A Managua, capital de Nicaragua,
a orillas del Lago Xolotlán.
Es el ojo de uno
viendo al otro
y el otro
viendo el espejo.
Fernando Silva (1927).

Es la ciudad “una novia” desordenada y sucia,
descuidada, maltratada;
rústica bajo sus piedras y suelos de arcilla volcánica,
adornada con cántaros de agua;
entre sus callejones, acoge a su gente,
en el aire,…

La tomo sin esfuerzo en mi mano,
alcanza y queda
sobrada sobre la palma extendida,
sostengo la textura de su piel frágil
de sus precisos bordes que ondean,
veo cubierta de verde su espigada estructura,
el peso ligero que con un soplo
se impulsa y levanta sin dificultad alguna.
La observo, dudo, me veo, la veo,
la siento,…

Líbrame Señor de la indiferencia,
de perder la capacidad de asombro
ante lo grandioso y extravagante,
lo profundo y simple, lo bello y cotidiano.
Líbrame Señor de la incapacidad
de sorprenderme;
dame lágrimas cuando tenga que llorar
y risa cuando tenga que reír.
Ayúdame a despreciar lo inútil,
superfluo y falso,
a sacudir las apariencias
e identificar sus gestos.
Líbrame Señor…

Una palmada franca
en el hombro
para el poeta,
quien escribe
versos de noche,
como se debe,
y trabaja de día,
cuando se puede.

A mis hijos

Cuando viajaba y viajo,
saliendo y regresando,
en las mañanas, muy temprano,
con los primeros resplandores,
escurriéndome entre el sereno
que respiro y el picoteo de aves
cambiando de árboles su nido,
surcando libres el campo abierto:
llegaba sigiloso a tu puerta,
rotaba la cerradura y abría,
entraba de prisa acercándome
en la penumbra donde dormías,
al borde del…

Niño que golpeas con tus manitos
los vidrios del carro,
siento tus golpes aquí,
tal vez me acusas,
no lo sabes,
tal vez soy culpable,
no lo sé.
Veo tus ojos, que deberían estar amaneciendo,
como anocheceres, oscuros, lejanos;
rasgadito y sucio;
no te has bañado,
tampoco has comido;
¿tienes padres, dónde están?
Parece que quisieras decirme algo,
no sabes qué,
no entiendes por…