hay que hacer una investigación sobre lo que sucedió en realidad. ¿Quién provocó los muertos? Los muertos, alguien tuvo que haber causado las muertes de distintas personas, en un nivel de confusión tal, ahí hay seguramente muertos provocados por la policía, muertos provocados por los protestantes de un lado, y muertos provocados por los protestantes del otro lado que se confrontaron en esa trifulca, sino no hubiera policías muertos, digamos, creo que son dos o tres, no estoy seguro, y hay varios heridos. Es decir, ahí tenés un grado de confusión extrema.
Pero si la policía hubiera actuado desde el principio conteniendo a estos grupos cuando incitaban a los manifestantes esto no habría sucedido.
Lo que pasa es que estamos hablando de una hipótesis que no existe. Si hubiera ocurrido algo, lo que hubiera ocurrido ya no existe, ocurrió lo que ocurrió. Ahora, ¿cuál fue la apreciación de la policía en el escenario concreto al momento de iniciar la actuación? Estoy seguro, por lo que conozco, lo que percibo de la policía, que no tenía idea de la magnitud del problema que estaba enfrentando al inicio. Pensó que era una protesta común, como hay otras que han ocurrido en distintos momentos, y actuó ante la protesta, o quiso limitar la protesta, no estoy claro de la forma, pero pensó que era, digamos un gatito, y le salió un tigre.
¿Cómo queda la imagen de la Policía Nacional luego de todo esto?
La imagen de Nicaragua fue dañada, la imagen del estado nicaragüense fue dañada, la imagen de la sociedad nicaragüense fue dañada, el riesgo país aumentó significativamente, igual fue la situación de la policía; hoy por hoy, Nicaragua tiene una imagen internacional deteriorada. Se había construido una imagen muy positiva para la inversión privada nacional y extranjera, para el turismo, etc. Hoy por hoy, eso está en el piso. Es decir, creo que no hay institución de Nicaragua que esté sólida frente a eso. Es decir, tenemos que recomponer de las cenizas, de las cenizas del prestigio de Nicaragua, las cenizas de la estabilidad, digamos de las perspectivas que tenía el país, tenemos que reconstruir y replantear, por eso la urgencia de sentarse a dialogar y tratar ¿dialogar para qué? Alguien dice, hay cabezas calientes que dicen vivámonos peleando en las calles siempre, no, hay que dialogar, hay que sentarse a hablar, y el primer punto que tenemos que resolver en una situación de diálogo, es tratar de identificar qué pasó. Es decir, porqué hay muertos, lamentablemente hay muertos.
¿Cómo evalúa el papel de la comisionada Aminta Granera? Muchos dicen que parece ya no tener poder en la institución.
Mira, eso hay que preguntárselo a ella, no lo sé. Es decir, lo que te puedo decir es que el liderazgo de la policía está lesionado, está seriamente lesionado, igual que la autoridad gubernamental están lesionados, igual que todos los liderazgos, estudiantil, etc. Todos están lesionados, y ahora, ¿qué es lo que piensan o no piensan? No lo sé, porque ella no dijo nada, ¿verdad?, ahora, ¿tenía que haber dicho algo? Honestamente, es muy difícil decir algo, la policía, esa es mi conclusión, mi afirmación mas categórica, la Policía Nacional de Nicaragua fue rebasada en sus capacidades frente a un fenómeno tan complejo social y de violencia, que no había visto en las últimas décadas. Por lo tanto, no es posible esperar que, ante la magnitud del fenómeno enfrentado esa institución iba a tener una capacidad distinta para hacerlo, para resolverlo. Es decir, si vos analizás cualquier escenario en cualquier parte del mundo, que se te dé una situación de esas, la policía es la primera en ser rebasada; afortunadamente, creo que eso es correcto, el ejército no fue usado, pero hubiera agregado, y fue lo que dije al principio, que una vez que el gobierno, que el estado se percata de que el proceso tenía una connotación mucho más compleja, y mucho más grande de lo que podías haber calculado antes, lo único posible hacer, no es mandar más fuerzas a la calle, no es detener más personas, no es usar el arma de fuego, lo único sensato posible es replegar toditas las fuerzas policiales en espera que los ánimos se calmen e identificar acciones sensatas, porque la acción policial en esas circunstancias suele tener consecuencias humanas graves, para los policías y para la gente.
Te voy a plantear un escenario, un poco hablando en término genérico, del comportamiento policial: el policía es una persona, que usa un arma, que usa un equipo, que es una autoridad. Ese policía tiene los mismos sentimientos, padecimientos, incomodidades, preocupaciones de un ciudadano normal, común y corriente, de un nicaragüense, se agota, y a medida que se agota, también lo ofenden, se siente presionado, y siente que su vida comienza a peligrar, por mucho entrenamiento que tenga, cuando las fuerzas que lo atacan, que lo adversan o lo critican, o lo ofenden, son mayores, y esa presión sube, se da un efecto emocional y su capacidad de reacción, objetiva, balanceada, se pierde. Por eso se dice, que cuando vos tenés una asonada, una acción social fuerte, coercitiva o delictiva muy fuerte contra un grupo pequeño de policías, y ese grupo es rebasado por esa fuerza, el daño humano que se puede provocar en ambos lados es alto.
¿Qué tan normal es que la Directora de la Policía no sea quien lleve el mando o dé la cara ante estas situaciones?
Bueno, no sé exactamente cuál es el modelo de funcionamiento que está asumiendo la policía, en ese sentido. Hay distintos modelos, por ejemplo, hay algunos lugares que, hay un Director y un Adjunto, y el Director es la figura política, institucional y el adjunto es el jefe operativo.
Cuando usted operó, ¿Cómo era?
No, no era así, el Director General asumía la representatividad política, institucional y la dirección operativa en general. Pero, en el caso, por ejemplo de El Salvador, solo por mencionarte un ejemplo, el Subdirector es el jefe operativo de las fuerzas policiales.
Pero lo que hemos visto en Nicaragua…
Sí, pero que se haga de otra forma no quiere decir que sea bueno o malo, no quiero decir eso, simplemente son prácticas, ahora qué estilo asumió la policía o qué estilo instruyó el gobierno de Nicaragua, no lo sé. Ahora, en Nicaragua efectivamente, históricamente, el Director ha tenido la representatividad política-pública y también la dirección operativa. En otros países no es así, pues aquí si lo ha sido, ahora que sea de una forma u otra, no le quita ni le pone al modelo, no es eso el asunto fundamental.